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Se acerca el verano y repunta otra vez la demanda de piscinas en Paraná

En Paraná, la instalación de una pileta estándar –entre 5 y 6 metros de largo- varía desde los $400 mil hasta los $580 mil. Tras el boom de 2020 y los problemas con los insumos, este año prometen tiempos de demora de entre los 30 y 45 días. Gabriel Schamne

El Covid-19 dejó una población más cauta a la hora de realizar viajes y aglomeraciones. Si bien el período vacacional 2021/2022 promete tener menos restricciones, la gente ve con buenos ojos invertir en la comodidad del hogar y, de esta manera, evitar contactos con grupos de desconocidos. En este contexto, las piscinas se presentan como una buena opción para no pasar calor y, a la vez, garantizar el cumplimiento de medidas sanitarias al interior de la propia casa.

En comparación con 2019, antes de la pandemia, la demanda de piscinas creció a gran escala en Paraná. Según fuentes consultadas por la redacción de DOS FLORINES, todos coinciden en que el mercado se vio estimulado por un escenario diferente que se tradujo en un 2020 y 2021 muy atípicos en ventas. El boom comenzó la temporada pasada -con problemas de abastecimiento que generaron demoras-, y este año pareciera mantenerse la tendencia, pero con mejores tiempos.

Ante este panorama, la demanda creció entre un 60% y 70% y se ha mantenido constante en lo que va del año, borrando un poco la diferencia entre temporada alta y baja de comercialización para años más normales. “Hay una tendencia de que la gente toma como una necesidad tener una pileta en su casa”, analizó Germán Acosta, dueño de Prisma Piscinas.

A su turno, Pamela Fontana, socia de Piscinas Río Paraná, explicó que hoy las personas no solamente adquieren piletas para disfrute personal, sino que ven la oportunidad construir pequeños complejos habitacionales para alquilar en período de verano. “Hoy la gente emprende por ese lado, porque la pandemia hizo que los turistas buscaran opciones más cerca y más aisladas”, detalló la comerciante.

Costos

En Paraná, la instalación de una pileta estándar de fibra de vidrio –entre 5 y 6 metros de largo– varía desde los 400 mil pesos hasta los 580 mil pesos, dependiendo el lugar de compra y la financiación. Este monto no sólo incluye el producto, sino que también engloba la mano de obra, los insumos y, en ocasiones, la vereda antideslizante que bordea la pileta. Se trata de la medida más buscada por la mayoría de los compradores, tanto por los costos como porque la superficie de los patios o jardines no suelen ser muy extensos.

Dependiendo los lugares, las piscinas han sufrido un aumento que oscila desde un 50% hasta un 80%. Según los entrevistados, la principal causa está relacionada al aumento del dólar, ya que la mayoría de los insumos son importados. Otro de los factores tiene que ver con la mayor cantidad de pedidos y al descenso de la oferta por parte de los negocios, debido a desabastecimiento ocurrido en pocos meses.

En referencia a los medios de pago, a las formas tradicionales –efectivo y tarjetas de débito/crédito- los comercios le suman la posibilidad de optar por los créditos personales a sola firma.

Tiempos

La mayor demanda y el ingreso a la temporada alta de ventas de piletas, trae aparejado una mayor demora en los tiempos de entrega e instalación. “Aproximadamente en 30 días tenés la pileta de fibra de vidrio instalada en tu casa”, afirmó Fontana. Este lapso de tiempo es el que maneja también la mayoría de los locales de la capital entrerriana para este año, luego de un boom atípico el año pasado que dilató más la espera.

Ante este repunte de las ventas con la llegada del calor, un consejo del rubro es que si se tiene planeado instalar una pileta, el mejor momento para hacerlo es en temporada baja, entre los meses de marzo, abril y mayo. En ciertas ocasiones, los compradores que buscan opciones desesperadas en pleno período diciembre-enero, ofrecen pagar sobreprecios elevados con el objetivo de tener prioridad.

Por otra parte, aclararon que entre octubre y diciembre, los plazos pueden extenderse hasta los 90 días.

En cuanto al lapso de trabajo, los consultados hicieron una diferencia clara entre las piscinas de fibra de vidrio y las de material. “Las de fibra de vidrio se instalan en dos días aproximadamente, mientras que las de material llevan alrededor de un mes, si el estado del tiempo acompaña”, sostuvo la dueña de Río Paraná.

Inconvenientes

El año pasado, el incremento exponencial de la demanda combinado con las complicaciones comerciales de la pandemia, produjo la demora en la llegada de insumos a las fábricas y a los locales comerciales. Los problemas de desabastecimiento fueron parte de un contexto complejo de reactivación tras la cuarentena dura, incluso porque muchas industrias mantenían sus planteles reducidos y la cadena comenzó a encontrar limitaciones.

Ante esta situación, los comerciantes decidieron que el mejor camino era stockearse en grandes cantidades. “El año pasado ocurrió que en el rubro hubo faltantes de insumos de manera brusca e intempestiva y por eso, este año tomamos los recaudos necesarios para estar preparados para afrontar esta temporada”, finalizó Acosta.