Los corralones se mueven en cuarentena al ritmo de las refacciones y los estímulos del Estado
22/05/2020
En Paraná, la construcción se reactiva muy lentamente, con impulso del IFE y los créditos a tasa cero. Hay problemas de provisión. Nahuel Amore
La construcción sigue siendo uno de los sectores más golpeados por la cuarentena, independientemente de las habilitaciones que se fueron dando. La demanda sigue contraída y la caída de la actividad es un hecho que ha dejado a miles de trabajadores en casa, sobre todo aquellos que realmente hacen girar la rueda con la obra pública y privada. De todos modos, el aislamiento también tiene su lado B y evidentemente la obligación de quedarse en sus hogares impulsó a muchas familias a realizar refacciones en sus viviendas.

Edgardo Greca, empresario referente del rubro corralón con más de 45 años de experiencia en Paraná, aseguró a DOS FLORINES que actualmente se están realizando “pequeñas inversiones” que permiten generar algún movimiento en el sector. No obstante, recordó que vienen de un fuerte parate desde que el 20 de marzo se dispuso el aislamiento y que, incluso, en abril también fue prácticamente nulo el nivel de actividad. “Ahora en mayo ha repuntado un poquito”, comparó.
Al respecto, confirmó que tanto el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) como los créditos a tasa cero se están volcando en parte a los corralones. Puntualmente, en relación a esta línea de financiamiento, aseguró que “la pequeña empresa no puede entrar, pero el monotributista tiene facilidades, se los están dando y lo está aprovechando; no alcanza ni siquiera para comprar ni cuarto terreno, pero sí para refacciones”.

Estímulos
En este sentido, Greca confió: “Cuando estuvo a plena la cuarentena, nadie hacía nada porque los albañiles no podían trabajar. Y ahora repuntó un poco porque están habilitados, además de que algunos monotributistas sacaron los 150 mil pesos que da el Estado en tres cuotas. Ya tuve un cliente que sacó materiales con los primeros 50 mil pesos”, confió.

