El premio Nobel de Economía vaticinó en una columna de opinión para el diario El País qué pasará con los países que emitan deuda en adelante.
En una columna de opinión publicada por el diario El País, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz señaló que los países que emitan deuda ya no se fiarán de la justicia de Estados Unidos y elegirán otros mercados.
Según el economista y profesor de la Universidad de Columbia, Stiglitz, Argentina ha cumplido con las obligaciones que tiene con sus ciudadanos, y también con las que tiene con sus acreedores quienes aceptaron la reestructuración que este país realizó. “El fallo de Griesa, sin embargo, -dice- alienta el comportamiento usurero, se torna en una amenaza para el funcionamiento de los mercados financieros internacionales y desafía un principio básico del capitalismo moderno: los deudores insolventes necesitan un nuevo comienzo”, alerta.
Para el economista todo andaba sobre rieles mientras Argentina reestructuraba su deuda en dos rondas de negociaciones, en 2005 y 2010. “Pero los llamados inversores buitre vieron la oportunidad de obtener beneficios aún mayores. Los buitres no eran ni inversores a largo plazo en Argentina, ni optimistas que creían que las políticas del “consenso de Washington” funcionarían. Eran, simplemente, especuladores que se abalanzaron tras la moratoria del año 2001 y compraron bonos, que fueron vendidos por inversores en pánico a un precio equivalente a una fracción de su valor nominal. Posteriormente, demandaron a Argentina para obtener el 100% de dicho valor. NML Capital, una filial del fondo de cobertura Elliot Management, cuyo ejecutivo principal es Paul Singer, invirtió 48 millones de dólares en bonos en 2008; gracias al fallo de Griesa, NML Capital ahora debería recibir 832 millones -una ganancia de más del 1.600%”.
“Griesa consideró que esos tipos eran razonables. Económicamente, sin embargo, no tienen ningún sentido. Cuando un país paga una prima de riesgo sobre su deuda, significa que la moratoria es una posibilidad. Pero si un tribunal dictamina que un país siempre debe reembolsar su deuda, no existe un riesgo de suspender pagos que deba ser compensado”, opina el economista y adelanta que” el reembolso en los términos estipulados por Griesa devastaría la economía argentina”.
Consecuencias.
En términos económicos, el catedrático evaluó que –en consecuencia- “cada ciudadano argentino podría adeudar más de 3.500 dólares -es decir, más de un tercio del ingreso promedio anual per cápita”.
“En última instancia, -advierte- sin embargo, se pagará un precio alto por esa moratoria a la Griesa –el precio será menor para Argentina que el que tendrá que pagar la economía mundial y los países que necesiten acceso a financiación externa-. EE UU también sufrirá. Sus tribunales han sido una farsa: como un observador ha señalado, queda bien claro que Griesa nunca ha llegado a desentrañar la complejidad del tema. El sistema financiero de Estados Unidos, que ya ha ganado práctica en explotar a estadounidenses que viven en niveles de pobreza, ha ampliado sus esfuerzos, expandiéndolos a nivel mundial. Los prestatarios soberanos no van a confiar -ni deberían- en la imparcialidad y competencia del poder judicial de EE UU. El mercado para la emisión de dichos bonos se trasladará a otro lugar”.