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Sin crisis a la vista, este verano los paranaenses invaden Brasil con un gasto mínimo de 120 mil pesos por persona

El destino furor de la temporada estival son las playas de toda la costa brasilera. Para los entrerrianos vacacionar en las paradisíacas arenas puede costar entre 120.000 y 300.000 pesos aproximadamente, dependiendo de las condiciones del viaje. Carla Albornoz Frisanco / Dos Florines

Después de pasar el año trabajando, las personas eligen diferentes destinos turísticos para despejarse y descansar. En esta temporada, a pesar que el tipo de cambio humilla aún más que años anteriores al peso de los argentinos, miles de personas optaron por vacacionar en las playas de Brasil, y los entrerrianos no le van en zaga.

Atendiendo a esta tendencia, desde DOS FLORINES se consultó al sector turístico acerca de los precios, las playas más elegidas y las modalidades de viaje al país vecino.

“Nuestro país siempre tuvo una inclinación muy fuerte por el sur de Brasil. Y contra cualquier pronóstico, desde el 2012 no hay una temporada brasilera con tantos argentinos. Nos gusta esa costa que es un poco más cálida que la atlántica”, destacó Sebastián Bel, vicepresidente de la Cámara Entrerriana de Turismo (CET).

El dato no resulta menor, atendiendo que la divisa verde, en su versión libre, ya se cotiza orillando los 400 pesos y la inflación no parece ceder, a pesar de programas y promesas de controles.

Un relevamiento por las empresas de servicios de viajes de la ciudad revela que el fenómeno parece mayor al que se podía predecir, y mientras muchos eligen estas compañías para contratar paquetes, otros tantos lo hacen en su propio auto y gestionando sus reservas.

En este sentido, y a su turno, Juan Solari, responsable de la agencia de turismo Altas Barrancas de Paraná, mencionó que la gente necesita salir, y que este es el año en el que ya no hay tantas restricciones por la pandemia. “También se tomó conciencia de que hay que disfrutar. La mayoría de las personas labura todo el año para después tener ese merecido descanso”, afirmó, y agregó: “Todo el mundo busca precio, pregunta, pero después hace un esfuerzo, financia y finalmente se decide a irse a Brasil”.

El costo del viaje.

Referentes de agencias de turismo brindaron precisiones sobre los precios para vacacionar en las playas brasileras. En esta línea, mencionaron que, en caso de contratar un paquete de 7 días en colectivo (se puede elegir coche cama o semi-cama) se necesitan un mínimo de 120.000 pesos. Este servicio incluye transporte, hospedaje, desayuno o media pensión (desayuno y cena) y seguro del pasajero.

Por otro lado, si la decisión es viajar en aéreo el costo pasa a ser de 300.000 pesos aproximadamente.

En este formato también se cuenta con los servicios mencionados anteriormente, pero se suma el transfer del aeropuerto al hotel.

Sin embargo, las voces consultadas destacaron que existen otras modalidades para arribar al país como los vuelos por la temporada organizados por la empresa Aerolíneas Argentinas o los autos particulares.

Ante esta diversidad de opciones en los traslados, Bel destacó que “Entre Ríos aumentó su nivel de ocupación de tránsito ya que, hay muchas personas que pasan la noche en la provincia y siguen viaje”.

Principales playas.

Los destinos brasileros más vendidos fueron: en colectivo, al Estado de Santa Catarina, particularmente las playas de Camboriú, Florianópolis y Canasvieiras. En tanto que, a la zona norte, con acceso en avión, se optó por Buzios, Río de Janeiro y Natal, entre otros.

Es importante destacar que la temporada comenzó a fines de diciembre del año pasado y culmina en abril. “Los meses más fuertes siempre son los de enero y febrero, sin embargo, para ser más específicos, las personas empiezan a viajar desde el 20 de diciembre hasta el feriado de carnaval inclusive. Esa ventana de casi dos meses es donde mayor concurrencia hay en lo que es el marcado brasilero”, aseguró Matías Colombo, socio de la agencia Weekend de la ciudad.

En definitiva, para los argentinos y argentinas la necesidad de relajarse, distraerse y renovar energías es más fuerte que el tipo de cambio, la situación económica, la devaluación del peso y cualquier otro motivo que pueda poner en peligro el disfrute y las merecidas vacaciones. La alegría no es sólo brasilera.