AL DÍA PORTADA

Naves industriales, un indicador sobre el espíritu emprendedor que empuja a crecer a pesar de todo

Andrés Bourdin, titular de Metalcon SRL, afirma que hay consultas y pedidos de Pymes para concretar expansiones y nuevos proyectos en la región, imponiéndose a las adversidades. Gustavo Sánchez Romero

Con más de 30 años en el mercado de la construcción en la región, Andrés Bourdin fue evolucionando con sus emprendimientos y hace unos 10 años se estableció en el Parque Industrial de Paraná con su taller, cimentando expectativas positivas a partir de distintos productos, vinculados a la metalúrgica.

Así, fue convirtiéndose en una referencia e indicador que le toma el pulso a las empresas y decidió apostar a un proyecto que acompañe el crecimiento industrial y el desarrollo de las Pymes del sector comercio y servicio.

Con Metalcon SRL (Metalúrgica y Construcción) advirtió que había un mercado potencial a partir de las necesidades que tenían las industrias y empresas de expandirse o contar con una empresa integral que le construyera las naves industriales modernas para sus proyectos productivos.

Hoy, cuando la coyuntura política, social y económica atiborra de signos de interrogación la realidad, y especialmente el futuro, este constructor considera que “si se analiza el contexto y mide fuerzas y ganas de los empresarios habría que afirmar que todo es poco promisorio”.

No obstante, considera que “el espíritu del empresario es emprendedor por naturaleza y valga la redundancia. Entonces, a pesar de la realidad, el empresario se plantea salir para adelante, crecer, expandirse. Y allí es donde nos subimos los proveedores de las empresas y renacen los círculos virtuosos. En contra de todos los elementos se impone el corazón de hacer, y eso moviliza al empresario Pyme. Aun en este momento hay pedidos de presupuestos y trabajos concretos para proyectos de las empresas”, asegura.

Es que desde hace algunos años, Metalcon SRL eslabonó una alianza estratégica con Miller Building International, una compañía líder con sede en Bernal, Buenos Aires, y con más de 50 años en el mercado comenzó realizando trabajos de metalurgia y calderería y con el tiempo se especializó en el diseño y construcción de naves industriales con alta tecnología.

Ambas empresas se han potenciado en unión de recursos y esfuerzos, y ambos ofrecen trabajos de movimiento de suelos, fundación, pisos de hormigón allanado  y la erección de las naves con la aplicación de robótica y tecnología de punta para el sector.  

Hoy cuentan con importantes clientes en la región. Desde su plataforma panorámica, hablamos con él para conocer su servicio y auscultar cómo está esto que llama “la virtud del espíritu emprendedor” en relación a las expectativas del futuro.

Mercado.

-¿Qué tipo de productos piden los clientes en nuestra región?

-En general, las empresas buscan construir o expandirse con naves que oscilan entre los 1500 o 2000 metros cuadrados. En general se trata de emprendimientos industriales, pero también comercios y servicios como supermercados, concesionarias, distribuidoras, comercios grandes.

Dentro de lo que es nuestra experiencia de haber trabajado mucho con industrias tratamos de agregar un valor en el diseño y el asesoramiento para que las Pymes puedan prever el crecimiento al momento de proyectar una nave. Esto es importante y no muchos lo advierten a la hora de pensar en la construcción, y nosotros lo aprendimos de los grandes empresarios que  siempre están previendo hacia dónde irá su empresa en el futuro y que es importante tenerlo previsto. Y este asesoramiento lo damos sin costo en la idea de construir una relación sustentable y prolongada con el cliente.

Esto dice Andrés Bourdin, que, con 58 años, tiene un profuso bagaje en el negocio de la construcción con edificios, viviendas y comercios, como socio fundador y gerente de Bourdin y Asociados S.A.

En los últimos 10 años se concentró en la atención de construcciones comerciales  e industriales.

-¿Cuál es la diferencia entre galpón y nave industrial?- le preguntó Dos Florines.

“Hoy estamos focalizados en obras de movimientos de suelos, fundación, portones primando la velocidad, calidad y a un costo muy acorde con un producto superador al del galpón tradicional que puede albergar hoy un deposito, pero, por su calidad mañana puede convertirse en un supermercado o agencia de ventas o show room comercial. La diferencia entre nave y galpón está en que la nave tiene mayor tecnología, tiene un cálculo de alta resistencia parar vientos y diseño especial. Una persona que quiere hacer un galpón por unos pocos pesos más invierte en una nave industrial que tiene proyección en el tiempo y le permitirá crecer si así lo decide con la seguridad en la infraestructura. Una nave se asocia a una mejor imagen corporativa. Pero también hay una diferencia constructiva. Un galpón, en todo el proceso, puede demandar unos seis meses. La tecnología que involucra la construcción de una nave de unos 2000 metros cuadrados -de este tipo que estamos hablando- puede demandar unos 90 días. Hay una gran tecnología dispuesta en el método de construir las naves, con alta capacitación de los recursos humanos”, especificó el empresario.

Clientes y demandas.

Cuando se aproxima el cliente, ¿qué variable de construcción le plantea el empresario?

