Empresas de Entre Ríos se resignan a pagar el bono, con diferencias sectoriales y dificultades

26/09/2019

Consultadas por Dos Florines, la mayoría pagará con mucho esfuerzo los $5 mil. Algunas analizarán y otras advierten que es imposible. Nahuel Amore

Las empresas del país vuelven a tener la responsabilidad de hacer frente obligatoriamente al pago de un bono que compense de inmediato parte de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Ante la escalada inflacionaria y la devaluación, el Gobierno nacional acordó el pago de esta recomposición salarial a cuenta de paritarias para los empleados formales privados. Sin embargo, no todos están en condiciones de afrontarlo y Entre Ríos no es la excepción.

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DOS FLORINES realizó una rueda de consulta con más de una decena de empresarios de la provincia, quienes en su mayoría coincidieron en reconocer que no quedará otra alternativa que pagarlo. Sin embargo, las realidades varían según los sectores y los tamaños de las empresas, por lo que también existen aquellos que directamente adelantan que, una vez publicado el decreto, les será “imposible” hacer frente a este compromiso. En su defecto, primará el poder de negociación para adecuarse y cumplir.

Industrias

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Desde el Parque Industrial de Paraná, los socios de Molinos San José confirmaron a esta Redacción que la empresa “va a pagar en término el bono de acuerdo a la normativa nacional; los empleados recibirán el bono como corresponde los próximos meses”. En tanto, Edgar Cislaghi, socio de Agua Nuestra, aseguró que se va a abonar, pero planteó que “va a ser muy difícil, muy complicado pagarlo, por la situación que estamos pasando; lo positivo es que a futuro vuelve”.

En otro orden, un reconocido dirigente a cargo de los destinos de una multinacional en la provincia, aseguró que lo podrán pagar “sin problemas”. Además, comentó que de acuerdo a las consultas que estuvo realizando, “la gran mayoría de Paraná seguramente lo va a hacer, pero el más complicado es el más chico”.

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Antonio Bouzada, presidente de Eriochem, puso un paréntesis y aclaró que acatarán lo que determine la Cámara Empresaria de Laboratorios Farmacéuticos. “La situación es muy difícil para cualquier pyme. Nosotros estamos atentos a lo que se disponga y, de acuerdo a lo que defina Cooperala, lo analizaremos”, sostuvo.

Por su parte, Patricia Popelka, de Elevadores Neumáticos SA, analizó: “Siempre que cambian las condiciones de manera inesperada, te complican. En una empresa se hacen previsiones financieras obviamente. Y en nuestro caso no es imposible pagarlo, pero complica y obliga a tomar decisiones distintas que las que se previsionaron. Pero en las empresas que tienen mucho personal puede ser imposible cumplir con este tipo de decisiones de un momento para otro. Como tantas otras veces, tenemos que afrontar cambios externos que te sacan del juego y a veces te sacan de la cancha”.

Desde la industria de la construcción, Iván Szczech, referente del sector en Entre Ríos y el país, recordó que “estos 5.000 quedan cubiertos con las paritarias de aquí a fin de año”. Recordó que llevan adelante negociaciones trimestrales, incluso con incrementos remunerativos, lo cual se distingue del decreto publicado este jueves en el Boletín Oficial. Desde esta perspectiva, destacó: “No tenemos inconvenientes. No afecta porque la paritaria exactamente es igual a la inflación”.

Comercio y servicios

El comercio minorista, al igual que los servicios afectados por la recesión, se ven ante una disyuntiva en este contexto, ya que la mayoría de los negocios lucha por sostener los puestos de trabajo. Cuando más pequeños y ligados al mercado interno, más dificultades incluso de sobrevivir.

De esta perspectiva, Alcides Balla, de Selplast, advirtió: “No estamos en condiciones de pagar los $ 5.000. Actualmente llevamos adelante acciones tendientes a mantener el equilibrio de la empresa y mantener la fuente de trabajo. Somos conscientes del deterioro de la capacidad adquisitiva del asalariado y estamos en la teoría de abonar en cinco cuotas en función de la responsabilidad social que nos compete”.

Otra de las empresas referentes del comercio Paraná es Beter, por la cantidad de trabajadores que emplea. Desde la firma de la familia Benítez indicaron a este cronista que se están asesorando para cumplir con lo que defina la normativa presidencial. “En nuestro caso cumpliremos con las obligaciones según lo diga el decreto. Creemos que por supuesto es necesario”, expresaron.

Por su parte, empresarios del transporte en la capital entrerriana ratificaron que “no hay plata”, e incluso recordaron que pidieron la emergencia económica al presidente Mauricio Macri.

En tanto, desde Leiva Hermanos, empresa de Paraná que opera en el mercado bursátil, agropecuario, de cambios y también con seguros, resaltaron la política empresarial que posibilita afrontar estas medidas coyunturales. “Por ahora no tenemos problemas. La mayoría de nuestros empleados cobran sueldos bastante por arriba de lo que dicen los convenios. De todas formas es obvio que la situación no es la mejor en el país”, manifestaron.

Economías regionales

La realidad de las economías regionales es un tanto dispar. Desde el sector lácteo, que padece la crisis por los costos dolarizados, precios estancados y ventas ligadas al mercado interno con serios problemas, anticipan que habrá dificultades. “El sector pyme de las lácteas está pidiendo la emergencia, por lo tanto no estamos en condiciones de pagar los 5.000 pesos”, indicó el empresario, en reserva de su nombre. De igual manera, aclaró que está vigente la cláusula gatillo y que en octubre revisarán las paritarias. “Podemos negociar a cuenta”, acotó.

Hector Motta, referente de la avicultura entrerriana, reflexionó sobre el momento que se vive y reconoció que “la necesidad es real para recomponer la capacidad de compra de los empleados”. “Se da un momento de alta inflación, con retracción de ventas para la empresa. Creo que es un momento donde todos pierden y hay que transitar el camino de lo posible. Sólo la concordia y el esfuerzo común nos permitirá superar las profundas dificultades en los que estamos los argentinos”, manifestó a DOS FLORINES.

Desde la porcinocultura, Juan Pablo Cerini, socio de El Hinojo y La Porca -que integra toda la cadena-, ven con más tranquilidad el escenario. “En el caso nuestro, como la empresa se vincula con los granos y la carne, es de los sectores que menos sufre los vaivenes de la macroeconomía. De hecho sufrimos mucho más los problemas climáticos -o las medidas políticas descabelladas, como las retenciones-. Por lo tanto, este año, habiendo tenido una cosecha normal y siendo la carne de cerdo un sustituto de la carne vacuna, no puedo decir que tengamos problemas para afrontar ese bono. Estamos en mejores condiciones que otros sectores”, se sinceró.

Desde otra mirada del sector porcino, Sebastián Bouzada, que junto a San Fernando está asociado a Pondesur, destacó que “la idea es intentar pagar”, no obstante, les resulta cuesta arriba. “La situación no está para afrontarlo y es transversal a cualquier tipo de pyme. En Pondesur venimos con un proyecto ambicioso, que nos costó mucho. El año pasado nos llevó ocho meses llevar la planta al 90% de su capacidad. Este año veníamos bien, pero nos complicó mucho el salto del dólar porque tenemos muchos insumos en dólares”, indicó. A pesar del contexto y la significativa inversión constante para crecer, lo cual también implica tomar deuda, Bouzada ratificó: “Vamos a hacer todo lo posible para pagarlo. Así y todo, 5.000 pesos es poca plata para un trabajador. Es injusto que las pymes se hagan cargo de nuevo de esta situación”.

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