ENFOQUE PORTADA

Una propuesta que permita financiar proyectos productivos

Por Ubaldo Roberto Domingo – CPN – Asesor económico, financiero y Pymes locales – Especialista en Sindicatura Concursal ///

La provincia de Entre Ríos debería sin más postergaciones imponer una estrategia de desarrollo que rompa con la vieja estructura:

  1. Un potente incentivo fiscal y obtención de financiamiento a quienes incorporen valor agregado a la materia prima local, de manera tal de modificar con el modelo de primarización/concentrador de la economía.
  2. Privilegiar en las compras y adquisiciones del Estado provincial a quienes incorporaron valor agregado local.
  3. Gravar la exportación de materia prima bruta, sin incorporación alguna de valor agregado local.
  4. Coordinar el presupuesto provincial, la empresa provincial de Energía (Enersa), Iapser, Sidecreer, etc., detrás de esa estrategia de desarrollo.
  5. Tomar posesión de la administración y distribución  de Gas en toda la Provincia.

El objetivo estratégico es hacerse del conjunto indispensable de herramientas para alinearlas, dirigirlas, orientarlas, coordinarlas hacia el desarrollo provincial, objetivo que no puede alcanzarse sin la utilización del recurso energético y las herramientas financieras que todavía tiene el Estado Provincial. 

Este primer paso es indispensable para contener la exportación de recursos naturales en bruto, desenvolviendo la industria local y la indispensable incorporación de valor agregado, como objetivo.

Si la industria es una prioridad y un objetivo político, entonces todas las instituciones públicas deben colaborar y allanarse a ese fin.

Como venimos insistiendo en este grupo de trabajo, el proceso de industrialización no es espontaneo, sino totalmente inducido, más  aún si evaluamos las condiciones y circunstancias y el contexto macroeconómico actual, tanto provincial como nacional.

Flujos.

Una propuesta diferente a las que se llevaron adelante durante décadas:

Plenamente conscientes de la situación económica-financiera del Estado Provincial, incluida su relevante deuda en moneda dura (dólar), su dependencia de los medios nacionales que se reciben vía coparticipación federal de impuestos, los déficits insoportables como los de la Caja de Jubilaciones, evaluamos fuentes de financiamiento que apalanquen e impulsen un proceso de desarrollo e inversión.

Evaluamos la factibilidad de una sinergia y cooperación directa entre el Iapser-Sidecreer como herramientas financieras, y Enersa como empresa bandera del proceso, sin energía no hay proceso de desarrollo posible.

El Instituto Autárquico Provincial del Seguro (Iapser), como empresa aseguradora es una fuente relevante de recursos financieros por las características substanciales del negocio del que participa. Le ingresan fondos líquidos perfectamente cuantificables, y la respuesta a los siniestros es poco probable, lenta y consensuada en el tiempo. Sin embargo, dicho ente no impulsa un proceso de desarrollo genuino como debiera hacer, participando en obras clave de infraestructura, ni participa en la inversión de bienes reproductivos.

En cuanto al Sistema de Crédito de E.R.sa (Sidecreer) fue creada originalmente para “defender el comercio local” y el “desarrollo regional”, sin embargo, sin subestimar lo importante del objetivo, se ha transformado y cedido a fines económico/financieros. 

En tanto Enersa, en oportunidad de la privatización de la empresa provincial de la energía (antigua Epeer) se definieron regulaciones que, fundadas en la concepción básica de que la expansión del abastecimiento eléctrico sería asegurada de modo automático por medio de una elevada rentabilidad. Se supuso, de esta manera, que esto solo bastaría para incentivar y asegurar la oferta energética “a precios razonables” y en “cantidades suficientes”, energía que inclusive, la provincia produce a través de sus riquezas naturales.

La lógica económica del monopolio.

El monopolista (como el caso de Enersa), controla la cantidad de producción y el precio. Pero eso no significa que pueda cobrar lo que quiera si pretende maximizar los beneficios.

Para ello el monopolista ha de conocer sus costos y las características de la demanda del mercado (elasticidad-precio, preferencias, etc.). Con esta información decide cuál es la cantidad que va a producir y vender; y su precio.