-Lo nuestro pasa por la relación entre rapidez, calidad y costo. Hay muchas empresas que se especializan en los espacios interiores, nosotros queremos foclaizarnos en la calidad de la nave, la fundación y el piso. Si tenemos que entrar en el diseño de la nave hacia el interior para ver las prestaciones, lo hacemos porque también tenemos clientes que nos lo han pedido. Pero creemos, como filosofía empresaria, que tenemos que ser fuertes y especializados en un punto. Entendemos que lo somos haciendo una buena nave, de calidad y con un precio adecuado en función de esta relación.

-¿Quiénes son sus clientes?

-Actualmente estamos trabajando en el Parque industrial de Paraná con Petropack en su expansión, con Itasa, con Agua Nuestra. Hemos trabajado con Coto cuando tuvieron un problema en su techo a raíz de una tormenta que se lo deprendió. Con Miller hicimos un buen trabajo porque hubo que trabajar a destajo y contrarreloj con los clientes que continuaban yendo al hipermercado. Eso también es importante porque podemos trabajar en mejoras con empresas que están funcionando y no pueden parar. Eso lo hemos desarrollado. Trabajamos también con Longvie, Luis Losi S.A., Supermercados Día, Sanatorio La Entrerriana, entre otros.

-¿Cómo se establece la relación con el cliente?

-En general son clientes de una escala mediana para este tipo de obras. Usualmente, el cliente sabe quién es Miller y sabe bien cuál es su proyecto y si se adecua a sus expectativas. Para naves más pequeñas contamos con todo lo necesario para desarrollarlo en nuestro taller de Paraná, y de hecho lo hacemos también. Pero con otra tecnología, dando soluciones a un mercado más Micropyme, pero igualmente seguro y eficiente. Por lo general es el dueño del negocio o la empresa el que nos convoca y suele tener necesidades de expansión y en la charla vemos cómo podemos agregarle una idea y potenciar su proyecto.

-¿Cuál es el costo promedio que tiene la obra?

-Influyen muchas cosas a la hora de emitir un valor final. Pero podemos hablar de un valor aproximado comprendiendo la relación entre rapidez, calidad y costo. Pero sin ánimo de establecer un valor definitivo, como referencia, podemos decir que una nave completa de acero de 2.000 M2, de seis metros de altura, con la fundación inicial y pisos interiores de 15 cm de hormigón allanado se aproxima a los 95 dólares el metro cuadrado más IVA . Esto sin contar el movimiento de suelo que puede requerir. Se hace con materiales de primera calidad, y con un plazo de finalización de obra de los 100 días. Miller es una empresa nacional con buenos precios y con tecnología de primera, con pinturas especial, con un sistema de Alma Llena, que es un sistema que garantiza calidad en los detalles, limpieza, etc. Mucho se arma en la planta de Miller en forma robótica y luego se va completando el proceso.

-¿Y de dónde son los insumos y personal?

-Algunos insumos son de Buenos Aires, otros son locales. Y en cuanto al personal Metalcon aporta su plantilla especializada en lo que es el piso con mucha experiencia. Lo que es el diseño y construcción de la nave tiene que ver con el personal que aporta Miller, pero tengamos en cuenta que hay mucha tecnología y robótica puesta en estas obras, y el personal está muy capacitado y más vinculado al manejo de las maquinarias de la construcción de las naves.

Funciones.

Bourdin asegura que están concentrados en la construcción y servicios de lo que es comercio e industria con actividad metalúrgica y construcción, naves industriales y pisos industriales de hormigón allanado. “Metalcon es joven, continuadora de otras empresas que vienen aportando el expertise desde hace 30 años y es como la síntesis que se hizo muy fuerte con la alianza con Miller y la construcción de naves industriales llave en mano”, subraya, destacando que la “gestión comercial también está en manos nuestras”.

-A partir de su contacto y de medir las expectativas del sector privado; ¿cómo augura el futuro?

-Afortunadamente siempre nos consultan y solicitan trabajos, aun en tiempos difíciles como los actuales. No hay muchas empresas que cumplan los requisitos de hacer estas naves en esta escala y con la rapidez que nosotros garantizamos. Lo que vemos es que estuvo bastante frenado el mercado por la pandemia. Hoy vemos necesidad de reactivar proyectos que estaban parados y esperan salir a la luz. También vemos algunos empresarios  que se están planteando inversiones y nos consultan para ir perfilándola en un mediano plazo. Hay necesidad de recambio de máquinas, necesidad de expansión, de crecimiento. Vemos que se han reactivados algunos pedidos de presupuestos y también de trabajos concretos.  Si uno analiza el contexto, las fuerzas y las ganas de los empresarios yo diría que es poco promisorio. Sin embargo el espíritu del empresario es emprendedor, valga la redundancia, y entonces a pesar de la realidad, el empresario se plantea salir para adelante, crecer, expandirse. Y allí nos subimos los proveedores de las empresas y renacen los círculos virtuosos. Es que contra todos los elementos se impone el corazón de hacer, y eso moviliza al empresario Pyme. Pasa en la industria, pasa en el campo. El espíritu emprendedor es la clave.

-¿Cuál es la expectativa de crecimiento de Metalcon?

-En un mercado mediano y chico. Vemos este espíritu de crecimiento, vemos también que la empresa de servicio no quiere tomar más personal por miedo a los stop and go de la economía. Nosotros tratamos de ir incorporando personal con base firme y también tercerizamos algunos trabajos para garantizarnos la provisión. Pero claro que la expectativa es crecer, pero con expansión firme y segura, para no comprometer la empresa.