Gran parte de la provincia comienza a tener un comportamiento que ya se venía observando en las otras dos provincias mesopotámicas, indica el informe de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. Dos Florines
La respuesta del balance hídrico a las lluvias de comienzo de noviembre es muy favorable a gran escala en la provincia, según la Bolsa de Cereales de Entre Ríos. En las zonas donde los chaparrones que dejó el frente de la madrugada del miércoles se ubicaron por encima de los 20 o 30 milímetros, se observan suelos saturados.
En otros sectores predominan reservas entre adecuadas y óptimas. Las zonas donde el nivel de humedad cae por debajo de la categoría adecuada no son muy extendidas. Se destaca el departamento Diamante y las vecindades, donde aún se notan ciertas deficiencias, aunque ya no puede considerarse que la zona esté en sequía.
Gran parte de la provincia de Entre Ríos comienza a tener un comportamiento que ya se venía observando en las otras dos provincias mesopotámicas, es decir el aumento de la frecuencia de lluvias comienza a apalancar los desvíos positivos. Esto aún no es generalizado, pero posiblemente sean los primeros indicios de una afectación positiva del fenómeno de El Niño.
Efecto niño
Como se mencionó anteriormente esto aún no logra consistencia, para ello se debe cerrar un mes completo con lluvias por encima de los valores normales, donde se vea un desvío similar en gran parte del litoral. Independientemente de esto, las reservas se reacomodan de manera satisfactoria, con áreas reducidas que quedan algo postergadas.
En términos hidrológicos la recuperación es más notable, y los ríos del Plata ya insinúan una tendencia creciente de los caudales. Toda la red de arroyos y las llanuras de inundación de los afluentes del Paraná recién en los últimos meses han comenzado a cargarse, con lo cual aún hay margen para absorber los excedentes que bajan de la cuenca alta del Plata.
Finalmente, el informe indica que el calentamiento asociado al fenómeno de El Niño se mantiene muy instalado y las proyecciones que muestran los modelos de pronóstico, no anticipan modificaciones que aparten a este indicador como el principal forzante climático para el resto del semestre cálido, incluso la primera parte del otoño.
