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Mujeres en los Negocios Inmobiliarios

Estamos en el siglo XXI y si algo ha caracterizado a estas primeras dos décadas es la profundización del avance de la mujer en todos los ámbitos de la vida social, pública y privada. En muchos casos consolidándose tras mucho esfuerzo y dedicación, en otros casos con insipientes logros que apuntan a poner a las féminas en igualdad de condiciones con los hombres. Carlos Marcelo Pintos


El ámbito inmobiliario, como en muchas otras profesiones, el protagonismo del hombre ha sido central; desde la década de los ´60 este modelo de sociedad ha ido tornándose más amplio e inclusivo, dando paso a mujeres con talento, coraje y ansias de superación que se han lanzado a ocupar espacios vacantes o en competencia de igual a igual con sus pares varones y han alcanzado metas que eran impensadas en los albores del siglo pasado.

Las mujeres han ingresado a tareas antes reservadas a los hombres y han demostrado pericia y un toque especial de eficacia que resulta envidiable, y se han ganado su prestigio por méritos propios.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer quisimos visibilizar el protagonismo que tienen las mujeres inmobiliarias en el ámbito provincial, como profesionales del corretaje y como partícipes del quehacer institucional al que pertenecen.

Para reflejar la presencia femenina en el ámbito de los negocios inmobiliarios convocamos a seis corredoras inmobiliarias de distintos puntos de la geografía provincial; ellas son: María Adela Iturburu (Concordia), Alicia Mabel Martínez (Villaguay), Alejandra Campi y Claudia Rodríguez (La Paz), María Lydia Vercelli (Paraná) y Andrea Duré (Concepción del Uruguay).

¿Cómo surge la vinculación con los negocios inmobiliarios?

Se trata de establecer el primer contacto con la profesión, la vocación por los negocios, el mandato familiar o simplemente la búsqueda de espacios laborales compatibles con sus talentos personales.
María Adela Iturburu , de Concordia, nos cuenta que “estaba estudiando ingeniería en el tiempo que mi madre inició la actividad inmobiliaria; puso Johnston Propiedades (de esto hace 40 años ya). Yo frecuentaba sus oficinas así que fui familiarizándome con el trabajo pero sin involucrarme mucho; a causa de un problema de salud de mi madre empecé a ayudarla y poco a poco me fue atrapando, me pareció apasiónante el mundo de los negocios. Creo que, sin proponérmelo, había encontrado lo que luego se convirtió en mi profesión”.
Por su parte Alicia Mabel Martínez, de Villaguay, manifestó: “En verdad, lo mío no fue vocación; allá por el año 2002  venía de una frustrada carrera de escribanía en la Universidad del Nordeste en Corrientes, y sin tener muy en claro qué seguir me encontré  que en mi ciudad se iniciaba la Tecnicatura para Martillero Público y Corredor de Comercio;  me inscribí, sin muchas expectativas, como para no perder el hilo del estudio. Después, con el avance en los estudios, y posterior inicio de actividades en el rubro inmobiliario; me llevaron a elegir ésta profesión”.
Desde el norte entrerriano Alejandra Campi y Claudia Rodríguez, ambas de La Paz, señalaron: “Hace 25 años, cuando emprendimos la actividad inmobiliaria, fue un poco impulsadas por la osadía de la juventud y otro tanto, por el incentivo y apoyo de nuestros maridos. Durante los primeros años, el acompañamiento de ellos, que se desempañaban en profesiones afines a la actividad, fue un factor determinante para perseverar en el camino emprendido.
“No fue fácil conjugar el desarrollo de nuestra actividad, con la de atender a nuestras familias, con hijos pequeños, la formación personal, y sobre todo, abrirnos espacio en una sociedad de características muy machistas, por época y contexto social, que aún hoy, presenta señales o gestos de desconfianza que ponen en duda nuestra capacidad”.
La paranaense María Lydia Vercelli nos muestra otra faceta y comenta: “La elección de esta profesión fue gracias a mi padre Mario Cesar Vercelli -abogado con 50 años de profesión, intachable; y corría el año 2011, y los cambios se suscitaban en mi vida personal y laboral. Y fue en ese momento que como en tantas otras charlas de padre e hija, me sugirió hacer un giro de 180 grados en mi vida. Me interpeló: «¿No te interesaría y dedicarte al Corretaje Inmobiliario?, podríamos trabajar juntos vos con tu estudio y yo con el mío».
“Eso implicaba dejar atrás un trabajo en relación de dependencia para ser independiente en una profesión liberal, con todo lo que eso significa. Conducta, disciplina, responsabilidad y valor para convertirme en «mi propio jefe». Y así, fue que me puse a investigar sobre el rubro inmobiliario y me encontré con un mundo totalmente diferente al que antes pertenecía. Un rubro, que no solo implica “vender casas” (como habitualmente se escucha), también está el manejo de alquileres, administracion de propiedades y consorcios, desarrollos inmobiliarios, entre otros.
“Estudié la carrera y en mayo de 2013 abrí las puertas de mi estudio inmobiliario. Siempre estaré agradecida de haber sabido escuchar a mi papá y por su puesto de contar también con el apoyo incondicional de mi mamá Marita”.
Desde Concepción del Uruguay Andrea Duré nos cuenta: “Siempre quise ampliar mis horizontes, el del conocimiento y en el plano laboral. Soy profesora de nivel inicial desde mis 20 años y a mis 38 años comencé a estudiar corredora inmobiliaria; la elección de la carrera nació en un sueño, en donde me vi vendiendo propiedades y cuando desperté… sentí que eso era lo que quería en mi vida. Emprendí el desafío y trabajé paralelamente en dos profesiones durante trece años. Siempre hay tiempo para volver a empezar, poder aprender y creer en uno mismo. Ese es el espíritu que me moviliza en todo momento”.


