Oxígeno para las empresas: tras el acuerdo, especialistas destacan el impacto en los negocios
04/08/2020

Alfredo Calabrese y Ricardo Couchot anticiparon una mejora de las condiciones para volver a financiar inversiones del sector privado. Nahuel Amore
Tras varias idas y vueltas, con pandemia de por medio, el gobierno de Alberto Fernández celebró el primer acuerdo en el marco de la reestructuración de deuda bajo jurisdicción extranjera. La negociación se logró con los representantes del Grupo Ad Hoc de Bonistas Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Bonistas del Canje y otros tenedores, que contempla el apoyo de los miembros de los tres grupos a la propuesta que condujo Martín Guzmán, ministro de Economía.

Ahora bien, frente a las adversidades que configuran la profunda recesión argentina y los desafíos que se presentan de cara a la pospandemia, el sector privado se pregunta cuándo volverán a soplar vientos que posibiliten revertir el escenario actual. En este sentido, DOS FLORINES dialogó con Alfredo Calabrese, presidente de Integrar SA, quien analizó el impacto que despierta esta noticia en los hombres y mujeres de negocios a nivel local y nacional, fundamentalmente en la posibilidad de acceso a financiamiento.
“Es muy positivo que la Argentina logre un acuerdo con los acreedores internacionales y que no caiga en un default. Me parece que es realmente positivo el inicio de la normalización de la integración con el mundo, por lo menos en lo que es económico financiero”, señaló, y anticipó que “da posibilidad de acceder a créditos de inversión, a las líneas de organismos multilaterales y para fomento”.

En otras palabras, Calabrese planteó que el efecto del acuerdo es recrear las condiciones de “previsibilidad, no tanta inestabilidad cambiaria y tal vez mayor estabilidad que libere algunos dólares para poder reactivar alguna industria un poco comprometida porque no le permiten importar. Creo que por ese lado va a venir el inicio de la nueva normalidad que puede dar un acuerdo satisfactorio para ambas partes en la renegociación de la deuda”.
Respecto de cómo continuará la próxima etapa de negociación, advirtió ciertos reparos sobre los eventuales condicionamientos del FMI. “Si bien falta el capítulo local, no creo que sea tan complejo, sobre todo después del capítulo internacional que suele ser el más duro. Después, el tema con el Fondo Monetario va a ser más difícil porque va a pedir algunas modificaciones estructurales que no sé cómo van a poder manejar”, sostuvo.

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En tanto, Ricardo Couchot, jefe de Operaciones Bursátiles de Leiva Hermanos, destacó cuál fue el punto central que permitió alcanzar el consenso con los bonistas. “En esta última propuesta la mejora vino por un bono que se da por los intereses corridos y por la fecha de pago del primer pago de vencimiento de 2030. En la oferta anterior se empezaba a pagar en 2025 y en esta se empieza a pagar en 2024”, señaló.
Asimismo, indicó otro tema clave: “Se habla de un valor presente promedio de 54,80 dólares. El gobierno había arrancado en más de 30 dólares y los bonistas habían comenzado en casi 77 dólares. Por eso, fue una negociación buena, normal y entiendo que exitosa para Argentina porque libera mucho estos próximos años. Ese sería el principal beneficio. La suba de los activos de hoy es por esto”. “Se alivia mucho la carga, aunque no deja de ser importante. Se puede pagar y está dentro de los parámetros que buscaba la Argentina. Ahora hay que esperar que repercuta en la economía real”, acotó.
Desde esta perspectiva, para el especialista a partir de ahora habrá un mayor “margen de acción” que resulta oportuno para el contexto que vive el país y el mundo. “Es un problema menos en el corto plazo y abre la posibilidad de financiamiento, tanto para el Estado nacional y las provincias, como para las empresas, que están necesitadas de oxígeno”, afirmó a DOS FLORINES.
Al respecto, analizó que en general la lectura que se hace viene desde el lado estatal, “pero la realidad es que esto impacta en las empresas”. “Seguramente se vuelva a abrir el mercado internacional de deuda. Hoy la mayoría de las empresas están apuntando al mercado interno en emisiones en pesos y dólar link. En hard dólar, poco y nada. Esto le mejoraría en ese sentido porque el mercado internacional tiene tasas más bajas”, aseguró.
Financiamiento
En tiempos donde los recursos escasean para hacer frente a inversiones estratégicas, Calabrese plantea que “desde el punto de vista de las empresas y la economía en general, los acuerdos son muy buenos porque reducen mucho la incertidumbre y permite el ingreso de capitales que esperemos que sean menos especulativos y más de inversión, para financiar el desarrollo, la infraestructura y la inversión”.
Asimismo, el vicepresidente de la Bolsa de Comercio de Entre Ríos trasladó la lectura al plano macroeconómico y recordó que el acuerdo “va a quitar un poco de presión sobre el mercado cambiario y va a hacer que queden un poco más de dólares disponibles para dinamizar las importaciones que se requieren desde el punto de vista del desarrollo de la actividad empresaria”. “Hoy algunas actividades están un poco paralizadas porque no se pueden importar insumos básicos, alertó.
En tanto, Couchot coincidió al considerar que “la posibilidad de acceder a financiamiento brinda posibilidad de nuevas inversiones y de financiar el capital de trabajo a tasas razonables y les permite a las empresas mantener o aumentar el ritmo de la actividad, lo que redunda en más empleo, más trabajo, más producción”.
De todas maneras, puso blanco sobre negro sobre otro tema pendiente si la intención es recrear esas condiciones de crecimiento y desarrollo para poder pagar. “Es una muy buena señal, pero es la primera necesaria, no suficiente. Lo que falta después, para no volver a tener el mismo problema de deuda, es una política prudente en lo fiscal. Si seguimos con déficit, vamos a seguir teniendo el mismo problema con la deuda pública”, advirtió.