Mercado Cripto: Sebastián Negri defiende “la regulación inteligente con cierta flexibilidad”
24/09/2023
El presidente de la Comisión Nacional de Valores argumentó la necesidad de regular al menos cuatro aspectos de la industria fintech, “pero no para ponerle un pie encima”. Además, habló del trabajo del organismo para prevenir estafas. Nahuel Amore
La Comisión Nacional de Valores (CNV) es la encargada de la regulación, supervisión, promoción y el desarrollo del mercado de capitales; mercado que, en la Argentina, está en vías de expansión como mecanismo alternativo de financiamiento frente a los canales tradicionales. No obstante, a medida que nacen nuevos instrumentos financieros de la mano de la innovación tecnológica, el trabajo de este organismo también va corriendo sus fronteras y se abren nuevas áreas de investigación y control en pos de “proteger a los inversores”.
En este escenario mundial, uno de los desafíos que presentan todos los países capitalistas es crear un marco normativo a las criptomonedas. Se trata de un nuevo ecosistema que gana terreno con fuerza –incluso con una adopción más rápida en la Argentina ante el flagelo de la inflación–, que se presenta como una forma de inversión novedosa y de altísima rentabilidad, aunque con sus particularidades en cuanto a riesgos, tiempos, valores, intermediarios, mecanismos, entre otros puntos. Su acelerado desarrollo obliga a los Estados a tomar cartas en el asunto.
Ante esta irrupción y crecimiento vertiginoso, Sebastián Negri, presidente de la CNV, planteó la necesidad de que haya una “regulación inteligente con cierta flexibilidad” para el mercado cripto. En entrevista con DOS FLORINES, marcó al menos cuatro aspectos a regular: publicidad, conflicto de interés, custodia y prevención del lavado de activos. Desde su punto de vista, ello permitiría impulsar más a esta industria con la inclusión de grandes jugadores y, además, como fuente de financiamiento de empresas que producen y generan empleo.
Asimismo, en el mano a mano, el funcionario oriundo de Entre Ríos puso la lupa en relación a las investigaciones que deben llevar a cabo para detectar estafas y otro tipo de delitos, incluso cuando se trata de zonas grises que le competen más a la Justicia. Al respecto, brindó una serie de recomendaciones para quienes son novatos en la materia y recalcó, una vez más, en la importancia de poder invertir en entornos regulados.
—En medio de semejante inflación, cada vez más argentinos buscan cuidar sus ahorros y encuentran en el mercado de capitales una alternativa. ¿Qué recomendaciones brindan para protegerse y evitar problemas por desconocimiento?
—En principio, que inviertan a través de canales oficiales, a partir de entidades y agentes regulados. No debería ser una opción darle la plata a un sobrino, un primo, un tío o una amiga para que invierta a través de terceros. Hay 250 sociedades de bolsa, hay 12.000 personas que tienen examen de idoneidad para recomendar inversiones admitidas en CNV, hay representaciones en todo el país. A través de los bancos también se puede invertir en instrumentos del mercado de capitales que no son tan exotéricos para la gente que no invirtió nunca, como el caso de los fondos comunes de inversión. Ésta es una vía de entrada porque son los que orientan las inversiones a través de gente especializada y profesional que permiten elegir paquetes de acciones, títulos públicos, títulos de empresas u otras alternativas; cada uno puede después optar, incluso por combinarlos. Otra recomendación es que diversifiquen las inversiones, es decir, no pongan todos los huevos en una misma canasta. Además, que tengan alternativas a través de canales que tengan profesionales que te arman la cartera.
—¿Cómo están trabajando hoy en día desde la CNV para ayudar a prevenir estafas, que son cada vez más asiduas?
