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Petropack innova con un nuevo sachet de leche sin cadena de frío y 100% reciclable

La empresa líder en envases flexibles de Paraná da un paso más allá e innova en el mercado del packaging lácteo con insumos de polietileno blanco y negro obtenido mediante coextrusión. Se trata de un envase aséptico que protege al producto de microorganismos y se logró en base a una alianza estratégica con el INTI, quien llevó adelante un estudio financiado por la compañía argentina líder en envases para la industria alimenticia mundial.

La relación entre el producto, los envases y el mercado se ha caracterizado por una dinámica especial en las últimas décadas. La evolución de este sistema se da en forma vertiginosa donde la demanda, con un concepto de socialización de la calidad en todo el proceso y el cuidado del medio ambiente han sido variables que los consumidores han impuesto como un dogma y del que parece no estar dispuestos a desprenderse.

La industria de la alimentación, en todos los eslabones de su cadena,  ha asumido el desafío de adecuar sus sistemas y enfocarse en el camino de la inversión permanente para generar insumos, productos, logística, canales y packaging, entre otros, que estén a la altura de estas requisitorias de los consumidores.

Y si bien son estas últimas las que siempre muestran el norte, la investigación y desarrollo de las empresas suelen exhibir el fruto de este trabajo generando innovaciones que le permiten dar un paso firme y competitivo a toda la cadena de valor, y el círculo virtuoso adquiere un nuevo equilibrio y una nueva velocidad.

Este es el caso de Petropack S.A., la compañía argentina líder en la fabricación de envases flexibles, con fuerte anclaje en el rubro alimentación, que acaba de lanzar al mercado latinoamericano un nuevo sachet para la preservación de leche fluida que no requiere cadena de frío y es totalmente reciclable, un detalle diferenciador en un contexto tan competitivo como cada vez más exigido a la hora de definir el origen de los materiales con el que fue construido y su capacidad de recuperación sin dañar el ambiente.

Se trata del producto denominado Treta Capa y se logró a partir de utilizar un polietileno blanco/negro, 100% reciclable y obtenido mediante coextrusión, a base de una fórmula especial que incorpora Etilen-vinil-alcohol, más conocido mundialmente como EVOH, un agente de barrera con el que se obtiene una muy baja permeabilidad al oxígeno y gases, evitando así la oxidación del producto, a la vez que conserva los aromas propios de la leche e impide el ingreso de aromas externos que puedan alterarla, según informaron desde la compañía argentina a la publicación especializada Tecnología Láctea Latinoamericana.

Investigación.

Esta tecnología, sumada a un tratamiento térmico del tipo U.H.T (138 – 142 °C durante 2 a 4 segundos) y un posterior envasado aséptico permite eliminar completamente la cadena de frío.

De este modo se logró un producto que permite un envasado aséptico a partir de una esterilización del material de envase, normalmente realizada mediante un baño de una solución de peróxido de hidrógeno, para luego proceder al formado, llenado y sellado de los envases en un recinto cerrado y esterilizado con una atmósfera del mismo agente de desinfección pero en estado de vapor, que garantiza un ambiente libre de microorganismos.

Si bien el nuevo sachet ve la luz sobre finales de 2022, Petropack S.A. financió a fines de 2021 un estudio en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (OT n° 277-1201).

Dentro del esquema de la investigación científica con el reconocido y riguroso organismo tutor de la industria argentina, se analizó el impacto ambiental de dos envases. Uno de ellos genérico -tetra capa- comúnmente usado para leche larga vida, y por otra parte se ponderó el sachet larga vida producido por Petropack S.A.

El resultado permite precisar los postulados planteados y los resultados que se comunican en impactos normalizados y ponderados con la satisfacción de los científicos y los empresarios, persuadidos que tendrán un impacto positivo en la industria láctea de la región.

Características.

Petropack S.A. atraviesa sus 35 años de vida y sus principales plantas están emplazadas en el Parque Industrial de Paraná, en la provincia de Entre Ríos.

Su crecimiento y reconocimiento en el mercado ha sido exponencial, siendo, por un lado, proveedora de las principales industrias alimenticias, lo que le permite llegar a un indeterminado número de países a través de las primeras marcas; y por el otro cuenta con canales propios de exportación para abastecer a segmentos muy especiales del planeta.

En este sentido, la empresa ha logrado productos como el film blanco negro para leche o yogur; el film blanco para yogur; el film blanco negro con evoh para sachet larga vida; laminados para leche en polvo; laminados para queso rallado y lo que se conoce como envasamiento secundario. De este modo, Petorpack, con su actual innovación, sostiene su apuesta por el sector lácteo y quiere sostener su competitividad en un sector que mantiene un gran potencial en el continente.

Actualmente, la empresa concentra su estrategia comercial en la fabricación de packaging flexible, con un volumen de 2700 toneladas de envases por mes para las más variados segmentos: alimentos, bebidas, limpieza e higiene, productos para el hogar, petfood, agro, etc.

