Las relaciones humanas en las organizaciones
09/07/2018
Por Julián Haiek, CPN – Consultor
Para lograr su fin, una organización lleva a cabo un gran número de tareas que involucran a personas que se relacionan con otras, tanto entre sus propios miembros como también con personas ajenas a la organización. En este interactuar se producen relaciones que con el tiempo van generando situaciones de mayor o menor satisfacción. Podríamos decir que la raíz de las organizaciones son las personas que la componen, porque son quienes las crean y la desarrollan a lo largo de toda su vida, son quienes tienen la posibilidad única de llevarlas adelante y generar cambios si así lo desean, desde el miembro de mayor rango en su estructura organizativa hasta el de menor rango.
Mi idea en este artículo es poder transmitir por qué resulta indispensable contar con miembros que trabajen en su propio crecimiento para lograr que produzcan un mejor cumplimiento de sus tareas y que esto se traslade a los resultados de la Organización en su conjunto. No será lo mismo contar con personas que construyan en su diario las llamadas “relaciones de destino”, que personas que construyan “relaciones conscientes”.
Aprendizajes.
Las primeras caracterizadas por la confrontación, el choque de ideas y creencias, donde existe insatisfacción pero a la vez resulta difícil poder evitarlas, porque el destino los ha puesto en esta situación para un aprendizaje necesario. Las condiciones para que éste aprendizaje se dé siempre dependen de las partes. Si las condiciones están presentes y las personas pueden crecer a partir de esta situación que se les presenta, para que puedan adaptarse y desarrollar una mayor flexibilidad y ser conscientes de que esto será en beneficio de todos los involucrados, podrán comenzar a transformar esta relación de destino. Al incrementarse este nivel de adaptación se genera una mayor satisfacción y comienza a transformarse en una relación del segundo tipo enunciado, enfocadas en el compartir, en generar acuerdos e integración, a partir fundamentalmente de la aceptación.
Pero la clave transformadora es la aceptación a partir de la comprensión de información correcta, a partir de ella comienza una escala ascendente de mayor paz y satisfacción y se logra el no desperdicio de la energía, abriendo las puertas a una mayor claridad mental y lógicamente mejor resolución de situaciones y mejores resultados en su labor.
Enfoque.
Este enfoque pretende potenciar nuestras realidades y transformarlas, de forma tal que a partir del cambio interno que el individuo genera logra un aporte mucho más potente en las tareas que realiza. Es un cambio que surge desde el interior hacia el exterior, desde adentro hacia afuera. El bienestar y la felicidad son una elección, pero sólo somos conscientes de esto cuando tenemos información correcta. Para esto es importante empezar a entrenarse en ella.
Veámoslo de otra manera: cuando enfocamos nuestra concepción de la realidad a partir de entender que todo lo que nos rodea es creado a partir de energía e información, es evidente que al lograr una mayor comprensión de la realidad (mejor información), se logra un ahorro de energía que permite contar con mayor claridad mental y posibilidad de resolver las situaciones que se presentan en el día a día.
¿Pero cómo se logra este ahorro de energía? Se logra eliminando la dualidad en los pensamientos y aceptando lo que sucede. Esta dualidad se refiere al entender la realidad calificando a las situaciones como buenas o malas, como justas o injustas. Cuando ponemos en práctica otra información y nos entrenamos en ella, entendiendo todo lo que nos sucede sin esta dualidad, es aquí en donde se logra un cambio que transforma nuestra vida, la hace mucho más satisfactoria y se logra contar con mayor energía y mayor paz interior. Pero esta información debe entrenarse, debe lograrse un sostenimiento en el tiempo que genere cambios y realmente se instale en nuestro entendimiento, es un trabajo constante que el individuo debe realizar y para esto necesita de herramientas y de información correcta.
Continuidad.
El sostenimiento en el tiempo es fundamental porque, tal como lo han demostrado los avances en las Neurociencias, nuestro cerebro genera conexiones neuronales a partir de nuestros pensamientos y emociones, y luego genera resistencia a los cambios porque lo que desea es ahorrar energía a partir de las creencias ya instaladas. Por eso es tan difícil a veces realizar cambios, el cerebro se resiste a ellos y para poder lograr nuevas conexiones debemos sostener nuestro entrenamiento en el tiempo. Para ello necesitamos comprender y darnos cuenta que a través de este entrenamiento quien más se beneficiará seremos nosotros mismos. Y es que este enfoque genera un provecho para todos, se rompe con la idea de que para lograr una mejora debo “quitarle algo” al otro o perjudicarlo y abre las puertas a un sinnúmero de beneficios y situaciones más positivas para todos sus miembros y por lo tanto para la Organización en su conjunto.