Casi 1.200 personas asistieron junto a dos gobernadores, dos ministros y una grilla de destacados expositores. Gustavo Sánchez Romero
Casi 1.200 personas asistieron junto a dos gobernadores, dos ministros y una grilla de destacados expositores.
Gustavo Sánchez Romero | Dos Florines
Una de tres: a) los empresarios sienten cierto hastío en abordar la realidad con la que conviven todo los días y prefieren evadirse, al menos un día; b) están ensayando opciones catárticas que le permitan pensar su cotidianeidad desde otro lugar en un espacio común y abordar otros paradigmas teórico prácticos; o bien c) han optado definitivamente por buscar en los canales institucionales y los temas ontológicos y proyectuales los ejes para la convocatoria a debatir el futuro y piensan que la institucionalidad, competitividad y desarrollo sustentable poco tienen que ver con el nivel de tasas de la economía, el tipo de cambio, la productividad y las oscilaciones de los mercados y las políticas del Estado para combatir la crisis, actual y la que se avecina.
Como sea, si algo tuvo de particular y diferencial el XIII Foro del Consejo Empresario de Entre Ríos –en su aniversario número 20- fue la distancia que tomaron los paneles y expositores, incluso los más politizados, de la coyuntura económica financiera (y política) nacional e internacional. Pero sin embargo, los temas que están angustiando a los titulares de las empresas e industrias entrerrianas no pudieron ser reprimidos y vieron la luz en los pasillos durante los break, ora en los diálogos entre los hombres de negocios, ora en la respuesta que se recibían ante la vulgar pregunta…¿Y, cómo va la cosa?
Conceptos.
Abrazados a conceptos que se yerguen sobre la ética del empresariado, el aprendizaje y la innovación, la lucha contra el flagelo de la corrupción y la transparencia, el insoslayable camino hacia una educación sustentable que el país debe necesariamente emprender, el liderazgo y un nuevo orden de responsabilidad para las organizaciones, empresas incluidas; con expositores nacionales y extranjeros de primer nivel, el Consejo Empresario de Entre Ríos celebró este jueves una nueva edición de su tradicional foro.
Con una organización impecable desde lo estético y tecnológico, repitiendo el esquema de paneles con expositores que presentan sus convicciones a un público demasiado pasivo para tantas horas–más de 1.100 personas se hicieron presentes en las instalaciones del Centro Provincial de Convenciones de Paraná, con muchos millenials y nuevas generaciones de empresarios renovando el público- la entidad empresaria puede sentirse satisfecha por el resultado global del evento.
Juan Diego Etchevehere, su presidente, se mostró tranquilo y seguro, para ser el primer evento que debe liderar. Él, Juan Diego, tampoco sin adentrarse en temas ríspidos o que pudieran resultar controversiales teniendo en cuenta que se encontraban junto a él dos gobernadores y dos ministros nacionales, a la hora de las palabras recordó las dos décadas de historia, aquellos que pusieron sus mejores esfuerzos para llegar a ese momento, los logros alcanzados y no mucho más para ovillar en el carretel. Sin embargo, fue un foro que lo exhibió como un dirigente locuaz y extrovertido, capaz de llevarlo adelante, aunque con su estilo político e institucional. Quizá todo el equipo que estuvo trabajando se sienta satisfecho a la hora de la cena.
Es que casi sin que sus invitados al atrio apeen su caballo en temas sensibles que atraviesan los días aciagos de devaluación, recesión en ciernes, inflación desbordada, etc, el copioso auditorio –récord para un evento empresario en la provincia- se mantuvo en sus sillas y permaneció impasible conforme avanzaban los paneles.
Presencias.
El XIII Foro del CEER tuvo de todo. Contó con presencias muy valoradas como la de los gobernadores de Entre Ríos y Santa Fe, respectivamente, Gustavo Bordet (acompañado de Adán Bahl, su vice) y Miguel Lifschitz que -evitaron pisar demasiado fuerte en tierra minada- y que sólo dejaron el mensaje al Ejecutivo nacional en relación a la equidad, el equilibrio de sus cuentas distritales y que el ajuste difícilmente encuentre eco por estos arrabales donde imperan demandas rezagadas y sobrevuelan angustias dilatadas.
No pasó desapercibido el desvarío político del intendente Sergio Varisco que fue de la partida a la hora de la apertura, pero no subió al escenario junto a las autoridades públicas y privadas; no se dirigió al público y apenas fue mencionado con una agradecimiento a la presencia de “los jefes comunales presentes”. Horas aciagas se apoderan de la representación del intendente de la ciudad que quizá no debió exponerse a una situación incierta, ante un público naturalmente frío con la dirigencia política y con un escenario donde su figura, ante su actual contexto judicial, quedaría poco menos que mirando la fiambrera.
Aunque raudo y efímero, desentonó el extemporáneo y autocomplaciente saludo que el presidente de la entidad recibió en un video proyectado en las pantallas del complejo de parte de la ex titular del Palacio de la Moneda, Michelle Bachelet. Retrocede un casillero.
Tanto Dante Sica como Luis Miguel Etchevehere –ministros nacionales de Producción y Agroindustria- no fueron muy elocuentes en sus análisis y proyecciones sobre la realidad. Mientras el primero reconocía el difícil momento por el que atraviesa el país e intentaba convencer de las herramientas que desde su Cartera se presentan por estos días para mantener la actividad y el espíritu alto; el segundo describió los ejes de su gestión desde que asumió y recitó los mercados abiertos, que de todas maneras cualquier buen lector las encontrará en el sitio web de su ministerio. Sobre el final de su intervención miró de frente a los más de mil asistentes y se dirigió a los empresarios con una exhortación tan inapelable como meridiana: “Los empresarios aquí presentes deben generar trabajo en blanco y formal”, sentenció. No se generó movimiento alguno en el más ingrávido de sus cabellos.