Sabido es que el ámbito inmobiliario está, principalmente, ocupado por hombre ¿fue dificultoso abrirse camino en ese contexto?

Iturburu: “En aquella época era la única mujer en el ámbito de los negocios inmobiliarios, muy joven, de modo que fue un poco duro ganarme un espacio propio; pero con entereza y la verdad fui avanzando en la actividad y he recogido muchas satisfacciones, tales como la fidelidad de los clientes: ha habido propiedades que las he vendido varias veces, por la confianza que he logrado entre la gente.
Me considero una persona que le pongo el pecho a las balas y no claudico así no más”.
Martínez: “En los inicios costó un poco, era una profesión que históricamente venía siendo ejercida por hombres; tanto en colegas como en clientes; recuerdo  que pasó bastante tiempo desde mi inicio, hasta que apareció la primer cliente mujer; pero con el tiempo, lento pero a paso firme, fui ganando un lugar y lo más importante es mantener un buen nombre, una buena reputación;  después la gente te elige o no; pero con mi equipo de trabajo, hacemos cada día lo mejor posible, para que cada persona que llegue a nosotros, se sienta satisfecha y mejor aún, que la ganemos como cliente”.
Campi – Rodríguez: “Pasamos por años de aprendizaje, de formación profesional, de explosión de la actividad inmobiliaria y de profundas crisis socio-económicas en nuestro país, todos ellos impregnados de esfuerzo, gusto y satisfacción, así como de preocupación y grandes desilusiones.
“No obstante, con perseverancia, trabajo continuo, responsable y revisión permanente, fuimos logrando afianzarnos con identidad propia, en el mercado y la comunidad.
“Se trata de una tarea ardua, constante, comprometida y, aun hoy nos sigue costando algo más a las mujeres”.


