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Lambert trabaja al 60%, no ven una recuperación fuerte y advierten por los riesgos de abrir importaciones

Claudio Lambert señaló que la actividad cayó entre un 30 y 40%. “Ya veíamos que la recesión se venía, pero pensamos que iba a ser peor”, sostuvo, y planteó: “Una expresión de deseo es que exista un repunte”. Reclama además una política clara de parques industriales. Nahuel Amore

Lambert Hermanos, fabricante de acoplados, semirremolques y carrocerías de Entre Ríos, trabaja actualmente a un ritmo del 60% de su capacidad productiva, en medio de una caída de ventas producto del impacto recesivo. Así lo señaló Claudio Lambert, director de la firma de Concepción del Uruguay, quien aseguró que estaban preparados para enfrentar este escenario, pero ahora la pregunta es cuándo llegará el repunte y qué puede pasar si abren las fronteras a productos importados.

Hoy en abril estamos arrancando el año con este nivel de actividad que ronda el 60% en líneas generales”, indicó a DOS FLORINES. Sobre este punto, recordó que en diciembre se sintió fuerte el impacto de la paralización del mercado –en coincidencia con el cambio de políticas nacionales–, mientras que enero y febrero estuvieron bajos de ventas porque ya son considerados meses estacionalmente tranquilos para su rubro.

Los últimos meses del año pasado estábamos bien de ventas. Cerramos con la capacidad casi a full, de más del 90%. El año estuvo bien, más allá de que el resultado económico se ve meses después porque fue un año muy turbulento. Pasamos un diciembre casi sin ventas por no tener precios ni entregas, sobre todo de la chapa; fue un mes casi sin poder vender y nos complicó un poco el arranque”, analizó.

Frente a estos cambios, admitió que la caída representa entre el 30 y 40%. De todas maneras, aclaró: “Pensé que iba a ser peor. Estaba convencido. Hemos pasado épocas peores. Vendemos bienes durables, no es de consumo masivo ni de primera necesidad. La gente que demanda los bienes que producimos, se las puede arreglar con un usado, recauchutado y seguir. No es necesario el semirremolque sí o sí, sobre todo cuando la economía se retrae. Cuando la economía se agranda, se necesitan más cargas y más semis. Ahí es cuando entramos nosotros”.

Recesión y expectativas

Claudio Lambert, de profesión ingeniero, pertenece a la segunda generación de la empresa metalúrgica que fundaron los hermanos Jorge y Atilio Lambert en la década del setenta. A sabiendas de lo que sucede con los cambios de Gobierno, reconoció que ya había advertido “que la recesión se venía”. No obstante, se preguntó: “Hoy no lo estamos sufriendo tanto. Quizá estamos esperando una época más dura o la que pensamos que iba a llegar, no llegó todavía”.

Consultado por las expectativas para la segunda mitad de año, reflexionó: “Una expresión de deseo es que exista un repunte. Pero cada día que pasa lo veo más como una expresión de deseo que como una visión clara. No veo condiciones dadas para que en el segundo semestre exista una recuperación fuerte, básicamente porque al consumidor le cuesta muchísimo cubrir costos y que le quede margen para poder comprar”.

El joven industrial entiende que su mercado tiene un potencial enorme por crecer, pero el desafío pasará por las condiciones económicas y financieras. “El parque automotor está extremadamente viejo y necesita un recambio gigantesco; eso nos daría mucho trabajo”, expresó, y lamentó que “lo que no está es el financiamiento”, una problemática que se arrastra desde hace varios años en el país.

Lambert cree que la situación en su sector puede mejorar “si aparece el crédito genuino”. De igual forma, ante la baja de tasas del Banco Central, analizó: “El transporte está muy acostumbrado a usar el crédito como negocio financiero ganándole a la inflación, que la cuota le quede fija en pesos y licue con el paso del tiempo. Ahora la ecuación cambió y todos estamos tratando de entender la situación. Veo hoy que mucha gente le tiene miedo al crédito porque la tasa está bajando y todos están esperando saber a cuánto va a llegar, con miedo a que les quede caro”.

Costos y riesgos por importaciones

—¿Qué incidencia están teniendo los aumentos de tarifas en la estructura de costos?