Del mismo modo, desde otro corralón de la ciudad con flujo de ventas en la amplia zona este, indicaron a DOS FLORINES que las familias “compran mayormente cemento y ladrillos, sobre todo ladrillo hueco del 12”, y que “algunos aprovechan para hacer tapiales en barrios, que pagan a media y dividen”. Incluso, los pagos en efectivo –evidentemente sin declarar al fisco–, aplican descuentos.
Al ser consultados por los montos promedio que comercializan, confirmaron que muchas facturaciones rondan los 10 mil pesos, en coincidencia con el aporte a través del IFE, que en el país alcanzó a casi 8 millones de personas. “Llevan tres pallets más o menos, que trae 144 ladrillos. Cada pallet está 3.180 pesos”, informaron. A ello le suman bolsas de cemento y plasticor, que valen 450 y 350 pesos, respectivamente.
Precios
Para el dueño de Greca Materiales de la Construcción, el leve movimiento del sector no sólo está traccionado por los estímulos del Estado nacional otorgados a los sectores informales, sino también por la brecha cambiaria, que permite una estabilidad de precios oficiales e impulsa a la construcción por la venta del dólar blue, como lo hace con el “veranito” de las concesionarias.
“La gente también ha vendido algún dólar al precio del blue y los precios se mantienen estables en dólar oficial. Es para invertir en este momento en materiales de construcción que todavía no han aumentado”, señaló, y destacó: “Los materiales gruesos de la construcción han subido en los últimos dos meses un 5%. Ladrillo, cemento y hierro se manejan con dólar oficial, y como no se ha movido, los precios se han mantenido”.
Ante este escenario de relativa estabilidad de los valores –que durará hasta que Nación lo disponga–, Greca confirmó que también se están comercializando pegamentos para pisos y aberturas de calidad media. “Es para gente común, que aprovechó los 10 mil pesos, por ejemplo”, reconoció, y acotó: “De hecho, han venido personas que compraron sus ladrillos huecos y se levantaron una piecita”.
En este contexto, incluso para el empresario “hoy en día es más cara la mano de obra que el material”. “Por más que no haya trabajo, la gente no lo regala”, opinó.
Problemas
Tras dos semanas de parate, los corralones en Entre Ríos fueron habilitados, aunque se generaron otros inconvenientes, vinculados con la provisión de insumos. “El primer inconveniente que tuvimos fue que no había cemento porque estaba cerrada Loma Negra, así que estuvimos vendiendo lo que nos quedaba en acopio. Después abrió la fábrica y pudimos tener cemento, plasticor y cal”, indicaron a DOS FLORINES ante la consulta a otro corralón de la ciudad.
Luego, con el paso de las semanas, lamentaron que actualmente la problemática gira en torno del desabastecimiento de ladrillo hueco del 12. “Teníamos algo acopiado, se vendió, pero ahora ya no hay en todo Paraná”, señaló un empleado, que conoce el pulso diario de las ventas.
Sobre este tema, explicó que el corralón se provee de la fábrica de Rosario, pero como están trabajando con personal reducido, debieron primero agotar el stock y luego comenzaron a producir nuevamente ladrillos, “pero no dan abasto por el poco personal”.
Ante esto, se encuentran con dificultades para garantizar al cliente cuándo tendrán este insumo. “La fábrica nos dice a nosotros que vamos a recibir un camión tal día y nosotros le decimos a la gente. Y si no llega, es una cadena: ellos no cumplen con nosotros y nosotros no le cumplimos a la gente”, señaló.
Por este motivo, las ventas son a cuentagotas y por turnos. “Se nos hizo un embudo con el tema de la entrega, sobre todo del ladrillo del 12, que tiene más demanda. La demora que estamos teniendo en estos momentos es entre siete y diez días, por lo menos una semana”, confió.
Del mismo modo, Greca reconoció este problema: “La construcción en Entre Ríos fue habilitada antes que otras provincias, pero no teníamos productos para entregar. No hay stocks porque no han permitido que trabajen del todo las fábricas. Algunas tenían stocks, pero no las dejaban siquiera repartir. Y ahora el problema es que los camiones están con la soja, que paga más plata y les conviene”.
Revestimientos
Por su parte, Leandro Garciandía, director General de Saint Gobain Argentina, que fabrica y comercializa productos de construcción en distintas provincias del país, confirmó a DOS FLORINES que si bien hay una caída abrupta de las ventas, lo que está saliendo son insumos relacionadas con refacciones del hogar.
“Lo que se han movido bastante son las placas de cartón yeso de 2 x 1,20 metros, que se cortan y se hacen diferentes cosas con perfilaría metálica. Es bastante fácil de hacer en las casas y se conoce en la jerga como doit yourself, hacelo vos mismo. Evidentemente mucha gente anima y hace algún cielorraso o moldura en la casa”, describió.
Respecto de este rubro, acotó que “muchas veces el que hace bien el trabajo y hace un cielorraso, lo aísla para evitar las transferencias de calor con lana de vidrio; eso también ha tenido movida”.
Por otro lado, agregó que además se están comercializando “revestimientos plásticos, aunque en menor medida; sí se venden más membranas líquidas para impermeabilizar techos; pegamentos, porque han aprovechado para poner cerámicas o hacer algunas refacciones; selladores también, algunos siliconados”.
Crisis
A pesar de estos alicientes, la crisis para los corralones es importante, como lo es para una de las cadenas que más incidencia tiene en el PBI nacional. Greca, que trabaja en el rubro desde 1974, asegura que esta situación es histórica, quizá más comparada con el Rodrigazo. “No lo veo bien porque tengo miedo a la inflación de nuevo. Ya he vivido todas las hiperinflaciones y he subsistido. Pero no le veo buen panorama, porque aparte se está emitiendo mucho”, expresó.
En esta línea, recordó que el sector trae ya “dos años de baja de ventas” y por eso “no le vamos salida”. Asimismo, anticipó: “Después de la pandemia, no va a haber plata para nada porque los comestibles aumentan, vas al supermercado y comprás cualquier cosa y gastás 5 mil pesos”.
Finalmente, avizoró que “hasta terminar el año va a ser muy difícil; sobre todo para mantener los empleados y después para mantener el negocio”. De complicarse, admitió, no dudará en echar mano a su capital para tratar de resguardar las fuentes laborales, del mismo modo que ocurre hoy en día con otros empresarios pymes que hasta último momento no tiran la toalla.