ENFOQUE PORTADA

Obra en el arroyo Las Viejas, un anuncio y mucho por decir

Por Paula Armándola – Corredora Pública Inmobiliaria / directora del Centro de Estudios Inmobiliarios / Autora de la propuesta de ordenamiento y desarrollo territorial sustentable “Entre Ríos entre arroyos” //

La Municipalidad ha hecho público, recientemente, un proyecto para el arroyo Las Viejas desde su nacimiento en la confluencia de los arroyos Colorado y Culandrillo hasta la desembocadura en el río. De acuerdo a lo que informó, implica sistematización, saneamiento y recuperación de espacios para la recreación.

La necesidad de un proyecto no implica convalidar el presentado que no tiene en cuenta nuestra Constitución, la Ley General de Ambiente, la ordenanza municipal de Cuencas, los derechos de tercera generación y tampoco, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Es necesario aclarar que el análisis de la propuesta del gobierno local es en base a la escasa información disponible y a una deficiente instancia de participación.

La instancia participativa ha sido insuficiente. Se mostró un documento donde se exhiben resultados. No incluye el estudio hidrológico de la zona, no se puede calcular la velocidad del agua, un aspecto muy importante. Basta recordar situaciones trágicas recientes en la ciudad. Deberíamos poder calcular la velocidad del agua, qué va a pasar si alguien se cae en ese arroyo. Son cosas que ya nos han pasado; entonces, debemos tenerlo en cuenta.

Quizá exista un estudio hidráulico más desarrollado. Si así fuera, no tuvimos acceso a ese documento.

En consecuencia, es difícil participar si no se habilita el acceso a la información completa.

Participación.

El proyecto no responde a una planificación por cuencas como prevé la propuesta de ordenamiento y desarrollo territorial sustentable “Entre Ríos entre arroyos”. Tampoco tiene la visión de la Ordenanza de Cuencas en la que hemos colaborado. No la tiene porque es un proyecto viejo de entubamiento que se maquilla. Ahora, en lugar de entubarlo lo canalizan, o sea que es lo mismo que un entubado solo que a cielo abierto y con impermeabilización del cauce cuando ya está demostrado a nivel mundial, los beneficios que tiene el cauce en su estado natural, criterio que también sostiene Entre Ríos entre Arroyos.

La objeción es a todo el proyecto que no es más que un parche a uno de vieja data, que Paraná tiene desde hace décadas. El ex intendente Julio Solanas, siendo candidato ya proponía el entubamiento de este arroyo.

Desde nuestro punto de vista, lo han tomado y le quitaron la cubierta con la idea de comunicar a los vecinos que el arroyo corre a cielo abierto, lo que puede interpretarse -al ver el curso de agua- que queda sano, pero no es así. Cuando uno impermeabilizaba el suelo mata toda la vida que tiene en el lugar y perjudica la costa en la medida que la flora necesita del agua para subsistir y la fauna del curso de agua, son corredores biológicos. El delito ambiental no habla de indemnización como puede ser para un delito económico, sino que habla de restaurar, pero es muy difícil restaurar un corredor biológico, ¿cómo se hace? Creo que lo más inteligente es no dañarlo.

La impermeabilización del suelo, además de atentar contra la flora, la fauna, los corredores biológicos, que nuestra Constitución establece que debemos respetar, atenta contra la producción de los servicios ecosistémicos de los cuales nos beneficiamos todos de manera gratuita, la pandemia nos ha enseñado que sin duda necesitamos de la naturaleza para tener equilibrio en la salud. Y cuando hablamos de salud consideramos el bienestar físico y mental de las personas, y para que ello suceda la persona debe estar en un ambiente sano.

Por otra parte, cuando sube el nivel del río, el agua ingresa por el arroyo. Eso no está contemplado, la cota del arroyo es mucho más baja que la del río. ¿Qué va a pasar cuando el agua no salga al rio y se acumule en el cauce del arroyo?

Externalidades.

Insistimos, la Municipalidad propone una canalización a cielo abierto en el arroyo Las Viejas cuando habría que dejar el cauce como está. Generar mejoras con la visión de cuencas, poder identificar las problemáticas sociales, ambientales y económicas y comprender que todo lo que pasa en la cuenca repercute en la cuenca. Los líquidos orgánicos viajan de la cuenca alta a la cuenca baja. ¿Cómo van a sanear eso?

