Los costos y la carga impositiva llevan al productor agropecuario al “límite”
12/03/2020
Farer remarcó que con las actuales condiciones “ya se torna inviable producir”. Dos Florines
Cuando transcurre el cuarto y último día del cese de comercialización de granos y hacienda, la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer) dio a conocer un comunicado en donde asegura que los costos y la carga impositiva llevan al productor al “límite” y que “ya se torna inviable producir” de esta manera. “El Estado se lleva casi el 70 % de la renta de la soja; el tambero va camino a la extinción y desde que el trigo sale del campo hasta el pan que compramos, el precio se multiplica siete veces. Además, de cada 100 dólares que entran a la Argentina, casi 64 tienen como origen la actividad agroindustrial. Y, de yapa, hay que escuchar que el Gobierno dice que somos insolidarios”, se quejaron, molestos, los dirigentes de Farer.

“Mientras tanto, el Gobierno, en una cínica maniobra comunicacional, intenta decirle a la sociedad argentina que el campo no es solidario y que tanto enojo de los productores se debe al aumento de tres puntos en las retenciones a la soja. En realidad, lo primero que habría que decir es que son 10 puntos sobre la retención existente (3 sobre 30). De por sí, 30 puntos ya eran un número confiscatorio para el productor”, puntualizó la entidad.
Lo que no se dice.

“Lo que no dice el Gobierno es que con este nuevo formato, el Estado se lleva casi el 70% de la renta del cultivo, ya que se quedará con el 68,4% de lo que genera la soja. Y si tenemos en cuenta que la escasez de lluvias está complicando los rindes, vamos camino a una campaña no con escasa rentabilidad, directamente con pérdidas”, puntualizaron. Este incremento no es motivo principal del paro agropecuario: es una gota más en un vaso que ya estaba lleno hace rato”, explicaron desde Farer.
“Pero, precisamente, el sector agropecuario no es sólo soja y nada dice el Gobierno tampoco de la tremenda situación que viven los productores de leche, trigo, arroz, ganaderos, entre muchísimos otros”, observaron.

Algunos ejemplos.
Con relación a la leche, según datos brindados por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el precio que se le paga al tambero argentino por cada litro “es el más bajo comparado a los ocho países más importantes del mundo” en materia de producción. En octubre del año pasado, remarca Farer, el productor “recibió $ 16,11 por litro cuando en las góndolas ese número se triplica o cuadruplica. Ese precio por litro es una cifra que no termina de cubrir los costos. Los problemas de la lechería no son nuevos: en 1988, había más de 30 mil tambos en Argentina, hoy sólo queda un tercio”.
Farer, asimismo, cita un trabajo de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) en donde se señala que “desde que el trigo sale del campo hasta el pan que compramos, el precio se multiplica por siete y la participación del productor es casi insignificante, ya que el trigo (productor) representa el 11,8 % sobre el precio final. Y eso sin analizar los costos de producción y la enorme catarata de impuestos que hacen que trabaje sobre márgenes de pérdida, ya que una cosecha sin rindes de muy buenos para arriba deja la ecuación económica a la intemperie”.
El papel del campo en la economía.
La importancia del sector agropecuario en la economía, la industria, la tecnología aplicada y el empleo son incontrastables. Por cada 100 dólares que ingresan al país, 63,7 tienen como origen la actividad agroindustrial. Según datos del Indec, en 2019 la Argentina exportó por US$ 65.115 millones, de los cuales US$ 41.521 millones fueron por ventas de granos, carnes, aceites y harinas, entre otros.
El impacto de la agroindustria se extiende a otras actividades que muchas veces no se tienen en cuenta. El año pasado, hubo casi 5 millones de viajes para transportar granos y carnes, que generaron fletes por una cifra superior a los 2.500 millones de dólares. A ese número debe agregarse el combustible, los neumáticos, los empleos vinculados, la mecánica, repuestos, entre otros factores que hacen mucho más grande la incidencia.
Respecto del empleo, nada más ni nada menos que el 22% de los puestos de trabajo del sector privado nacional proviene de la agroindustria. En tanto, el campo equivale al 10 % del PBI, mientras que llega al 11% de los impuestos recaudados por la AFIP, a lo que deben anexarse los impuestos municipales y provinciales.
Por último, desde FARER remarcaron que “si de solidaridad se trata, en los últimos ocho años el sector agropecuario aportó 100 mil millones de dólares en concepto de retenciones. No sólo hemos sido solidarios, sino que fuimos y somos los que más aportes realizamos. Pero hay producciones y economías regionales que no soportan más. Queremos visibilizar la situación y mostrarle a la provincia y al país cómo es la verdadera realidad del productor”, finalizaron los ruralista entrerrianos.