Sin dudas, y a la luz de los hechos, la elección por el Centro de Convenciones de la Provincia le permitió un mejor despliegue de los paneles, la gente se ubicó con comodidad, pudo desplazarse sin topetazos ni incomodidades, almorzar y tomar un café departiendo diálogos y reencuentros, y hasta las presentaciones contaron con asistencias tecnológicas que hicieron más amigable la planificación integral. Sin dudas, y todos lo reconocieron, la calidad de expositores de la talla de René Valdez,-representante del PNUD- Luigino Bruni –un italiano hablando en su idioma sobre el rol de las empresas-; Andrea Grobocopatel brindando una visión más cercana al coaching-; y Lidia Brito –en portugués y refiriendo desde su rol en la Unesco- y Luciana Asper y Valdéz –también en portugués y precisando aspectos de la corrupción en Brasil y el Lavajato- estuvieron bien a la altura de las expectativas. Para el final quedó un inefable stand up, que hubiera ruborizado a artistas de la talla de Malena Guinzburg y Dalia Gutmann. Lilita Carrió on fire.
Avatares.
Un gran empresario con varias casas en la provincia le dijo a DOS FLORINES que sus ventas se desplomaron y que el “contador” que se activa cada vez que se abre la puerta marca un descenso de más del 50 % de ingresos al local. “El año está perdido, tendremos que esperar la próxima cosecha”, confió. La titular de una gran empresa de tecnología que venden en mercados nacionales e internacionales confió que su cadena de pagos está deshilachada y que apenas se sostiene por obra y gracia de la misericordia, que el Estado tiene retrasos siderales en los cobros y cada envío la devaluación se come su rentabilidad y no saben cómo afrontarlo. “Nos estamos comiendo las reservas de la empresa para sobrevivir, pero eso tiene patas cortas”, se lamentó. “Tengo noticias que está a punto de pedir convocatoria una gran empresa que ya empezó con despidos en un pueblo a pocos kilómetros de Paraná”, expresó un empresario que aseguró que se avecinan dos trimestres muy duros para la economía nacional, y consecuentemente para Entre Ríos. En los pasillos, los hombres de negocios intercambiaron sus apreciaciones sobre el horizonte cercano y las posiciones resultaron altamente pesimistas. Uno de ellos advirtió en diálogo informal que suspendió las inversiones previstas a fin de año y que esperará al menos hasta fin de año para analizar cualquier decisión sobre el tema. Nadie quería ser agorero, pero en el foyer del Centro de Convenciones las expectativas no son de las mejores que conoció Entre Ríos. Del otro lado Dante Sica prometió un 2019 vigoroso y Luis Miguel Etchevehere pidió analizar el portofolio de oportunidades que hay en el mundo para la Argentina, aunque allí no figure el producto que sabemos y podemos fabricar.
Exceptuando Adelmo Gabbi, el viejo y reconocido referente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires que hizo una apologética defensa del acuerdo del Ejecutivo Nacional con el Fondo Monetario Internacional y el avance que significó haber logrado el status de país emergente, los ejes se fueron hilvanando en otras dimensiones, quizá más pensadas en su carácter estructural y que más temprano que tarde se terminarán imponiendo por su peso específico. Pero por ahora la realidad muestra cartas más mundanas y dolorosas.
Cuestiones como innovación, sustentabilidad, calidad educativa, infraestructura, competitividad sistémica, entre otras, son categorías que el CEER agita desde sus inicios, y pese a sus denodados esfuerzos, poco se ha avanzado en la materia.
Quizá algo de esto intuyó Elisa Carrió que trajo un espectáculo a Paraná hilarante, con alto contenido histriónico donde fue encadenando descripciones y alabanzas a los funcionarios nacionales, empezando por Mauricio Macri y terminando con Javier Iguacel, el flamante ministro de Energía de la Nación. Profetizó dos intentos de golpes institucionales de aquí a marzo –sostenido en el denodado esfuerzo del kirchnerismo por soliviantar la imagen presidencial y las bases del gobierno, cosa de las que pocos dudan- y hasta se permitió un lujo impensado, en el devenir de su discurso jocoso, que generó risas y llantos. “Antes los radicales me consideraban loca y me ninguneaban con su machismo. Hoy los manejo desde afuera, hacen lo que yo quiero. La verdad es que me dan mucha risa”. Atilio Benedetti, que estaba en primera fila y aspira a suceder a Gustavo Bordet, habrá tenido que reprimir varios impulsos epidérmicos para mantenerse sentado. Inconexa y sin filtros, generó risas en más de un párrafo de su improvisada alocución. Con todo, regaló un show con el que muchos no esperaban encontrarse.
No hacía falta nada más. Exactamente a las 18 del jueves 5 de julio de 2018, Juan Diego Etchevehere, a su lado, sintió que el Foro había llegado a su fin. Seguramente se habrá sentido pletórico y el día no daba para más. Hasta recibió de parte de Elisa Carrió un inesperado homenaje a su padre, Luis Félix –Zahorí-, quien fuera director de EL DIARIO y siete veces presidente de Adepa. Este humilde cronista, que lo conoció en genio y figura, suscribe con fervor al mismo.