El saneamiento de las cloacas es necesario, pero es infraestructura subterránea. Si la idea es habilitar el Thompson, habría que dar a conocer cuál es el plan de saneamieto real de los líquidos orgánicos. La documentación puesta a disposición no lo dice. Indica lo que se piensa hacer pero no precisa cómo se hará. Además, esa es una obra independiente que no implica la necesidad de impermeabilizar el cauce.

Es cierto que hay que solucionar los problemáticas que tiene la zona, tanto sociales como ambientales, de saneamiento, y también económicos. Al resolver esas problemáticas se genera actividad económica que actualmente no existe por tratarse de una zona olvidada, degradada.

Dentro de los problemas sociales está el de los asentamientos que hay a la vera del arroyo que son muy vulnerables. Si están a la vera del arroyo, deben relocalizarse. Lo mejor sería poder incluirlos y darles la oportunidad de desarrollar su vida y satisfacer sus necesidades en un lugar donde el Estado tenga planificado. No solo hablo de vivienda, sino también de contar con servicios y equipamiento urbano para que puedan tener igualdad de oportunidades y lograr la movilidad social si lo desean.

Otro aspecto importante: los estudios que contemplan la dimensión de los efectos climáticos adversos se calculan a 100 años, no a 25 como el que ha presentado la Municipalidad. Desde este punto de vista, la obra es extremadamente cortoplacista.

En otro orden, el Municipio planifica ubicar la terminal de ómnibus, un servicio público, en un lugar que hoy todos vemos que es un bajo. Van a canalizar el tramo del arroyo en esa zona y cuando rebalse o se inunde, ese servicio público se va a ver afectado.

Los beneficios que supuestamente ocasionaría en la zona de la futura terminal fueron exhibidos como otro atributo de lo que se planifica en el arroyo y es exactamente lo contrario. Los servicios públicos no se deben hacer en lugares de riesgo, se deben planificar para que la sociedad pueda aprovecharlos y disfrutarlos en el largo plazo. Otra vez mas vemos una planificación de escritorio y no de territorio.

Para dimensionar la veracidad de las bondades que atribuye el Municipio al proyecto para el arroyo Las Viejas, los vecinos de la ciudad pueden ver lo que sucede en el tramo del arroyo Antoñico –próximo a la desembocadura- con una canalización a cielo abierto. Impermeabilizaron el cauce, lo canalizaron, abrieron calles alrededor y la situación de la zona no mejoró. ¿Queremos transformar Las Viejas en otro Antoñico?

Paradigma.

Estamos fijando posición desde el modelo Entre Ríos entre Arroyos que está impulsado por el Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios. Actualmente, luego de una construcción de saberes y de inteligencia colectiva que lleva seis años hemos logrado articular con el INTA, la UTN y la UNER una diplomatura para poder construir y compartir todos estos saberes acerca de la planificación por cuenca y los beneficios que trae aparejados.

Las cuencas son las unidades territoriales por naturaleza en donde suelo y agua se manejan como un sistema. La consecuencia de la intervención en un punto de la cuenca se puede ver reflejado en cualquier tramo de la misma; el impacto no se ve necesariamente, en el mismo lugar que se interviene.

Hoy vemos que el arroyo Las Viejas es una oportunidad de hacer las cosas bien, de poder dejar el cauce en su naturalidad, de poder generar los parques lineales respetando los corredores biológicos. Podemos hacer un plan de desarrollo de la zona, para que la gente ocupe esos lugares y acceda a esos espacios verdes públicos, de calidad.

Una planificación sustentable no se puede hacer en base a un proyecto que no fue pensado como sustentable.

Quizá sea el momento de pensar en proyectos sustentables que nos lleven a tener mejor calidad de vida, que estén enmarcados en nuestra Constitución, en la Ley Nacional de Ambiente y sobre todo,  en Paraná, en lo que es la normativa de Cuenca. La ordenanza no puede ser letra muerta como así tampoco los derechos de tercera generación.

Puede ser incómodo salir de nuestra zona de confort, pero es el desafío que necesitamos enfrentar como sociedad para estar mejor.