—Ahora se notó muchísimo el incremento energético; se ha notado tremendamente, más allá de que nuestro rubro no tiene un uso tan intensivo de tarifas de servicios como energía eléctrica o gas. Si bien en invierno utilizamos gas para la parte de pintura, pero no al nivel de una empresa avícola. En años anteriores eran costos tenidos en cuenta pero no demasiado relevantes. Ahora han empezado a serlo.

—¿Están pudiendo importar insumos?

—Va entrando a cuentagotas. No lo que necesitamos, sino solo lo que nos dejan. Es un tema que nos preocupa tremendamente en relación a si se abren las fronteras. Si eso ocurre, con este nivel de costos, estamos extremadamente caros en dólares. Con lo cual, si las fronteras se abren, nos van a pasar por arriba. La industria nacional corre serios riesgos.

—El reclamo de los industriales, para abrir importaciones, es ser competitivos en igualdad de condiciones. ¿Coincide?

—Sí, exactamente. Ni siquiera Estados Unidos es un país abierto libremente. No podemos serlo nosotros y no tenemos condiciones de crédito ni de ningún tipo, además del tamaño de las empresas. En Brasil existen empresas tan grandes como toda nuestra industria. Es muy difícil competir. Hoy estamos en una de las peores situaciones respecto del costo en dólares. Estamos extremadamente caros y no tenemos chances de competir.

—Es un riesgo para las industrias locales, sobre todo pymes.

—Si nos tenemos que acomodar con fronteras cerradas durante un año más, acomodando las variables y cuando estemos en condiciones las abrimos, esa sería una situación. Ahora bien, si mañana se abren las fronteras porque se consiguen los dólares para pagar lo que tenga que entrar, industrias como la nuestra, en su mayoría, queda fuera de competencia.

—El tema es el empleo.

—Ya pasó en los noventa. Muchas empresas de nuestro rubro se transformaron en importadoras, que colocaban una calcomanía y, como mucho, los pintaban y vendían dentro del país. Hoy tenemos unas 200 personas trabajando y podés hacer el mismo trabajo importando y poniendo la marca con 20 trabajadores, para la misma cantidad de unidades. Sobrarían 180. Y así habría un montón más igual que nosotros.

—Este riesgo siempre estuvo latente, ¿qué pasó durante estos últimos años?

—Es un riesgo y está hace muchos años. De hecho, nuestra cámara trabajó frente a los productos brasileños porque hasta mitad del año pasado la frontera era un colador. Los productos brasileros estaban primeros en patentamientos y nadie entendía cómo, hasta que la cámara pudo poner cierto freno. Hoy sigue estando restringida, no ingresa casi nada, pero si abren ya sabemos lo que pasa.

Parques industriales de Entre Ríos

Consultado por las demandas hacia el Gobierno provincial actual, Lambert puso el foco en las disparidades y falta de incentivos para la radicación de empresas y la realización de nuevas inversiones en los parques industriales. Se trata de una problemática que comenzó a ser abordada con la nueva Ley de Emplazamientos Industriales, pero que todavía genera tensiones, hasta judiciales.

No nos podemos poner de acuerdo en cuanto a la instalación en parques industriales, la utilización del parque, el fomento de la instalación. Es un tema que lo miramos con un ojo, sabemos que está, pero nadie lo toma muy en serio. Pasan las gestiones y sigue estando. Se han creado parques industriales dejando de lado los existentes”, cuestionó, en diálogo con DOS FLORINES.

Respecto de Concepción del Uruguay, aseguró que creció y mejoró en los últimos años, pero todavía existen “diferencias impositivas que son las que no incentivan a la inversión dentro del parque industrial”. “No existen reglas claras en el largo plazo. Al no tener una previsión, no es tan atractivo para la instalación en el parque industrial, además de los pocos o nulos servicios que existen en la mayoría de los parques de la provincia. Eso es un tema a resolver en el corto plazo”, planteó.

En relación a la ley, señaló que un tema pendiente es “que los municipios se acoplen” con políticas de promoción definidas en el tiempo. “Uno está sujeto el pensamiento del gobierno de turno que tenga respecto del parque industrial. Y no debería ser así porque si no cada cuatro años habría que estar peleando para definir cómo es la situación”, lamentó.