Vercelli: “En cuanto a mi desarrollo profesional, como todo inicio no fue fácil. Insertarse en un mercado laboral cuesta mucho. En lo personal jamás he sentido que mi condición de mujer sea un problema. Y en lo laboral mujeres y varones tenemos la capacidad para estudiar, aprender, capacitarnos. Y allí, donde se marca la diferencia. Jamás me he sentido diferente en ese lugar, donde el intelecto es la estrella.
“Jamás he sentido que por mi condición de mujer, tenga o deba tener más derechos. Hay muchas mujeres inmobiliarias exitosas alrededor del mundo, que han sabido ganarse su lugar a fuerza de trabajo y lucha, siempre por ser las mejores en los que hacen”.
Duré: “Sí, costó desarrollarse en la profesión, en un ámbito preminentemente dominado por varones. Desde el inicio de mi carrera siempre vi a mis colegas hombres como iguales, con los cuales puedo compartir saberes y negocios.
“Considero que lo ideal es participar y no competir, por lo cual he realizado negocios en conjunto con muchos colegas varones o nos hemos recomendado mutuamente. Esa sinergia es positiva y debe primar por sobre cualquier prejuicio”.


Hoy el porcentaje de mujeres inmobiliarias no supera el 30 % en la provincia ¿avizoran en el futuro un aumento de la participación femenina en este ámbito?

María Adela Iturburu considera: “Estoy convencida que cada vez va a haber más mujeres ejerciendo esta profesión; hay un amplio campo de acción y estamos preparadas para ocupar esos espacios con solvencia.
“Creo que lo más importante de nuestra profesión es brindar a nuestros clientes la confianza que estamos trabajando a favor de sus intereses, no importando la situación propia. Si hay que perder una operación por decirle la verdad, hay que asumirlo; porque luego se recupera con creces ya que el valor más importante de todo profesional inmobiliario es la confianza”.
Alicia Mabel Martínez nos señala: “Considero que ya en la última década, hemos logrado una gran inserción de mujeres en la actividad inmobiliaria; tanto en la profesión en sí; como en cargos administrativos y/o directivos en las instituciones que tiene que ver con el rubro inmobiliario. Igualmente vamos por la completa igualdad, sobre todo en algunos aspectos de la sociedad, que todavía son mayoritariamente manejados por hombres”.
Alejandra Campi y Claudia Rodríguez, al respecto, consideran: “Afortunadamente, también observamos un proceso de transformación, en el que la mujer va alcanzando un plano de igualdad con el hombre, en muchísimos aspectos, entre ellos en el mundo de los negocios. Ambos poseemos las mismas motivaciones y expectativas, idénticas desafíos, aptitudes así como las mismas inseguridades.
“Estamos convencidas de que la participación de la mujer, su mirada, en la actividad inmobiliaria es muy positiva y seguramente se irá incrementando”.
María Lydia Vercelli nos manifestó: “La respuesta es claramente sí. Las mujeres tenemos una fuerza e intuición diferente (pero no por eso desmerezco la fuerza e intuición masculina). Tenemos una fortaleza única, que quizás sea natural o no, no lo sé. Este camino no es corto, pero siempre seguimos brindando lo mejor que como mujeres podemos brindar. Hay muchos varones que valoran, ayudan, acompañan y colaboran con mujeres. Y muchas mujeres que valoran, ayudan acompañan y colaboran con los varones. Ese, para mí, es el camino, el trabajo en conjunto. Con respeto y educación. Este, es mi mensaje”.
Y Andrea Duré cierra la charla, en torno al tópico, aseverando “Las mujeres día a día vamos integrándonos a la sociedad increíblemente, en todos los ámbitos, en todas las profesiones. Tengo un concepto claro que me moviliza: todo lo que nos propongamos lograr en la vida es posible. Depende del valor y la fuerza que le pongamos a nuestras decisiones”.


Corolario

Este «conversatorio virtual» nos brinda un pantallazo de la visión de las mujeres que han incursionado en el ámbito de los negocios inmobiliarios. En este caso particular hemos elegido a colegas con vasta trayectoria y a otras con menos de una década de desarrollo profesional; de contextos diferentes y con enfoques disímiles; de enclaves territoriales con particularidades notables, aunque todas unidas por una misma pasión: los negocios inmobiliarios.

1 thought on “Mujeres en los Negocios Inmobiliarios”

  1. Excelente artículo, dedicado a la mujer.
    Felicitaciones!!!. Destacan el trabajo de la mujer corredora inmobiliaria con claridad y precisión.

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