La vacuna contra la aftosa costará $ 38
09/02/2018
El valor debe ser confirmado por la asamblea de productores que se reunirá en los próximos días.
Danilo Lima
El megadecreto que firmó hace unos días el presidente Mauricio Macri para “desburocratizar” el Estado y dotar a la economía argentina de “mayor competitividad” generó confusiones en materia de sanidad animal.
La polémica medida, que puso fin a una serie de leyes y decretos, en algunos casos muy antiguos, encendió luces de alarma entre productores y técnicos vinculados con la ganadería porque entre las normas desechadas figura una de 1945 que ordenaba la lucha contra fiebre aftosa. Esa normativa, sin embargo, fue superada por otras leyes como la Nº 24.305 –data de 1994 y está actualmente vigente– y es la creó las fundaciones para la lucha contra fiebre aftosa.
A través del megadecreto “se eliminaron leyes viejas que no estaban en vigencia, dentro de ellas se encontraba una ley de 1945 que ordenaba la lucha contra fiebre aftosa, la cual fue superada por otras leyes como es la que actualmente tenemos en vigencia: la Nº 24.305”, precisó Claudio Álvarez Daneri, el presidente de la Fundación para la Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa).
La nueva campaña.
La primera campaña del año contra la enfermedad, según dispuso el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), dará comienzo en Entre Ríos el lunes 5 de marzo próximo y se extenderá hasta el 5 de mayo. Estará a cargo de la Fucofa, entidad conformada por los productores ganaderos de la provincia y administrada por referentes de tres entidades del sector: Federación Agraria Argentina (FAA), Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer) y Federación Entrerriana de Cooperativas (Fedeco).
El precio de la vacuna aún no está definido. “Estamos haciendo los presupuestos y será la asamblea de productores, como sucede en el inicio de cada campaña, la que determinará el precio final”, explicó Álvarez Daneri, quien por esta razón se excusó de anticipar un número. El referente de Farer, sin embargo, admitió que el aumento del precio probablemente tenga un ajuste similar al del índice de inflación de 2017, es decir un 25% aproximadamente (el Indec dio una inflación anual del 24,8%).
Si bien los presupuestos aún no están terminados –y por eso la cautela de Álvarez Daneri–, DOS FLORINES pudo saber que el precio de la vacuna se ubicará en 38 pesos, dado que aquéllos estarían dando un valor de 37,90 pesos. La cifra representaría un alza en consonancia con los niveles de inflación.
El número exacto, de todos modos, será fijado, como se señaló, por la asamblea de productores que se reunirá en el curso de la segunda quincena del corriente mes, seguramente en Basavilbaso.
El presidente de la Fucofa, por otra parte, descartó que la Argentina deje de vacunar contra la aftosa, una posibilidad que cada tanto resurge a nivel del Mercosur, especialmente impulsada por Brasil. Nuestro país, sin embargo, se mantiene firme en su postura de continuar con las vacunaciones porque, en primer lugar, dejar de inocular obligaría a instrumentar un plan de vigilancia epidemiológica estricto, cuyo costo económico sería mayor y por lo tanto significaría una inversión superior a la que hoy se necesita para vacunar. “Resultaría mucho más caro que seguir vacunando. Hoy por hoy, la alternativa más efectiva y más económica para tener a raya la enfermedad es mediante la vacunación”, subrayó Álvarez Daneri.
Hay, además, una segunda razón por la que no es necesario dejar de vacunar. El diferencial de precios de la carne vacuna en los mercados internacionales entre los países que no vacunan y los que sí vacunan no es significativo como hace unos años.
A estos argumentos se suma el recuerdo, todavía muy fresco entre los productores, del “fantasma menemista”. Sobre el final de la administración peronista de Carlos Menem se adoptó la medida de dejar de vacunar –el propio riojano aplicó la “última” vacuna– y a los pocos meses, ya durante la Presidencia del radical Fernando de la Rúa estalló nuevamente la crisis de la aftosa, que costó muchísimo superar. ¿Para qué arriesgar?