“Día tras día, vemos cómo la preocupación al envasar los alimentos se incrementa al no ser sólo una cuestión de protección y atracción de los consumidores, sino que se debe incorporar la minimización de su impacto ambiental y el aumento de su reciclabilidad. En Petropack, como empresa especializada en la fabricación de envases flexibles para alimentos y con fuerte presencia en el mercado lácteo, ésta ya es nuestra premisa. Hemos desarrollado un envase para leche que combina las tres características centrales: protección del producto, impresiones de alta definición y total reciclabilidad; sumado a la posibilidad de eliminar la cadena de frío. La tendencia en el campo del packaging es a migrar hacia estructuras monomateriales, es decir, en las que el envase esté compuesto por un solo material, para fomentar su circularidad”, describe Lautaro Bourdin, de 26 años, que se desempeña como Coordinador de Sustentabilidad de la desafiante compañía.

Según los informes y resultados con que cuenta la empresa para el nuevo sachet Larga Vida, las expectativas son más que optimistas.

Los consumos energéticos en el transporte son similares mientras que el impacto de las materias primas continúa siendo considerablemente menor, expresan, y aseguran que se reduce el impacto de la logística de los envases en la planta de conversión y en su transporte a la usina láctea, así como en la distribución al punto de venta.

“En definitiva, comparado con el tetra, se requiere menos cantidad de packaging para envasar un litro de leche al utilizar el sachet, al mismo tiempo que su estructura es 100% reciclable y monomaterial, contra un multi material complejo para reciclar. El impacto global de utilizar el sachet de Petropack, sin refrigerar, es un 36.1% menor que el envase tetracapa. Si bien la vida útil de sachet se reduce a 180 días cuando no se refrigera (contra 360 días del tetra), la elevada tasa de rotación de la leche en góndola le quita relevancia”, prescribe Sebastián Bourdin, que oficia de director dentro de la empresa.

Análisis.

INTI y Petropack realizaron distintas pruebas para validar los arduos meses de investigación y dar cuenta de la cuota de calidad que debe contar el producto para las exigencias a las que fue expuesto.

En este sentido, se avanzó en comparar el sachet larga vida tradicional (que exige refrigeración) con un producto de referencia y se advierten los siguientes postulados:

a) Transporte refrigerado desde el envasado al punto de venta (como comúnmente se distribuye este producto hoy en la Argentina); b) Almacenamiento refrigerado en el punto de venta, ponderado según el mercado argentino; c) Tres días de refrigerado en el domicilio del consumidor, nombrado como “Guarda del producto”; d) Una vez abierto el envase, se estima un día de refrigeración en la etapa de “Consumo”; y e) Una tasa de reciclaje del 13,8%.

Para el envase genérico Tetra Capa, por su parte, se parte de los siguientes presupuestos:

a) Transporte sin refrigerar desde el envasado hacia el punto de venta; b) Almacenamiento en estanterías no refrigeradas en el punto de venta: c) “Guarda del producto” sin refrigerar en el domicilio del consumidor; d) Un día de refrigerado durante su consumo; y e) Una tasa de reciclaje del 13,8%.

De este modo, la validación científica permite precisar que, de este primer escenario, se obtiene que el mayor impacto ambiental está dado en la energía utilizada para la refrigeración durante el transporte del producto desde el punto de envasado al punto de venta, que constituye el 86,1% de la huella ambiental del sachet.

En ambos envases analizados, la producción de la materia prima juega un papel muy importante a la hora de la medición, ya que se tiene en cuenta la energía que se necesita para extraer las mismas, su origen, su peso, entre otras características. De todos modos, cuando se comparan ambos envases el sachet tiene un menor impacto dado que es casi 100% polietileno, en comparación con el envase genérico Tetra Capa que contiene también aluminio y cartón, materiales más pesados.

En cuanto al sachet, la producción del polietileno por parte de la petroquímica es la etapa con más peso, representando el 59% del impacto ambiental del envase, seguido por el transporte del envase hacia la usina láctea, con un 20% de incidencia. Luego le sigue el proceso de fabricación del envase por parte del convertidor, que representa un 16% del impacto total del sachet (76% atribuido a la electricidad).

Eficiencia.

Vale concluir, entonces, según los informes que prescriben desde Petropack y las pruebas a las que fue sometido el innovador producto, que el tradicional sachet que requiere frío tiene un impacto ambiental 1,9% mayor al envase Tetra Capa, especialmente por el consumo de energía durante el mantenimiento de la cadena de frío.

Sin embargo, para envasar un litro de leche con sachet larga vida se necesitan 6 gramos de envase, siendo más eficiente en el transporte del mismo, si comparamos con los 30 gramos que se necesitan del envase genérico Tetra Capa.

Para determinar este escenario alternativo tuvimos en cuenta todas las características aprovechables de este sachet Larga Vida a la hora de distribuirlo y almacenarlo. Igualamos las condiciones de ambos envases, asumiendo que ninguno se refrigera durante el transporte, disposición en góndola, ni en el domicilio del consumidor. Solo consideramos la refrigeración durante un día de consumo, aunque el producto puede consumirse hasta dentro de los tres días”, confían los responsables a la hora de precisar las bondades de su nueva creación que puede convertirse en una solución que facilite los procesos de las empresas, mejore las condiciones de conservación de la leche y fidelice las relaciones con los clientes.

En Petropack se muestran confiados y apuestan a una masificación los países de la región de su envase, ya que aseguran que cuentan con una cartera de clientes en Argentina y Paraguay que han decidido dar el salto hacia estos nuevos sachets.