ENFOQUE PORTADA

¿Qué es la transición energética?

Por Luciano Paulín, abogado especializado.

Actualmente no existe una definición universalmente aceptada pero sí elementos comunes: una transición energética por lo general involucra un cambio –más o menos acelerado- en un sistema energético, usualmente hacia una fuente, tecnología o vector.

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Ahora bien, lo correcto sería hablar de “transiciones energéticas”, porque son diversas (surgen de reconocer que, en función de su grado de desarrollo, cada país tiene un punto de partida diferente, con acceso a diferentes recursos, demandas, tecnologías, acceso al capital y al financiamiento) y múltiples (porque implican profundas transformaciones en aspectos sociales, ambientales y económicos, en el empleo, en los mercados y el sistema productivo, en el consumo, en la tecnología y en el financiamiento, con impactos positivos y negativos).

Sin embargo, hay algunas “transiciones rápidas” recientes en energía (lo que llamamos “dinámica temporal de las transiciones”) tales como: balastos eficientes (Suecia), cocinas mejoradas (China), aire acondicionado (EEUU), gas natural (Países Bajos), GNC vehicular (Argentina), carbón (Canadá), cogeneración (Dinamarca), energía nuclear (Francia), etc.

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Lo relevante será, entonces, identificar los riesgos (legales y regulatorios, tecnológicos, de mercado, reputacionales, físicos), oportunidades (eficiencia de recursos, fuentes energéticas, productos y servicios, mercados, resiliencia) y el impacto financiero de la transición (flujo de caja, estado de resultados, balance) para poder hacer un planeamiento estratégico y gestionar sus riesgos asociados.

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