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Tomás Karagozian sugiere “no gobernar con preconceptos” y reclama una política industrial

“El sector industrial es parte de la solución”, enfatizó el CEO de TN&Platex, referente de UIA Joven. En Paraná, planteó la necesidad de ordenar la macroeconomía y dotar de competitividad a la industria. Nahuel Amore

El reclamo por una política industrial resonó con fuerza durante el Día de la Industria que se celebró en Paraná. Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), enfatizó en la necesidad de poner en marcha un conjunto de políticas integrales y federales para generar empleo y agregar valor, más aún en un contexto electoral que define los proyectos de país.

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Bajo la misma tónica, en la jornada previa que organizaron los jóvenes, Tomás Karagozian, expresidente de UIA Joven y CEO de TN&Platex, coincidió en la importancia de que haya un plan que brinde previsibilidad, tanto por el ordenamiento de la macroeconomía como por los incentivos que requieren las cadenas de valor. Para ello, planteó, es necesario también que los dirigentes derriben sus preconceptos con respecto a la industria.

En un mano a mano con DOS FLORINES, el empresario no dejó de advertir por el impacto de las restricciones en el corto plazo que ponen en jaque el nivel de actividad. De todas maneras, fiel a esa mirada que va más allá de la coyuntura, insistió en los desafíos de la Argentina para diversificar el entramado industrial y reforzar la política exportadora para no sufrir los cuellos de botella estructurales.

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Coyuntura

—¿Qué termómetro tenés de la actividad industrial cuando recorrés los distintos establecimientos?

—La complejidad de la industria es que es muy heterogénea, en sectores, regiones e intereses. Durante una charla entre un grupo de 25 industriales empecé a hacer un chequeo informal y le pregunté a cada uno cómo andaba. Casi todos me dijeron bien, muy bien o se cayó un poco la demanda. Yo creo que el sector industrial, aún con las dificultades del país, hizo su aporte en los últimos años con la generación de trabajo, apostar al valor agregado e intentar exportar. Por supuesto que hay complejidades con las cuales debemos lidiar todos los días, pero tienen más que ver con un problema estructural de la Argentina que es que no se generan los dólares necesarios por la fragilidad en su sistema exportador. Gracias a Dios tenemos al sector agroindustrial y un enorme desafío que tenemos como argentinos es la diversificación del entramado industrial a través de políticas de Estado que trasciendan los gobiernos para que no suframos tanto, por ejemplo, en años de sequía.

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—Precisamente, uno de los principales reglamos de UIA son las trabas a las importaciones para sostener la actividad.

—Hay un montón de temas coyunturales ante la escasez de dólares que hacen que en el día a día se complique producir. Es decir, aún con demanda e inversión en el corto plazo hay complicaciones que no nos gustaría tener. Entendemos que son coyunturales y tratamos de mirar más allá y proyectar. Lo que queremos en nuestras compañías es seguir invirtiendo.

“El industrial es adicto a invertir y generar trabajo”, afirmó.

Preconceptos vs política industrial

—Hay una gran parte de la sociedad que todavía mira con desdén a los empresarios y se pregunta si les preocupan las tensiones políticas y sociales que ellos padecen a diario. ¿Cómo es el ánimo hoy del industrial en este contexto?

—La incertidumbre no le conviene a nadie. En la Argentina hay un péndulo donde vamos y venimos a través de ejes que deberían trascender los gobiernos. Es necesario tener previsibilidad para poder proyectar, invertir, generar trabajo y ser cada vez más productivos y competitivos. Todavía hay enormes preconceptos sobre el sector industrial por parte de mucha gente que no nos conoce. Está en nosotros el desafío de acercar, tender puentes y mostrar qué hacemos. Nuestro mayor orgullo es generar trabajo y nuestro propósito central es hacer una Argentina más federal. De todos modos, aún en la defensa industrial creo que hay gente que es dirigente que no entiende que los países desarrollados del mundo han tenido una macro estable, pero con política industrial. Los países desarrollados lo hicieron con incentivos, con política industrial.

—El reclamo de una política industrial de mediano y largo plazo pareciera siempre chocar con estas coyunturas.

—Nosotros creemos en la política industrial. Pero entendemos que con la macro tan desordenada es difícil proyectar. De todas formas, en esta militancia que hacemos, necesitamos de la sumatoria de una mejora en la macro y de estímulos micro que nos permitan generar desarrollo industrial que sea sostenible a través del empleo y con un desarrollo federal. Por arte de magia nuestro país no va a poder compensar las enormes asimetrías que tenemos en un país tan extenso.

Tomás Karagozian fue moderador del Panel J6 en la Jornada de Jóvenes UIER

Futuro del país

—¿Qué prevé la dirigencia industrial que puede pasar en la Argentina tras las elecciones, independientemente de quien gane?

—Está en nosotros salir a hablar, tender puentes, intercambiar sobre las ideas que tenemos sobre los valores y principios que defendemos. Ojalá que los dirigentes derriben preconceptos y encontremos puntos de acuerdo que nos permitan proyectar en el tiempo y seguir generando trabajo. Haber tomado decisiones en otras instancias con preconceptos hacia nuestro sector lo único que genera es desempleo privado que terminó profundizando el problema, de aumentar el gasto público y la informalidad. Somos un sector que en promedio paga salarios más altos, que exporta, que apuesta a la investigación y al desarrollo y que tiene un propósito importante como es la generación de trabajo privado de calidad en el interior del país. Como dije, creo en una Argentina desarrollada e industrial. Está en nosotros acercarnos. Ojalá que no se gobierne con preconceptos. Ojalá que entendamos que el orden con el que se juegan las cartas es más importantes que las cartas, lo que se llama secuencialidad. Me parece que hay que trabajar sobre temas estructurales de competitividad sistémica relacionados a la infraestructura, el crédito, el sistema impositivo y laboral, que nos permita aumentar la competitividad estructural de nuestro país para que las empresas que producen puedan competir en el mundo.

—De cara a los próximos años, ¿está en condiciones el sector industrial de invertir más para mejorar la competitividad y, sobre todo, la productividad?
—La productividad es lo que nosotros hacemos puertas adentro y la competitividad son variables que no controlamos. Tenemos que trabajar sobre la productividad.

—Pero eso se hace invirtiendo…

—Sí, por supuesto. Innovando también, que es la mejora crítica de la realidad. Estar todo el día pensando en cómo hacer mejor lo que veníamos haciendo, invirtiendo por supuesto. Pero no todo es dinero. Muchas cosas son resultado de nuevos métodos, de esfuerzo, de trabajo. El sector industrial es parte de la solución, no es un problema. Es una solución a parte del problema que tiene la Argentina. Y el industrial es adicto a invertir y generar trabajo. El mayor orgullo que tenemos es generar trabajo. Cuando tuvimos la posibilidad, lo hicimos. Eso se vio en todos los momentos que se pudo. Los industriales grandes, chicos y medianos de toda nuestra la Argentina agarraron el dinero extra que tenían, ese crédito, esos excedentes y los pusieron en fierros, que les permiten tener proyección y desarrollo. Parece que los industriales son unos especimenes raros que aún en momentos de inestabilidad deciden invertir y generar trabajo. Los tenemos que apoyar, acompañar, en una lógica de cadenas de valor.