—La CNV tiene un área específica de investigaciones, de monitoreo de mercado, y también de protección a los inversores donde recibimos denuncias, incluso anónimas, contra empresas y personas que, de forma irregular, recomiendan inversiones y captan ahorros del público. Hay un universo de estafas considerable. Aproximadamente tenemos un promedio de entre tres y cuatro empresas por mes que alertamos al público que no están reguladas y que les hacemos sumarios, que también derivan en denuncias penales. Es un trabajo habitual de la CNV. Después tenemos un fenómeno que hemos abordado en los últimos años como es la cuestión vinculada a promesas de inversiones en cripto o todo el universo fintech. Hay una parte ahí que no está regulada.
La lupa de la CNV
—¿Por qué cree que aumentó la cantidad de denuncias asociadas al mercado cripto?
—Porque todo el mundo quiere llegar antes al próximo Bitcoin que subió de 0 a 60.000 dólares y se pregunta cuál es el próximo. Se vuelve verosímil que es una ganancia considerable de alcance en poco tiempo. Aparecieron algunas personas y empresas captando ahorro del público y prometiendo tasas de ganancias mensuales imposibles garantizadas. Eso terminó siendo un esquema piramidal, es decir, esa tasa de interés fabulosa que te pagan todos los meses y efectivamente algunas personas reciben, pero que es el dinero de los nuevos suscriptores.
—Se refiere a estafas que se mantienen vivas en forma de pirámide mientras haya flujo de nuevos inversores.
—Claro. La gente dice que le están pagando esa tasa de interés altísima mensual. Eso se corta el día que dejan de ingresar nuevos inversores.
—¿A qué otros mecanismos están atentos?
—Hay otro modelo de negocio que son empresas que operan desde el exterior directamente, que captan ahorros a través de páginas de Internet, de redes sociales, etcétera. El problema es que como son actividades no reguladas en el país, una parte de nuestra respuesta es que no es competencia nuestra.
—Pero deben intervenir porque hay una relación finita entre ese universo de inversiones y el trabajo del organismo.
—Exactamente. Hemos hecho colaboraciones con organismos, hemos hecho inspecciones, he colaborado en denuncias penales. Pero en concreto no es competencia el organismo nuestro. Yo sé que a la gente no le interesa y, como los están estafando, piden que hagamos algo. Pero eso tiene más que ver con el ámbito penal. Hace no mucho tiempo hubo una quiebra de una fintech conocida, con muchísimos perjudicados, que tenía fideicomisos públicos regulados por CNV que los pagó, pero también tenía fideicomisos privados que no terminó pagando.
—Fideicomisos privados de los que no interviene la CNV…
—Porque los fideicomisos privados no son una actividad regulada por la CNV. Es una cuestión eminentemente judicial penal, ajena al ámbito de competencia nuestra. Por ello, es parte de la primera recomendación no invertir en empresas, canales y personas que no estén reguladas, que no tengan domicilio en Argentina, que no tengan la chance de poder reclamar a un organismo por su cumplimiento porque la vía judicial penal, es larga.
Regulación en el mercado cripto
—Desde la CNV se viene planteando la necesidad de regular el ecosistema cripto para proteger a los inversores. ¿De qué modo cree que se podría hacer?
—Internacionalmente se ha debatido y tenemos el mandato de regular algunas cosas por parte de organismos internacionales que están vinculados. Uno de los primeros puntos que recomiendan legislar es la publicidad. Puede ser que prometan que vas a entrar primero al próximo Bitcoin, que es una empresa fantástica, etcétera. Pero la publicidad no debería ser engañosa, no debería prometer a la gente cosas prácticamente aseguradas, sobre todo cuando el público que compra instrumentos cripto no es siempre con experiencia en inversiones con cierto riesgo. Incluso, cuando te cuentan los rendimientos pasados, te dicen que en el futuro puede pasar lo mismo. Los rendimientos pasados no son garantía de lo que puede pasar dentro de seis meses. En ese sentido, países ultracapitalistas como Singapur, Reino Unido, la India o España, han regulado la publicidad y han tratado de evitar que haya publicidad engañosa.
—¿Qué otro aspecto cree que se debe regular?
