Los secretos de emprender con éxito: “Hay que formar equipo, en solitario es muy difícil”
13/08/2023
Emanuel Fellay es socio de EntreNuts, la empresa entrerriana que nació en pandemia de la mano de tres jóvenes y fue reconocida como el Emprendimiento Argentino 2023. Destacó la importancia de capacitarse y evaluar los riesgos a cada paso. Nahuel Amore
Emprender es siempre una actividad de riesgo. Significa invertir no sólo recursos económicos, sino también tiempo y un cúmulo incalculable de energía, a sabiendas de que puede salir bien, mal o más o menos. El caso de EntreNuts es un ejemplo testigo en Entre Ríos de que es posible lograr el éxito en un plazo relativamente corto, aunque ello requiere de poner en juego una serie de ideas, esfuerzos, condiciones y variables que permitan concretarlo.
Emanuel Fellay no se lleva los secretos a la tumba. Los cuenta a viva voz, con la mentalidad abierta que caracteriza a la juventud que hoy hace de la complementariedad una filosofía de vida y una herramienta para potenciarse. Junto a Gabriel Aguilar y Joaquín Colella, pudieron en sólo tres años producir, vender en el país y exportar, de la mano de un plantel esencialmente sub 30 que los llevó a pasar en poco tiempo de emprendedores a empresarios.
La empresa ya emplea a 40 personas y produce siete pastas de maní (natural, crocante, coco, cacao, stevia, semillas, ahumada); miel líquida y cremosa; aceite de coco virgen y neutro; y manteca clarificada. En total, procesa 110.000 kilos de pasta de maní, 10.000 kilos de aceite de coco, 8.000 kilos de miel y 3.000 kilos de manteca clarificada. Además, están presentes en las 24 provincias a través de más de 200 distribuidores y en las principales cadenas de supermercados; a los que se suman consumidores de Estados Unidos, Uruguay, Chile, Brasil, Reino Unido y, próximamente, Medio Oriente.
Sin dudas, el crecimiento de la fábrica radicada en Colón ha sido vertiginoso e incluso pudieron superar barreras tan complejas como el Covid-19, que los puso a prueba desde el primer día en que comenzaron a producir y se decretó la cuarentena. En un mano a mano con DOS FLORINES, Fellay reflexionó sobre las vicisitudes que enfrentan a diario y las fortalezas que les dan el empuje necesario para salir adelante y seguir con el proyecto en una línea ascendente. “Hay que formar equipo”, insistió en la entrevista porque, de lo contrario, “en solitario es muy difícil”.
—¿Qué herramientas pusieron en juego para poder emprender y lograr el éxito en tan poco tiempo?
—Hay varias claves, pero creo que la principal que encarriló todo este proceso fue el estudio previo que habíamos hecho del proyecto. Nos llevó un año elaborarlo. Estudiamos el mercado, la competencia, los costos, la inversión que necesitábamos; marcamos un norte, hicimos un FODA. Se realizaron análisis que nos daban una radiografía de lo que podíamos llegar a encontrar, además de fijar metas que nos permitieran trazar el camino. El estudio y la elaboración del proyecto, si bien no te van a dar la garantía de que sea exitoso, sí te ayudan a disminuir los riesgos de que pueda fracasar.
—Y como jóvenes, ¿qué impronta pusieron?
—Creo que también es importante la constancia, el laburo que le dedicamos, las horas de trabajo. La principal fortaleza es el equipo de trabajo, que nos permite complementarnos. Los tres veníamos de formaciones académicas y nos propusimos emprender con una empresa de alimentos. Golpeamos puertas, pedimos consejos, hablamos con gente profesional que nos ayudó a visualizar lo que queríamos hacer y sortear los problemas del día a día. Es clave tener una idea de qué hacer y cómo hacerlo, con un norte marcado y gente que acompañe.
—Evidentemente la educación y la formación son también indispensables para no tirarse a la pileta sin herramientas.
—Sí, totalmente. Emprender te exige estar capacitados, utilizar herramientas de gestión, saber cómo analizar un competidor, saber de costos, de finanzas e incluso de cómo relacionarte con las personas. Necesitás muchas aptitudes que te las da un estudio, capacitarte todos los días en lo que hacés. Después terminás convirtiéndote en licenciado en casi todo porque aprendés a hacer un poco de todo. Es importante saber lo que estás haciendo, cómo hacerlo y tener las herramientas; pero si no las tenés, es fundamental buscarlas en otras personas que sean complementarias.
