Para el economista Carlos Seggiaro, la suba de costos se trasladará en la cadena, aunque los escenarios serán diferentes para cada producción. Nahuel Amore
La sequía impactó de lleno en las distintas actividades del campo, fundamentalmente para aquellas cadenas de valor que los granos y otros productos primarios definen la estructura de costos. Esta situación traerá consecuencias en el mercado interno, elementalmente por el traslado a los precios finales. No obstante, los escenarios para cada producción son disímiles.
“El consumo interno lo vemos muy debilitado porque hay segmentos de la sociedad argentina que han perdido poder adquisitivo, y probablemente lo van a seguir perdiendo, y no pueden convalidar cualquier cosa”, planteó el economista Carlos Seggiaro, que llegó a Paraná de la mano de Yujnovsky & Asociados y la Facultad Teresa de Ávila de la UCA – Sede Paraná.
En otras palabras, la suba de costos no se podrá trasladar totalmente a los consumidores finales. “Está claro que aquellos segmentos de negocio vinculados al mercado interno van a tener que mirar obviamente lo que va a pasar en los próximos meses, porque no percibo que el consumo interno en la Argentina pueda reactivarse de manera significativa”, sostuvo el profesional, en diálogo con DOS FLORINES.
Al respecto, planteó qué sucede con el pollo, que si bien registró un aumento directo a las familias, no fue en la totalidad que necesitaban los productores. “A los avícolas los costos le subieron tremendamente porque les aumentó el valor de los alimentos y de la energía. Sin embargo, el precio de venta no subió en esa proporción. Hubo una presión de la Cámara que los nuclea para aumentar los precios en los supermercados, pero les dijeron que no pueden trasladarlo a góndola porque no se vende”, explicó.
Cerdos
Situación algo similar sucede con los productores de cerdos, a quienes se les suma el incremento de los cortes importados. “El sector porcino está teniendo problemas para colocar la producción”, señaló Seggiaro, y acotó que esto es parte de un proceso de debilitamiento del consumo por la pérdida del poder adquisitivo de las familias.
Incluso, fundamentó que el sector se enfrenta con particularidades propias. “Está claro que el Gobierno no va a frenar importaciones. El acuerdo con Estados Unidos es clarísimo en ese punto. De todas formas, el sector porcino se está enfrentando ya con un margen de rentabilidad que no tiene nada que ver con la foto que vio en los últimos años, lo cual no puede ser una sorpresa”, indicó.
En esta línea, recordó: “Cuando realizamos el plan estratégico para el sector en Entre Ríos, le dijimos a la Cámara que esto se venía. ¿Cuál es la película de un proceso de disminución de los márgenes de rentabilidad? La desaparición de los productores más chicos y obviamente un debate en términos de escala y tecnología. Hace dos años planteamos que el camino es el de la integración horizontal y vertical”.
Al respecto, Seggiaro profundizó: “La cadena de valor porcina tiene muchas ineficiencias a lo largo de la cadena y esa ineficiencia se paga. Cuando tenés márgenes de rentabilidad altos no te importa nada. Hace cuatro años les dijimos que cuando tenían márgenes de rentabilidad muy altos, era sólo una foto. Hoy estamos viendo un proceso donde los márgenes de rentabilidad se acercan a los estándares internacionales y en ese plano tenés que tener la escala y la tecnología que corresponde para ser eficiente. Por eso hay que hacer prácticas asociativas”.
Leche
Por otra parte, el economista avizoró un escenario un tanto optimista para la lechería, tras años de padecer una crítica situación. No obstante, esto implicará un traslado de los precios al mercado interno.
“El sector lácteo ha vivido una crisis muy profunda, que tiene que ver con lo económico y lo climático. El cambio de manos del sector, y particularmente el ingreso de Adecoagro adquiriendo Sancor, son elementos positivos mirando hacia el futuro”, planteó.
En relación a esto, agregó: “Adecoagro está comprando Sancor y le interesa básicamente el mercado del Sudeste Asiático. Mientras tanto, tenemos que la producción de leche bajó de 12.000 millones de litros a 9.000 millones, por lo cual tenemos un problema de producción y hay muchas cuencas desvastadas con la sequía”.
Con estos elementos, de cara al futuro, destacó que si bien costará recuperar los niveles de producción, “para un productor lácteo al que no se le destruyó su propia producción o para un empresario pyme, esto que decimos es casi música”.
“Si hay poca leche y el principal jugador se la lleva afuera, quiere decir que para un industrial le está descomprimiendo el mercado interno y para el productor va a haber más presión sobre los precios a la suba. Eso va a ocurrir. El sector ha vivido una situación muy mala y creo que los productores que quedaron en el sistema, van a tener un premio, no así los consumidores de lácteos”, fundamentó.
El impacto de la sequía en los pueblos
Para Seggiaro, la histórica sequía que vivió la Argentina traerá graves consecuencias. “ “Estamos en un escenario que va a haber menos capital de trabajo, menos dinero dando vuelta en toda la región pampeana, eso afecta el nivel de actividad económica de muchos pueblos, va a generar problemas en la cadena de pagos y va a generar un aumento de los cheques rebotados”, advirtió.
En esta línea, dijo que además habrá consecuencias a niveles sectoriales. “Por ejemplo, la cámara que nuclea a los fabricantes de maquinaria agrícola ya dijo que espera vender entre un 20 y un 30% menos de máquinas este año. Eso por supuesto va a afectar a todos los segmentos en ese proceso de vinculación”, resaltó.
En este contexto, Seggiaro advirtió que observa “un proceso de concentración porque habrá muchos productores que van a tener muchas dificultades en la próxima campaña. Los que queden en el proceso, obviamente que van a tener no sé si un premio, pero sí un margen bruto mejor”.
Respecto de este último punto, dijo que mientras “los precios de los insumos se mantienen relativamente estables, los valores de los granos suben. Mirando la próxima campaña, el margen bruto tiende a mejorar”.