—Un segundo punto es el conflicto de interés. En el mundo regulado está lleno de agentes diferentes: los mercados, las sociedades gerentes, las sociedades de bolsa, las agencias calificadoras, etcétera. Son muchos agentes intermediarios. En el caso del mundo cripto, hay un solo exchange, una empresa única que hace todos los roles; que es tu agente, que es el mercado, que usa el instrumento, que hace custodia de instrumentos, que los emite. Está estudiado que eso puede generar conflicto de interés, que te quieren vender su propio token, su propia cripto y, cuando uno quiere recuperar liquidez, él es el único oferente. A nivel mundial se está evaluando la manera de regularlo dentro del ecosistema cripto.
—¿Hay un tercer aspecto para regular del mercado cripto?
—La custodia. Ha pasado de quiebras de exchange que las cripto de las personas terminan en la misma bolsa de las empresas que quiebran. Todavía no está del todo claro de qué forma lograr una custodia eficiente de instrumentos cripto. Hay una propuesta de la industria, pero son cosas que se siguen debatiendo.
—En base estos tres puntos, ¿considera que la CNV está en condiciones de ser el organismo que regule y controle?
—Obviamente que sí, en la medida que tengamos capacidad para invertir. Esto requiere de mucha tecnología. Tenemos un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo que nos está brindando cooperación técnica, incluso cooperación en términos de supervisión basada en tecnología. Tenemos prevista una reforma de la estructura de la CNV para tener un área específica. También hemos hecho una capacitación para todo el personal en el ecosistema cripto, en instrumentos, operatoria y demás. Hemos hecho una tarea este último año importante, además de que hemos participado de reuniones con la Cámara Fintech. Es un desafío grande, pero hay un camino realizado para estar a la altura.
Filosofía
—Quienes defienden el mercado cripto hacen hincapié en la importancia de su desregulación. ¿No es contradictorio regularlo?
—Entiendo que haya actores del mercado que piensen eso. Yo interactúo con gente del mercado que piensa otra cosa. Incluso, a nivel mundial están yendo hacia la regulación. Los países más importantes del mundo en términos del volumen del mercado cripto están yendo hacia la regulación, que incluso están avanzando sobre un cuarto punto como es la prevención del lavado de dinero.
—En nuestro país sigue en stand by la reforma de la Ley N° 25.246, de Prevención del Lavado de Activos.
—Tiene media sanción de la Cámara de Diputados y está en el Senado buscando la oportunidad en época de elecciones para que tenga la posibilidad de ser considerada. De todos modos, volviendo al punto, esa filosofía de desregulación total no está siendo receptada por el Fondo Monetario Internacional, el Financial Stability Board, la Organización Internacional de Comisiones de Valores, el Comité de Basilea. Todos están yendo fuertes a favor de la regulación. Es cierto que hay un universo con menos chances de regular, pero los intermediarios centralizados crecientemente van a estar regulados en todo el mundo.
—¿Cree que es posible en nuestro país?
—La regulación no implica de por sí ir en contra de la industria, sino todo lo contrario. La regulación inteligente con cierta flexibilidad va a permitir que la innovación que eventualmente puede aportar el mundo cripto y el mundo fintech en general, pueda ser beneficiosa realmente para el público inversor, en la medida de que genere innovación y, sobre todo, inclusión. En el caso de la Argentina, tengo las expectativas de que genere empleo de calidad, de que le aporte a la economía oportunidades de inversión de forma federal para que empresas de todo el país puedan captar a través de un mercado más regulado fondos para generar empleo y producir más. Si la tomamos como una actividad más del universo financiero, tiene que estar regulada, pero no para ponerle un pie encima o un techo, sino para que logre ingresar a los canales tradicionales de los inversores institucionales, que hacen grandes inversiones y que no pueden hacerlas si el mercado sigue estando desregulado. Existe la posibilidad de una sinergia, de un punto en común, donde puede que haya un mundo que permanezca un tiempo desregulado, pero regular los sectores centralizados, algunos instrumentos, como para que las personas que quieren hacerlo de forma regulada puedan invertir a través de un entorno mucho más seguro y con mucha más atención al riesgo que están asumiendo.