Desde un punto de vista económico se puede afirmar que el costo marginal del monopolista (costo marginal = incremento del costo total cuando se varía en una unidad la producción— representa la oferta total del mercado, por lo que se puede afirmar que no existe curva de oferta debido a que la relación biunívoca entre cantidad y precio desaparece), sirve para representar la oferta total del mercado y el ingreso medio del monopolista -precio por unidad vendida- no es más que la curva de demanda del mercado. Para elegir el nivel de producción maximizador del beneficio, el monopolista debe conocer su ingreso marginal (variación que experimenta el ingreso cuando se vende una unidad más).

Siendo Enersa una empresa prestadora de un servicio público imprescindible, con clientela cautiva, se conduce con estos parámetros ineludibles?

Lleva su producción al punto de maximización del beneficio en un terreno de tarifas políticas y recesión económica?

Evidentemente la respuesta es NO.

Consecuentemente con el razonamiento anterior, tampoco su cuenta de inversión tendrá correspondencia con un plan de desarrollo provincial.

Plan de desarrollo.  

Es ineludible entonces incluir a la empresa en el plan de desarrollo elaborado. (Vale decir, además de brindar el servicio de calidad y eficiencia hacia el cliente común, poner la empresa al servicio de la producción, todo a precios transparentes).

Transparentar los costos de producción y prestación del servicio, a los efectos de conocer si el verdadero precio de las tarifas son los correctos.

Elaborar un plan de supresión de los cuellos de botella (por ejemplo el VAD) para reducir los costos y por lo tanto los precios de la tarifa eléctrica.

La manipulación de la tarifa de los servicios, debe de una vez por todas orientarse hacia el desarrollo económico, no únicamente como fuente de recaudación de impuestos, asociados a los consumos de una clientela cautiva, que solo ahoga la inversión, la producción y el desarrollo económico.

Si el desarrollo económico es la prioridad, el Estado debe administrarse en ese sentido, como un conjunto de estrategias políticas hacia ese sentido.

Finalmente contamos con el presupuesto provincial.

A través del tiempo, el concepto del presupuesto, herramienta que refleja exactamente la orientación económica-financiera-social del gobierno, ha tenido lamentablemente demasiado tiempo un criterio tradicional de tipo fiscal donde se aprueban los gastos para el ejercicio y los recursos con que se cuentan para soportarlos.

La panacea para esta posición pasiva, casi fotográfica, es el equilibrio fiscal, este concepto de tipo estático que obedece a una visión conservadora del Estado donde se separa nítidamente la parte financiera de su participación económica debe finalizar.

Esta visión del presupuesto, en la cual el Estado debe ocuparse de funciones como seguridad, salud y educación, actividades que se multiplican y expanden ante una economía que no da respuestas con lo que la sobredimensión del sector público es una consecuencia de la economía primaria, concentrada y subdesarrollada.

Aquella hipertrofia se trata de una salida, una respuesta y recluta mano de obra burocrática que multiplica el empleo público. 

¿Cuál debería ser entonces los principios bajo los que deberían regirse un presupuesto que empuje un proceso genuino de desarrollo provincial?

Perspectivas.

Lo primero es cambiar los fundamentos financieros por los económicos.

Tanto los impuestos, como los gastos que soportan esos recursos deben estar al total servicio del desarrollo económico provincial.

Erradicar ese concepto financiero/fiscalista de calcular los gastos y merituar como obtener los recursos para financiarlos, debe como aseguramos cambiarse por la pregunta ¿Cómo puede el Estado apalancar el crecimiento económico? Y ese apalancamiento debe objetivarse mediante prioridades definidas políticamente, (nosotros proponemos sembrar industrias, primero que incorporen valor agregado a nuestra producción local, P.ej. sector avícola, para luego tentar inversiones más diversificadas como la metalmecánica).

Todo esto en base a principios rectores como:

  1. Política impositiva: que la recaudación pase de ser un método para solventar gastos a un decidido estímulo para la producción y el trabajo.  (La provincia de Jujuy exceptúa a quienes reinvierten parte o toda su ganancia).
  2. Gastos fiscales: canalizar el gasto a obras de infraestructura y reproductivas de la economía, rutas, puertos, vías navegables, proveer de energía barata y segura.

Conclusión: nuestra provincia debe utilizar todos los medios que tenga a su alcance, en un contexto de profunda crisis, para modificar el rumbo, procesar su materia prima, desarrollar su mercado interno y revalorizar el salario de su gente.