Presupuesto Entre Ríos 2020, déficit y endeudamiento
20/10/2019
Por Julio Panceri – CPN / Docente / Consultor
Comenzamos a recorrer la última semana hacia las elecciones generales. Hay incertidumbre y volatilidad en la economía nacional – no estoy diciendo nada nuevo – pero los candidatos están prometiendo soluciones mágicas y tanto Ud. como yo sabemos que lo que debemos enfrentar es el famoso “todos ponen”.

Más allá de las promesas, de seguir con la misma idea que devaluar la moneda nos salva, subir retenciones e impuestos y la obligación de mejorar el proceso de redistribución de ingresos, habrá que ponerse los pantalones largos y lograr que todas las instituciones funcionen (justicia, legislativo, Etc) para apoyar una política sustentable de crecimiento económico, si nos seguimos enfrentando y poniendo “palos en la rueda” no vamos a solucionar el problema de fondo “Argentina no es viable y en consecuencia no es productiva”.
No hay soluciones mágicas ni magos, para poder financiarnos necesitamos divisas y el año que viene hay que pagar vencimientos, para ello el estado nacional requiere un superávit fiscal primario de unos U$S 11.000 millones (entre el 2,5% y el 3% del PBI) y por los números que estamos viendo sería un gran logro si este año alcanzamos equilibrio fiscal. En septiembre tuvimos un déficit fiscal primario de $ 25.368 millones, aunque el acumulado anual (enero – septiembre 2019) mantiene un superávit de $ 22.892 millones (0.1% del PBI).

Esfuerzos.
Por lo que estamos viendo, nos guste o no, habrá que requerir otro esfuerzo de todos los sectores y así tendremos que disminuir el impacto de la deuda sobre las cuentas públicas (renegociación), no se puede bajar impuestos pero al menos habrá que hacer más equitativo el sistema y evitar que todo el peso caiga sobre el sector privado que está en blanco y cumpliendo. El Estado nacional y las provincias deberán optimizar sus escalas de gastos (tarea más que difícil porque hay que determinar qué sectores deben ceder) ya que cada vez queda menos espacio para mantener el gasto público en los niveles en que se encuentra con el nivel de actividad que tenemos, hay que marchar hacia un estado de consolidación fiscal y es algo que todos los candidatos lo saben.

El dato de la inflación del mes de septiembre, aunque no resulta extraño es complicado de digerir, el 5,9% mensual es altísimo y no le cuento el 53,5% interanual. La volatilidad cambiaria y la incertidumbre política que vivimos no ayuda y queda mucho trabajo por delante para iniciar una fase constante de caída de los precios que tienda en el tiempo al 2,5% mensual (al menos eso)
En materia financiera, la semana que comienza y con las expectativas sobre elecciones, será más volátil que la anterior. Los datos del viernes muestran que esa volatilidad se mantendrá, el dólar blue (con pocas operaciones) terminó en $ 69,00, el dólar bolsa en 70,20 y el dólar contado con liquidación en $ 72,70, mientras que el dólar minorista cerró en $ 60,00 (dólar billete Banco Nación) con un Banco Central que estuvo presente y validó una tasa de referencia (Leliq) el viernes del 68,00% anual. Todo esto implica que más allá de lo heterogéneo de las actividades en nuestro país, la preocupación que existe en la calle está en saber cuáles serán los precios de reposición de la mercadería que se está vendiendo.
Contexto.
Por el lado internacional, no hay que perder la visión de lo que pasa en el mundo, en Estados Unidos se conocieron datos de inflación del mes de septiembre, el dato que más alertó fue la inflación CORE (excluye precio de alimentos y energía) que alcanzó el 0,10% mensual y 2,40% anual. La Reserva Federal apuesta a una inflación anual del 2% y persiste en la idea (con los datos que tiene) de que la economía americana tendrá una pequeña desaceleración en el último trimestre del año. Por este motivo existen altas posibilidades de una baja en la tasa de interés en octubre, con el objetivo de brindar una herramienta de incentivo al nivel de actividad.
Presupuesto provincial 2020.
El ejecutivo provincial ha presentado a la legislatura el proyecto de presupuesto 2020, el cuál y viendo como se vienen desarrollando las ejecuciones presupuestarias durante 2019 no es una sorpresa que muestre un déficit financiero de $ 8.985,94 millones (el equivalente al 5% de los ingresos totales).
El presupuesto tiene previsto ingresos totales (corrientes + capital) por $ 198.211,78 millones y gastos totales (corrientes + capital) de $ 207.197,72 millones. También marca un superávit corriente (ingresos corrientes – gastos corrientes) de $ 3.542,13 millones, que no deja mucho margen de maniobra más que para cumplir con las obligaciones de rutina.
Los gastos de consumo (personal + bienes y servicios) representan el 57% de los gastos corrientes y el 78% de los ingresos tributarios (provinciales + nacionales). Si consideramos el gasto en personal ($ 88.985,92 millones) más las prestaciones a la seguridad social ($ 40.081,17 millones) observamos que abarcan el 93,5% de los ingresos tributarios totales.
El punto preocupante está en la Caja de Jubilaciones de la Provincia (de la cuál y a través de los años se habla y se hace poco), que tiene presupuestado un déficit de $ 14.809,62 millones (contribuciones – prestaciones), vale recordar que el déficit de la Caja de Jubilaciones presupuestado en 2019 estaba en el orden de los $ 8.800 millones (un 67% menor al presupuestado para 2020). El mensaje de elevación del presupuesto 2020, sobre este tema, dice:
“..Esta situación se ha ido consolidando en el tiempo y ha significado que el déficit del sistema previsional tenga un peso cada vez mayor en la estructura de gastos corrientes, representando en el proyecto de presupuesto un 11% cuando al comienzo de la década era de un 8%…..solo en el periodo 2014/2020 la variación del costo en materia de personal se ubica en el orden del 370%, en tanto que la variación del déficit del sistema previsional registra un incremento del 570% y con una tendencia creciente de la brecha entre ambos conceptos..”
Esquema.
El esquema presupuestario provincial sigue la línea de déficit y endeudamiento que ya lleva varios años (con distintos gobiernos nacionales), viéndose complicado con la coyuntura actual de la económica nacional. La posibilidad de tomar endeudamiento externo para financiar acumulación de déficit de ejercicios anteriores permitió oxigenar las cuentas provinciales (todavía no estamos pagando capital) ya que solo se deben abonar intereses, el mensaje de elevación del presupuesto 2019 describía la situación de la siguiente manera:
“ Durante el año 2017 la provincia tenía acceso al mercado internacional de crédito que concretó con un programa de títulos por un total de U$S 500 millones, a un plazo de 8 años con vencimiento final en Febrero de 2025, con un periodo de gracia de 5 años y una tasa de interés del 8,75% anual. Esta operación generó un alivio sustancial en las finanzas provinciales, pudiendo reestructurar y refinanciar servicios de la deuda pública que comprometía los años 2018 y 2019 y además financiar la realización de diferentes obras..”.
En resumen podemos decir que es un presupuesto muy acotado, no tiene capacidad para el desarrollo de infraestructura, que dependerá totalmente de la relación política y financiera que la provincia mantenga con la nueva gestión nacional (no importa el color político) y demandara de un alto grado de austeridad y control de las cuentas públicas. Hasta ahora, el gobierno nacional ha sido la tabla de salvación de la gestión provincial y esto se refleja en la relación ingresos tributarios propios y nacionales que se mantiene por encima de la relación 30/70, mientras tanto habrá que esperar su aprobación y controlar su ejecución dentro de la incertidumbre que vivimos producto de los vaivenes políticos que atravesamos.