El ladrillo común puesto en obra, directo de las ladrilleras, se vende a partir de los 12 pesos, mientras que en corralones cuesta hasta 25 pesos la unidad. En el año acumulan un incremento del 30% aproximado. Gabriel Schamne
El sueño de la casa propia parece cada vez más lejano en Argentina. No solamente la adquisición de los terrenos significa disponer de una gran capacidad de ahorro, sino que también los precios de la construcción son elevados y sufren considerables variaciones, dependiendo el lugar elegido para su compra. Recorrer varios establecimientos parece ser la mejor alternativa para quienes se abocan a la tarea de edificar. La diferencia de valores puede superar el 100%.
En las principales ladrilleras de Paraná, algunas ubicadas en inmediaciones de calle Balbin y otras emplazadas sobre Miguel David, el precio de los mil ladrillos ronda entre los 12.000 y los 18.000 pesos. Cabe destacar que la variación del precio no necesariamente está guiado por una mayor o menor calidad del producto. En la mayoría de los lugares se comercializan los ladrillos comunes de primera categoría, visualmente aptos para paredes exteriores sin revestimientos.
En cambio, en los corralones que relevó DOS FLORINES, el precio de los mil ladrillos varía entre los 20.000 y 25.000 pesos. A ello además se le debe agregar el costo del flete que ronda entre los 800 y los 1.200 pesos, dependiendo la zona de entrega.
Otro de los puntos a tener en cuenta son las formas de pago. A diferencia de los corralones, las ladrilleras poseen una sola manera de cobranza: el pago en efectivo. En línea con esto, dada su naturaleza de informalidad, la mayoría de las ladrilleras no emiten facturación correspondiente a la hora de la venta de sus productos.
En este sentido, disponer de liquidez es el único camino viable para la adquisición de este material, si lo que se quiere es evitar un precio más elevado en los corralones que, por estar formalizados, cuentan con diversas facilidades a la hora de realizar las transacciones. Incluso, suelen ser las alternativas para quienes aplicaron a créditos del gobierno y deben tener los comprobantes al día.
En cuanto a la fluctuación del precio en lo que va del año, se puede hablar de un incremento del 30%. Miguel Romero, dueño de una de las ladrilleras consultadas, fue quien explicó que “en enero se vendía a 9.000 pesos los mil ladrillos y lo tuvimos que subir a 12.000, más que nada por la suba de la nafta”.
Alternativas
Otra posibilidad a la hora de levantar paredes es el ladrillo cerámico, o como comúnmente se lo conoce, el ladrillo hueco. En la capital entrerriana, el pallet de 144 ladrillos varía entre los 8.000 y 9.000 pesos, más el agregado del flete. Eso sí, en determinados comercios vienen con demora de entrega.
Otra opción es ampliar los radares de búsqueda a las afueras de nuestra localidad. Diamante se convierte en una buena opción para quienes aspiran a abaratar costo y cuidar un poco el bolsillo. En los corralones del departamento vecino, la diferencia de precios ronda entre los 500 y 1.000 pesos.
Desarrollo de la actividad
El delegado provincial de la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra), Federico Feltes anunció en los últimos días, a través de un comunicado en el sitio web gremial, que se intentará avanzar en la iniciativa para la creación de parques ladrilleros industriales en nuestra ciudad. Además indicó los beneficios de esta propuesta y expuso los avances en las gestiones de la misma.
“En Entre Ríos la actividad ladrillera, casi en su totalidad se caracteriza por desarrollarse dentro de lo que denominamos economía popular, donde interviene el grupo familiar en todo proceso productivo. Es decir, que la producción y fabricación de ladrillos se encuentra en las cercanías o junto al hogar, generando múltiples problemáticas desde situaciones de trabajo infantil hasta dificultades de salud”, sostuvo el dirigente.
Según el documento, lo que se busca es promover la transformación del perfil productivo de la provincia, generar empleo de base industrial y estimular la inversión privada.