—El éxito, desde esa perspectiva, no tendría muchos secretos. Ahora bien, ¿cuánto creés que vale en este proceso haberlo hecho como sub 25?
—Creo que el proyecto arrancó en el momento justo. Cuando los tres estábamos en una etapa facultativa y se suele estar en una nebulosa y buscar una relación de dependencia, dijimos que teníamos que encarar el proyecto, le metimos para adelante y le dedicamos las horas que fueran necesarias. Insisto, nos agarró en un momento clave a los tres, donde nos estábamos preguntando qué queríamos hacer y le pusimos ímpetu, que es lo que se refleja hoy en el día a día.
—Como filosofía también pregonan la formación de equipos jóvenes. ¿Cuánto significa para ustedes generar empleo joven?
—Sí, el equipo joven es la pata fundamental que nos llevó a donde estamos hoy. Tenemos muchos chicos que están teniendo su primera experiencia laboral y sus primeras prácticas. Hay gente a la que se capacitó en los lugares de trabajo en los que podemos generar un perfil, enseñando y ayudando a que vaya creciendo dentro de la empresa. Es una decisión tomada que vamos a continuar. Creemos que la juventud viene con ideas y energías, además de que es el grupo etáreo más fácil de transferirle o transmitirle la cultura de la empresa, las ganas y hasta la tecnología. Al ser una empresa joven, esto aceleró nuestros procesos.
—En este proceso vertiginoso, ¿de qué errores aprendieron?
—Errores hay constantemente. La principal aptitud que no teníamos desarrollada era el trabajo con gente más grande. Había gente que quizá nos duplicaba en edad y era fuerte que jóvenes como nosotros, de 23, 24 o 25 años, teniendo a cargo gente de 40 años o más, a la hora de relacionarnos se generaba un ambiente hostil al dar órdenes. Con el paso del tiempo, empezamos a trabajar en la adaptabilidad para poder llevar adelante este tipo de trabajo. No nos imaginábamos en solo tres años tener 40 personas a cargo. El crecimiento tan abrupto nos llevó a ir aprendiendo y equivocarnos, generando experiencias que han definido nuestro perfil.
—¿Cómo evalúan en la mesa chica los riesgos, algo tan esencial a un empresario? ¿Cómo es la toma de decisiones frente a, por ejemplo, los problemas macroeconómicos?
—La realidad es que entre quienes conformamos la mesa de decisiones dentro de la empresa tenemos una mirada bastante amplia. Eso nos facilita poder ver una idea y lo que queremos desarrollar, analizando las distintas variables, desde el riesgo de lanzar un producto nuevo, hasta qué rentabilidad nos da; si es una buena decisión asumir el riesgo con todo lo que eso conlleva. La verdad es que generamos un equipo de trabajo que nos permite analizar las expectativas, sea desde lo económico y la financiación, hasta la imagen de la marca. Hoy el riesgo no se evalúa solamente con el costo de un producto y la ganancia que deja, sino que hay muchas variables, sobre todo de la macroeconomía que hoy tenés que tener en consideración y son fundamentales a la hora de llevarlo adelante.
—¿Qué otros consejos le darías a quien quiere emprender?
—Los pilares fundamentales es que analicen los proyectos, que los expriman lo máximo posible, que se rodeen de gente que sabe. Emprender hoy en solitario es muy difícil, sobre todo si es un proyecto escalable porque se puede complejizar. Formar equipos de trabajo, pensar los riesgos y tomar una dimensión completa del proyecto, es fundamental. Después, las capacidades del emprendedor son importantes para desarrollar el proyecto, conseguir financiamiento y venderlo. Para esto, hay que formar equipo. Hay que hacer un análisis completo para ver la viabilidad y que cuando lo lleves adelante, te ayude a tener una base sólida que te permita tomar decisiones más apalancadas y sin improvisaciones. Hay que rodearse de gente profesional que te pueda ayudar y que si te encontrás con un problema, te ayude a solucionarlo. Hay que poder levantar un teléfono y preguntar antes de mandarse un moco.