Jorge Chemes (CRA) cree que el sector ya tocó fondo y es momento de recuperarse. Para ello, pide mejores precios al productor y una política clara. Nahuel Amore
Jorge Chemes (CRA) cree que el sector ya tocó fondo y es momento de recuperarse. Para ello, pide mejores precios al productor y una política clara.
Nahuel Amore
Jorge Chemes, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) analizó la situación que vive la lechería en Entre Ríos y el país. En este sentido, consideró que si bien “siempre se puede estar peor”, el sector ya tocó fondo y es momento de rebotar. “Creo que hemos llegado a un piso muy grave, muy comprometido y peligroso, que a partir de ahora y con las situaciones que se vislumbran, podemos tener una recuperación” planteó.
Para que ello suceda, advierte que es clave que a nivel nacional se defina una política clara que permita establecer un horizonte. “La recuperación no va a ser rápida, no va a ser inmediata, pero es recuperación al fin”, expresó en declaraciones a Ahora TV, pero en esta línea aclaró: “En la medida que no se aclare qué política lechera queremos, va a ser difícil despegar”.
A la crisis que acarrea el sector se le sumó este año la seca, que perjudicó a todas las economías regionales. “Impactó en forma muy grave, porque además veníamos de una inundación del año anterior. Hubo mucha pérdida de pasturas e imposibilidad de realizar reservas que son las que vamos a necesitar ahora en el invierno, sea rollos, fardos, acopio de granos. Hoy el productor va a enfrentar un invierno con esa falta de reservas y teniendo que salir a buscarlas afuera, las que deberá pagar y significará una pérdida mayor a la que tiene”, explicó.
Precios
A la hora de analizar cuál es el problema de base para los productores de leche, Chemes apuntó: “El principal factor es falta de precio y eso significa falta de rentabilidad. Se va agravando porque de alguna manera al estar estancado el precio al que uno vende a la industria, los costos de producción cada día aumentan más y desequilibran esta cuenta de ingresos y egresos”.
Por otra parte, a esta situación crítica se suma la falta de financiamiento. “No hay atención financiera”, cuestionó. “También hay una alta presión impositiva que se transforma en mucho más excesiva cuando no hay rentabilidad”, añadió. De igual modo, resaltó nuevamente: “Si me preguntás cómo empezamos a solucionar todo esto, yo te diría precios que necesita hoy el productor”. “Entramos en pérdida, gastamos más de lo que ingresamos”, sintetizó.
Mercado
La lechería en la Argentina se está redefiniendo, fundamentalmente por importantes cambios que vivencian las empresas que históricamente dominaron el mercado. En este sentido, Chemes ve con muchas expectativas la incorporación de Adecoagro que se hizo cargo de la ex Sancor y que, según anticiparon, apuntan al sudeste asiático más que al mercado local, lo cual aliviaría la situación a otras industrias.
De todos modos, planteó: “Creemos que fuera de esto, hay una deuda pendiente del Gobierno nacional o del Estado en plantear qué tipo de política lechera queremos. Todavía, y a pesar de los años que han pasado, no está definida una política lechera clara. No sabemos si queremos medidas para el consumo interno o también queremos crecer para exportar, lo cual sería ideal porque además generaríamos recursos para las arcas del Estado”.
“Eso no está claro y es un factor fundamental, porque no tenemos un horizonte claro y además no sabemos dónde estamos parados. En la medida que se aclare qué política lechera queremos, se va a aclarar para el productor, pero también para la industria. A partir de ahí, la industria va a decir que tenemos que exportar, que hay que invertir, mejorar tecnología, y eso se va a transmitir al productor, por lo cual los dos sectores vamos a poner los motores en marcha”, reflexionó.
Consultado por cómo repercutiría esta definición en los precios, analizó: “Va a reaccionar en la medida que toquemos el límite de los 8.500 millones de litros para el consumo interno. Si traspasamos esa línea, corremos riesgo que la demanda presione sobre la oferta. Si no, no creo que haya muchos cambios porque el sector no es que esté cómodo, pero no hay ninguna presión que se ejerza para que necesitemos menos leche”. Al respecto, afirmó: “En Argentina hubo buenos precios al productor cuando la demanda superó a la oferta y generó esa presión para que el productor produzca más leche y la industria necesite comprar”.
Cierre de tambos
“La realidad de Entre Ríos no difiere de las otras provincias que son cuencas lecheras más importantes como Santa Fe y Córdoba. Esta crisis ya lleva muchos años, más de cuatro o cinco, donde se ha destacado la falta de rentabilidad. Día a día tenemos cada vez más cierre de tambos, sobre todo los medianos y chicos que son los que menos defensas tienen ante la crisis”, analizó Chemes sobre la compleja realidad que viven los tamberos.
“Vemos también que los productores que todavía podemos estar sobreviviendo, nos vamos descapitalizando o endeudando. Esto hace que el sector no pueda salir del pantano en que se encuentra. Es un pantano donde cada día tenemos menos fuerzas y no podemos avanzar para poder generar ese pequeño crecimiento o ese avance que necesitamos”, alertó.
Consultado por la cantidad de tambos que se cerraron durante esta crisis, el productor tambero dijo que no tienen un número claro porque lamentablemente no hay estadísticas serias que permitan analizar esta realidad. “Lo que sí sabemos es que se han cerrado un número importante de tambos, sobre todo medianos y chicos y que son empresas familiares”, advirtió.
Concentración y producción
En esta línea, aclaró que si bien muchos tambos cierran, eso “no significa que esas vacas dejen de producir, porque muchas de esas vacas son compradas por tambos más grandes o que siguen en producción”. “A veces es mejor decir cuántas vacas tenemos porque en la medida que tengamos más o menos vacas, sí se va a ver reflejado en la producción”, indicó.
Al respecto, reconoció que en el sector “hay un proceso de concentración clarísimo porque muchas de esas vacas terminan en tambos más grandes”. De todas maneras, también reconoció que, como se observa en las estadísticas, cayó la producción nacional. “Hace tres o cuatro años atrás, estábamos entre los 12.000 y 12.500 millones de litros de leche anuales de producción y con suerte estamos llegando a los 9.500 o 10.000 millones. Esto significa una caída importante y que no hay un margen para poder exportar. Además, estamos cerca de los 8.500 o 9.000 millones de litros que necesita el país para autoabastecerse”, aseguró.