No hay viento a favor para quién no tiene puerto de destino

18/08/2022

Por Ubaldo Roberto Domingo – CPN – Asesor económico, financiero y Pymes locales – Especialista en Sindicatura Concursal ///

Asistimos con total asombro, a las marchas y contramarchas del nuevo equipo económico, lo cual nos lleva a comenzar a descreer de los resultados que el mismo pueda llegar a obtener.

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No debe confundirse el atento lector, frente a estas afirmaciones. El futuro de este gobierno y sus éxitos o fracasos están estrechamente ligados a los de todos nosotros y también a los míos. Aunque, como siempre, hay posiciones de mayor fortaleza y la crisis en estos casos es más benévola, pero para la mayoría de nosotros, la crisis que se avecina implica dolorosas consecuencias.

Pero entonces, ¿cuál es la razón por la que aquellos resultados serán muy pobres?

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La explicación es fácilmente comprensible: las medidas económicas que determinan nuestra realidad continúan en manos de alquimistas que pretenden seguir manipulando burocráticamente las mismas variables (en realidad son mayores dosis del mismo veneno que se viene utilizando), como son las tasas de interés, el ajuste de tarifas, cuando no, reducir a cualquier costo la cantidad de dinero en circulación o el aumento o creación de un nuevo impuesto.

Debemos notar que poco se habla de salarios, jubilaciones, de producción e inversión.

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Mirada local.

¿Cuál es nuestra propuesta para la Provincia de Entre Ríos, que resulta extrapolable a la Nación?

Atacar primero el incendio económico/estructural que da origen a todos los problemas financieros, llevando adelante un agresivo plan de expansión y crecimiento económico para que entonces pueda apagarse definitivamente el otro incendio-no menos importante-, el financiero/inflacionario que nos agobia.

Este plan de desarrollo es simple y comprensible. Parte del entendimiento de la importancia del salario, hoy comprimido a niveles intolerables, en una sospechosa armonía con las cúpulas sindicales, las cuales han dejado de cumplir con sus más altos fines. (Como un dato sencillo de lo que nos viene ocurriendo, durante la Convertibilidad del peso el salario medio llegaba a 1.750 dólares, mientras que en la actualidad ronda las 461 unidades de la misma moneda. Vemos como se ha ido deteriorando un elemento esencial, siempre variable de ajuste del modelo.

Carcomido así el poder adquisitivo, se desalienta el empleo por caída abrupta de la demanda y se suman quebrantos empresariales por la evidente caída en el nivel de consumo. Todo esto en un ámbito de inédita presión fiscal.    

La absoluta certeza de que nuevamente estos, como los llamo –alquimistas- una vez más pretenden manejar burocráticamente: salarios, precios, tarifas y tipo de cambio, me llevan a la conclusión de que toda propuesta carece de posibilidades de éxito. Su sinceramiento es inevitable, si se quisiera dar paso a un periodo de inversión productiva.

Pero lamentablemente deambulan como sonámbulos por los más básicos fenómenos monetarios. 

Indicadores.

El último informe del Ministerio de Economía de la Nación (Mecon), indica que Argentina en el último semestre exporto por 8.432 millones de dólares e importó por 8.547, provocando un déficit de -115 millones. A esto debemos sumarle que compramos productos industrializados y vendemos cereales y soja fundamentalmente, solo debemos observar los bienes que nos rodean en nuestro hogar, muy pocos provienen de la industria nacional, menos aun de la industria provincial.

Agrava todo el cuadro que sólo el 13% de nuestras importaciones corresponden a bienes con capacidad de aumentar nuestra producción (bienes de capital), o lo que es lo mismo decir que el 87% de aquellos 8.547 millones de dólares son bienes de consumo con salarios de obreros extranjeros (chinos, coreanos, indios, etc), incorporados en esos productos.

¿Pero, como es esto posible? ¿Cómo hemos permitido llegar a esta situación?

Bueno, no es la intención de este trabajo buscar culpables, de ninguna manera, si mostrar una idea, una propuesta, una solución a esta dramática coyuntura.

Es impostergable un plan sólido de corto, mediano y largo plazo de desarrollo que sea sostenido por una alianza público-privada.

Una herramienta de ensamble capaz de aunar los distintos intereses de los diferentes sectores en un único objetivo de poner en marcha toda la capacidad provincial (y nacional), para consumar una transformación.

El plan que se propone implica volver a crear las bases para que todo esfuerzo positivo, fecundo e inteligente pueda desenvolverse sin ninguna traba. Quien decida producir, invertir y emplear personas, pueda verse protegido por un Estado protector y amigable, solo allí también el trabajador encontrará las bases materiales y su bienestar general, a través de como menciono el salario. A partir de aquí, entonces, creadas las verdaderas condiciones para que el capital y el trabajo confluyan en una mayor productividad, habrá estabilidad de precios, emergerá nuestra población del sub-consumo, porque justamente lo que el plan busca es el continuo agrandamiento del mercado.

Entonces, si, se podrá enfrentar la tarea de disminuir el Estado elefantiásico, achicar su peso relativo, ponerlo a dieta, frente a una economía más importante, disminuir impuestos y hacer más eficientes los servicios de educación, salud y seguridad.