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Leve contracción en junio de la actividad en Santa fe, y aún no impacta la crisis de julio

El Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercios de Santa Fe que elabora el Índice Compuesto de Actividad Económica de la Provincia de Santa Fe (Icasfe) informó que la actividad se contrajo en junio, respecto de mayo, -0,1%. El acumulado del año se ubica en 1,9% y la variación interanual en 2,8%.

El informe que refleja la actividad económica santafesina que elabora la BCSF señala que, durante el segundo trimestre del año, se observó una nueva aceleración en la recuperación de la actividad económica santafesina. Sin embargo, la medición de junio presentó una leve caída (-01%) y las expectativas para julio y agosto no son favorables, en línea

con la profundización de las dificultades macroeconómicas que enfrenta la Argentina.

Adicionalmente -dice el informe- la economía santafesina aún se encuentra por debajo del máximo alcanzado en marzo de 2018

Series.

En cuanto a las series que tuvieron una variación positiva, se mencionan: consumo de gas industrial, 3,1%; remuneraciones reales, 0,8%; faena de ganado bovino y porcino, 0,6%; recursos tributarios, 0,5%; puestos de trabajo, 0,3% e hidrocarburos para el transporte y la agroindustria, 0,2%.

Los sectores con variación negativa, fueron los siguientes: ventas en supermercados, -0,3%; producción láctea, -0,5%; molienda oleaginosa, -1,0%; producción de maquinaria agrícola, – 1,6%; patentamiento de nuevos vehículos, -1,8%; demanda laboral, -3,0% y consumo de cemento, -4,4%.

Síntesis y perspectivas.

El CES indica que la variación interanual del índice coincidente se ubicó en 2,8% en junio de 2022, aún por encima de la banda de confianza de crecimiento promedio de largo plazo de la economía.

Como síntesis para el primer semestre del año, vale remarcar la continuidad en el proceso de recuperación económica. En particular, durante el segundo trimestre del año se registró un incremento del 1,3%.

Sin embargo, observando la fase completa de recuperación (que comenzó en mayo de 2020), siguen siendo claros dos períodos. El primero, que se corresponde con el despegue posterior al efecto pandemia; y el segundo, a partir de marzo de 2021, cuando el proceso de recuperación se hace más lento si se compara con el ritmo regular de ascenso que mostró la actividad luego de otras recesiones previas.

Adicionalmente, la medición de junio fue levemente negativa.

De cara a la segunda mitad del año, se espera que continúen materializándose los efectos negativos asociados al contexto inflacionario, y de restricciones, sobre los indicadores.

Particularmente sobre el consumo minorista y ciertas ramas industriales que siguen alertando dificultades frente a las restricciones para importar insumos. En este sentido, los reportes de julio y agosto serán muy relevantes para tomar una primera medición objetiva del impacto que han tenido las crecientes tensiones políticas y la inflación sobre la economía real de la provincia.