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Siete razones para confiar en un Corredor Inmobiliario

Si bien no es obligatorio que propietarios, compradores o locatarios deban contratar a un Corredor Inmobiliario para concretar negocios en el mercado de bienes raíces, resulta interesante contemplar las ventajas que tiene contar con el asesoramiento de un profesional matriculado. Carlos Marcelo Pintos

De los valores de la vida que más han visto afectados en estos tiempos, la confianza es la que lleva la peor de las partes. Desde los cimientos mismos de las instituciones hasta la relación entre vecinos han sufrido deterioro y ya no se confía como antes, ni que te lo firmen «con tinta china».

Razón suficiente con lo expresado, pues, para que apelar a «a confiar» sea una cuestión difícil. No obstante, sin la base de la confianza resulta impensable convivir y comunicarnos en la sociedad.

Por tal. A la hora de poner en manos de terceros nuestro patrimonio inmueble -sea para vender, comprar o alquilar- la cuestión es aún más complej, ya que no sólo un contenido material (el valor dinerario del bien) sino también aspectos subjetivos muy altos: el resultado de nuestro sacrificio, el legado de nuestros mayores, el sueño que motorizó nuestro vivir, entre otros no menos apreciables.

Por lo que no resulta fácil confiar en otros para que nos represente en transacción alguna; no obstante, solicito al lector considerar una pocas -pero suficientes- razones para confiar en un Corredor Inmobiliario, para tarea tan especial, a saber:

1 – El Corredor Inmobiliario es un profesional matriculado en el Colegio de su jurisdicción*, con las habilitaciones necesarias y suficientes para ejercer su actividad y con responsabilidad civil y penal por sus actos.

2 – Posee una formación técnica adecuada para desarrollar su profesión y está en constante perfeccionamientos, para actualizarse sobre las normativas y habilidades afines a la materia.

3 – A la hora de valuar una propiedad no improvisa ni se guía por referencias difusas, sino que realiza una concienzuda labor para establecer el valor de mercado adecuado y razonable.

4 – Tanto para ofrecer una propiedad como cuando interviene en la compra de un inmueble, asesora suficientemente al cliente y se ocupa de revisar la documentación y acordar los términos para evitar desencuentros o falencias.

5 – Trabaja en red con sus colegas de la localidad y de otros puntos geográficos de modo de ampliar la base de ofrecimiento o búsqueda y garantizar la obtención del objetivo trazado.

6 – Utiliza un abanico de canales de difusión (tradicionales y digitales) para alcanzar al cliente objetivo para colocar u obtener el bien confiado, en el menor tiempo y con la mayor eficacia.

7 – Interactúa con los profesionales involucrados en el proceso del negocio, tales como escribanos, abogados, agrimensores, aquitectos -entre otros no menos importantes-, para facilitar y concretar la operación.


El cliente que regresa es el cliente de mayor valor. El cliente que recomienda es el que más importa. Hacer las cosas bien no sólo debería ser lo lógico en todo Corredor Inmobiliario, sino lo mínimo que usted debería esperar.

*En la provincia de Entre Ríos los Corredores Inmobiliarios se encuentran matriculados en el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Entre Ríos (CCPIER) su página web es: www.colegiocorredoreser.org.ar

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