AL DÍA PORTADA

Soychú, la segunda empresa avícola del país que comenzó como peladero de pollos y se sobrepuso a un voraz incendio

Soychú es el nombre de un frigorífico de aves que inició sus actividades en 1962 en la ciudad de Gualeguay, provincia de Entre Ríos. Fue fundado por la familia Santángelo, la que todavía mantiene la mayoría accionaria y control de la firma. Yanina Otero / Bichos de Campo

Esta empresa familiar de capitales argentinos, verticalmente integrada, logró convertirse con el paso del tiempo en una de las principales productoras y faenadoras de aves del país. También logró resurgir de sus cenizas luego de un tremendo incendio que tuvo que afrontar en 2021 en una de sus plantas de producción.

En sus inicios, la empresa comenzó a operar bajo la denominación Domingo Santángelo y Cía, y con posterioridad su razón social cambió a Peladero de Aves Soychú SRL, con actividades vinculadas solamente al pelado, enfriado y comercialización de aves. A partir de 1972 cambió su denominación por Frigorífico de Aves Soychú SA, comenzando así actividades vinculadas al eviscerado, enfriado y/o congelado, con mayor alcance de comercialización. En paralelo incorporó la producción de pollos parrilleros.

Actualmente es una empresa integrada, como la mayoría de las grandes avícolas argentinas, cubriendo todas las etapas del proceso de cría y faena de pollos. Desde las denominadas abuelas con la empresa New Gen Breeders, pasando por Lauri Agropecuaria en las reproductoras y finalizando en Soychú con los parrilleros.

Estructura.

Presidida por Franco Santángelo (en la foto), la firma tiene un nivel de integración que le permite un importante ahorro en los costos y eso a su vez lo colocó en el podio en el negocio avícola nacional. En 2021 se ubicó segunda en el ránking de faneadores de pollo, detrás de Granja Tres Arroyos y con poco más de 90 millones de aves. En líneas generales la empresa Soychú coloca en el mercado interno 1 de cada 8 pollos que se faenan en el país.

Uno de los hitos de su historia sucedió en 1984, cuando inicia la fabricación de alimentos balanceados, dirigidos a abastecer a sus aves en crianza. Este proceso se desarrolla en instalaciones propias, dotadas de alta tecnología. Simultáneamente, instaló predios rurales en Entre Ríos bajo la denominación “Arroyo Cle”, que se dedican a la cría de aves reproductoras, con la intención de optimizar la línea de integración.

También incursionó a partir de 1992 en la actividad de la reproducción, con la instalación de modernas granjas de producción de reproductoras en la provincia de La Rioja.

Otro gran paso de Soychú sucedió en 2004, cuando junto a otros socios y a través de la razón social New Gen Breeders SA, se abocan a la crianza de planteles de abuelas de parrilleros y a la incubación de huevos de esos planteles, en la localidad de Papagayos, en la provincia de San Luis.

Simultáneamente inicia la actividad de otra planta propia de faena de aves, además de la de Gualeguay, ubicada en Salto, provincia de Buenos Aires. En esta etapa, comienza a desarrollarse la exportación de productos a diversos países.

Avances.

Para 2015 ponía en marcha una segunda planta de alimentos balanceados, ubicada en la localidad de Arrecifes, provincia de Buenos Aires.

Actualmente la empresa comercializa pollos enteros, trozados, semi preparados (condimentados), tanto para el mercado interno (85% de las ventas) como para la exportación bajo la marca Soychu. Exporta a Polinesia Francesa, Chile, China, Holanda, Singapur, Emiratos Árabes y China. La compañía detenta cierta flexibilidad para destinar sus ventas a los distintos mercados. Como política general, su estrategia es mantener cierta presencia en los distintos mercados y acelerar y desacelerar su presencia en función de la conveniencia de cada uno de los negocios.

En concreto, hoy la firma cuenta con dos plantas de faena; dos plantas productoras de alimentos (una en Gualeguay y otra en Arrecifes) y una planta de incubación de huevos también en Gualeguay.

Quizás el capítulo más triste en la historia de Soyschú sucedió en noviembre de 2021, cuando su planta madre de Gualeguay sufrió un incendio feroz, con pérdidas que alcanzaron hasta el 80% de la unidad productiva.

Con el objeto de no parar el negocio, sus directivos tomaron la decisión de reubicar la totalidad de la faena en la planta de Salto y en plantas de terceros, de forma tal de continuar la actividad sin interrupciones ni retrasos. En paralelo, recibieron créditos del Banco Nación, entre otras entidades, para salir a flote y gracias a eso esta planta se encuentra en período de recuperación paulatina. La firma continúa faenando unos 220.000 pollos por día.

En cuanto a su facturación, en 2021 sus ventas superaron los 30.000 millones de pesos y la ganancia del ejercicio fue de alrededor de 600 millones. A su vez, según los registros del BCRA, mantiene una deuda bancaria de 4.118 millones de pesos, el 51% tomada con el Banco Nación, el 24% con el Banco Macro y otro 24% con el HSBC. El resto se divide entre diversas entidades.