ENFOQUE

Un fin de año tranquilo…

Por Miguel Pacher / En contra de muchos pronósticos agoreros, las finanzas y la economía argentina concluyen un nuevo año en un contexto de tranquilidad aunque no exento de problemas a resolver  en lo que mucho tiene que ver las poco alentadoras perspectivas de la economía mundial.

En ese sentido, cabe aclarar que la tranquilidad, en este caso,  debe entenderse como ausencia de agitación e inestabilidad  en los mercados del ámbito económico-financiero, en contraste con los infundados y funestos vaticinios de numerosos reconocidos economistas y periodistas especializados. 
Solo hay que recordar que cuando el Banco Central (BCRA) en 2010 comenzó a afectar las reservas externas al pago de la deuda pública, se argumentaba falazmente que era el principio del fin y que se avanzaba sin salida hacia un precipicio financiero. Nada de eso ocurrió ni en 2010 ni en 2011. También cuando en octubre último se dispusieron algunas medidas en el mercado cambiario, se pronosticaba el auge del mercado negro del dólar  y también nada de eso ocurrió, por el contrario durante el mes de diciembre el  BCRA batió el record mensual de compra de divisas llegando a mas de 2.100 millones de dólares !. La inflación es siempre una amenaza, pero se argüía que a esta altura deberíamos estar en estadios incontrolables de alzas de precios y las perspectivas son, precisamente, contrarias para el nuevo año a iniciarse.  Con esto no queremos indicar que solo admitimos como válidos los pronósticos optimistas, sino que intentamos que el lector reflexione sobre ciertos sectores influyentes en los medios informativos, que se caracterizan por augurar catastróficos resultados sin la mesura y prudencia que corresponde mantener cuando de hablar de economía o finanzas, se trata.            
Entonces y dada la brevedad del espacio que disponemos, trataremos de fundamentar nuestra aseveración de tranquilidad, limitando el análisis a cuatro  variables claves y que siempre de una u otra forma,  han sido problemáticas para Argentina, a saber: la inflación; el tipo de cambio y  los déficit fiscal y externo. 
La inflación o monstruo de mil cabezas como alguna vez se la nombró, es una amenaza constante como ya dijimos,  en cuanto se vuelva incontrolable, precisamente  en nuestro país con experiencia hiperinflacionaria no muy lejana. Sin embargo, tal amenaza no ha sido mas que eso y para el año próximo se vislumbra una atenuación de la misma dado un previsible escenario de  menor actividad económica que la del año que concluye, por lo que es presumible que la evolución de precios sufrirá una sensible decomprensión. El menor nivel de actividad será inducido, principalmente por la crisis económica, financiera y social que atraviesa Europa, la endeble situación de la economía estadounidense y el enfriamiento de la economía brasilera. Por ejemplo, la CEPAL  pronostica para Argentina un crecimiento del PBI de 4,8 % anual, mucho menor del verificado este año de 7,2%.
Respecto del tipo de cambio, peso / dólar , el BCRA ha dado sobradas muestras que puede administrarlo por sobre las presiones del mercado. Durante el año 2011 logró mantenerlo entre $ 3,99 por dólar,  al inicio  y  $ 4,31 al final del año, o sea una depreciación del peso del 8%. En el presupuesto nacional se prevé una cotización promedio de $ 4,40 con lo que a fin de 2012 muchos estiman podría llegar a $ 4,60.          
En cuanto a los otrora déficits fiscal y externos o “déficits gemelos” que acuciaron a la economía prácticamente,  desde el advenimiento de la democracia en 1983 hasta el año 2002, Argentina goza desde el año 2003 de “ superávits gemelos” o sea  superávits fiscal primario y superavit de la cuenta corriente del balance de pagos. Ahora bien, es posible que durante el año 2012 pueda mantenerlos pero con mayores dificultades que los años precedentes, incluso con la amenaza de perder ambos superávits, aunque no constituya ello algo alarmante en lo inmediato. Algunos estándares  aceptados internacionalmente, admiten como razonables déficits fiscales de hasta el 3% del PBI y de la cuenta corriente externa de hasta el 4% del PBI. Por lo cual se puede advertir margen de maniobra en este plano.
Pero, como cualquier otro país de Latinoamérica, Argentina se verá  afectada en mayor o menor medida, por el estancamiento de la economía mundial como consecuencia, principalmente, de la ya mencionada crisis europea y estadounidense. Advertido a tiempo, tampoco debería ser motivo de alarma mayor aunque si puede implicar ello un decaimiento de las excelentes condiciones en que venia desarrollándose nuestro país.   
Finalmente, no podemos ignorar que en tan somero y superficial análisis, además de otros aspectos económico-financieros, no hemos incluido un factor preponderante a la hora de definir la tranquilidad en el plano social  y que son las negociaciones colectivas salariales. Hasta en ese plano es posible reconocer que el gobierno ha superado situaciones comprometidas por lo que si en la dirigencia argentina de todos los niveles y sectores, primara la cordura y  la grandeza, se podrían salvar las inequidades existentes aún, eliminando verdaderos privilegios salariales que algunos sectores gozan,  tanto en el plano oficial como privado, y de tal modo no deberían advertirse motivos de intranquilidad mayor a la hora de establecer las nuevas escalas para el año próximo. 
(*) Contador Público; docente universitario

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