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Una ONG capta fondos en el mercado para otorgar préstamos a los sectores más vulnerables

Sumatoria se convirtió este miércoles en la segunda asociación civil que coloca exitosamente un bono social para financiar proyectos de triple impacto.

La colocación de Obligaciones Negociables Garantizadas Clase I y II fue por $ 30.000.000 en total, con ofertas que casi duplicaron el monto ofrecido y una tasa de interés fija del 30% anual para la Serie I y Badlar 0% para la Serie II, demostrando así el interés y compromiso de los inversores por este tipo de emisiones con fuerte impacto social.

La emisión, que cuenta con el aval del Banco Comafi SA, estará listada en el panel de bonos SVS de Bolsas y Mercados Argentinos (ByMA) y el Mercado Abierto Electrónico (MAE).

Como Agente de Calificación de Riesgo, la Universidad Tres de Febrero fue la encargada de otorgar la etiqueta de bono social BS2, tras comprobar que se alinea a los cuatro componentes de los previstos por la  Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA, por su sigla en inglés).

Destino.

Los fondos captados en el mercado serán destinados a organizaciones que brindan inclusión financiera a personas sin acceso al crédito, emprendimientos de triple impacto, apoyo al trabajo de personas con discapacidad, desarrollo local y productivo en territorios aislados del país, unidades productivas conformadas por personas liberadas, proyectos sociales que apoyan la mejora de las viviendas en barrios populares, escuela de sustentabilidad, y economía circular y reciclado.

“Nos resulta imprescindible conseguir recursos del mercado de capitales para que, combinado con otros provenientes de la filantropía tradicional, podamos generar un financiamiento accesible y al servicio del bien común”, dijo Matías Kelly, fundador de Sumatoria.

Esta colocación es el resultado de la articulación y colaboración entre diversas áreas de gobierno y el sector privado para  encastrar todas las piezas necesarias para  una colocación exitosa. “En el otoño de 2020, en medio de la pandemia, entendimos que el financiamiento tenía que llegar a todo el país y a las capas sociales más golpeadas por la crisis”, dijo Mónica Erpen, directora de CNV, que coordina las acciones en el marco del acuerdo con el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD) con el objetivo de acercar a actores no convencionales al financiamiento disponible en el mercado de capitales.

Un Techo para Argentina, organización sin fines de lucro, fue la primera asociación civil con etiquetado social que consiguió $18 millones en octubre pasado, con el objetivo de construir una fábrica social. Esta segunda emisión, que hoy concreta exitosamente Sumatoria, es la confirmación de que hay inversores dispuestos a evaluar no sólo la rentabilidad de una inversión sino el impacto social y ambiental que genera.

Inversores.

 “En el caso de Sumatoria, estamos logrando que los inversores canalicen sus ahorros hacia una entidad de microcrédito que conoce y llega al territorio, a demandantes de crédito muy pequeños y sin acceso a otras posibilidades.” La estructura que se ha logrado articular permite que el mercado de capitales, de manera indirecta, sea una fuente de recursos inédita para la reconstrucción del entramado social y económico del país.

La estrategia del laboratorio CNV-PNUD se completa con la transmisión del conocimiento que es necesario difundir para que otras asociaciones civiles puedan alcanzar la misma meta. En ese contexto se están dictando talleres y armando mesas de trabajo específicas con potenciales emisores, en los que la misma Sumatoria -y una lista de asesores voluntarios que crece- comparte la experiencia para alentar la llegada de otras organizaciones.