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La situación de la industria del biodiesel “es desesperante”

Los precios no se ajustan desde diciembre de 2019 y las plantas están paralizadas. El sector está prácticamente derrumbado. Danilo Lima

La Ley N° 26.093, promulgada en mayo de 2006, creó el Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentable de Biocombustibles, y tiene una vigencia de 15 años, es decir hasta mayo de 2021.

La norma, en su momento, generó una gran expectativa entre los empresarios, quienes vieron la oportunidad de invertir en un nicho de negocios interesante para agregar valor a la producción primaria, con la posibilidad, además, de contribuir a la elaboración de un combustible –el biodiesel– más amigable con el medioambiente.

La ley, sin embargo, según denuncian desde el sector, empezó a incumplirse durante la administración del presidente Mauricio Macri, a partir de 2015, y hoy, remarcan, en la actual gestión del presidente Alberto Fernández, es directamente ignorada.

En este marco, Héctor Bolzán, titular del Grupo Bolzán –una de cuyas unidades de negocios es el biodiesel, a través de las plantas ubicadas en Aldea María Luisa y Nogoyá–, en diálogo con DOS FLORINES, remarcó que el sector se encuentra en una situación “desesperante” dado que, entre otras cuestiones, “no hay precio” desde diciembre de 2019.

El escenario.

– ¿Cuál es la realidad de la industria de los biocombustibles?

– Es una actividad que empezó con una ley en 2006. Esa ley fue elaborada para dar valor agregado y buscar el desarrollo del interior, y, además, para ir sustituyendo el combustible fósil con el doble objetivo de reducir las importaciones de petróleo, por un lado, y de ir hacia el uso de energías renovables, por el otro.

– ¿Cuándo empezaron los problemas?

– La ley fue sancionada en 2006, y, en el inicio del Gobierno de (Mauricio) Macri, se empezó a incumplir. Hubo, en ese tiempo, muchas idas y vueltas, y cambios de secretarios de Energía, entre otras cuestiones. Y ahora desde el mismo inicio del gobierno del presidente (Alberto) Fernández se ha ignorado por completo la ley. No han hecho nada al respecto.

– ¿Es cierto que hoy el biodiesel no tiene precio?

– Desde diciembre no hay precio para elaborar biodiesel. Todos sabemos cómo han crecido los valores de la materia prima para el biodiesel, cómo ha aumentado el valor del dólar, cómo ha subido todo, y hemos quedado totalmente desfasados.

Hace ocho meses que todas las plantas están paradas, aunque algunas, en principio, siguieron por inercia debido a los stocks que tenían y a los compromisos contraídos.

La situación, realmente, es desesperante. Imagínese ocho meses soportando el costo laboral de los empleados, en un contexto que no es nada fácil para las empresas. A uno le cuesta despedir personal después de haber conformado equipos de trabajo, pero el panorama se torna cada días más difícil.

Estamos todos esperando una solución. Al principio creíamos que el Gobierno nacional de demoraba en tomar medidas porque estaba analizando el panorama después de los cuatro años de Macri; después apareció la pandemia, y así estamos: esperando que esto se solucione. Mientras, seguimos soportando los costos de una empresa sin producir.

– ¿Qué puntos de la ley dejaron de cumplirse en el Gobierno de Macri?

– La ley se creó, básicamente, para hacer la mezcla del gasoil con el biodiesel. En la actualidad –aunque hoy ya no, porque ignoran la ley– todo el gasoil tiene un 10% de biodiesel. Para cumplir con eso, las petroleras nos daban un cupo para proveerles de bio y todos los meses, según ordena la ley, a través de una tabla, se establece un precio que era anunciado por la Secretaría de Energía. Sobre la base de ese precio, nosotros trabajábamos y el negocio funcionaba.

Desde el momento en que se empezó a incumplir la ley, ese precio dejó de publicarse. Y ahí empezaron los problemas porque todos los meses subía el dólar, el precio del aceite, y ya no se podía seguir elaborando con el valor viejo. Había que parar.

Se hacían algunas gestiones, actualizaban el valor, pero después, otra vez, volvían a no publicar los precios, y así sucesivamente. Las interrupciones fueron constantes.

Y también teníamos un grave problema por nuestro costo para elaborar el aceite, un commodity que cotiza a valor dólar. Las empresas que producen biocombustibles están obligadas, por esa a ley, a facturarles a las petroleras en pesos. Y las petroleras a nosotros nos pagaban a los 45 días que, con el tiempo necesario para elaborar el aceite para hacer bio y transportarlo, nos insumían unos 60 días o más para poder cobrar.

Imagínese en un país tan inestable como la Argentina, con las subas del dólar, todos los problemas que teníamos para seguir trabajando, y, encima, sin precio.

Derrumbe.

– ¿Cómo trabajan las empresas en este contexto?

– El sector está prácticamente derrumbado, con todas las plantas paradas, esperando que el Gobierno tome la decisión para que este sector siga funcionando.

– El presidente Fernández ya lleva ocho meses de gestión. ¿Cuáles son las razones por las que el Gobierno ignora al sector?

– Esa es una pregunta que nos hacemos todos los días, y estamos desorientados. Aparentemente, con todas las reuniones que hemos tenido, creemos que sólo hay inacción y falta de responsabilidad en saber quién se hará cargo del sector, porque los secretarios de Energía dicen que no pueden hacer nada, y nos dan respuestas que nos dejan asombrados, y desorientados.

– Pero ustedes, ¿qué piensan?

– Creo que se trata de una decisión política que debe tomar el Gobierno que hasta ahora no ha tomado. Estamos continuamente tratando de hablar con la Secretaría de Energía y es muy difícil tener reuniones. Recién hace un mes comenzaron a atendernos para ver cómo pueden solucionar, pero hasta ahora no hay respuestas.

– ¿Qué mejora debería tener el precio?

– Teníamos un precio de 44 pesos y hoy, para poder trabajar, se necesitaría un precio de 55 pesos. Deberíamos tener una mejora del del 25%.

Suspensiones.

– ¿Hubo despidos?

– La situación varía según las empresas. Hay algunas que se dedicaban exclusivamente a esta actividad y han tenido que suspender a todos sus empleados, porque es imposible sostenerlos.

En nuestro caso, como tenemos otras actividades, hemos decidido seguir con el personal. Por ahora estamos cumpliendo con todos, pero cada día que pasa nos pesa más. Veremos qué decisión tomaremos si esta situación continúa sin solucionarse.

– ¿Cuánta gente emplea la industria de los biocombustibles?

– En el país hay 3.000 operarios y en la provincia tenemos 70 puestos de trabajo directos, a los que deben sumarse los indirectos que, el caso de los transportistas, son 50 que hoy están sin trabajo. En total estimo que habrá unas 300 personas que viven de esta industria.

Los Municipios y la Provincia.

A Bolzán, por otra parte, le llama la atención que las autoridades municipales –de Aldea María Luisa y Nogoyá, concretamente, donde su grupo tiene las plantas– no tengan en cuenta lo que está pasando.

“Nosotros tenemos dos plantas y lo que dejamos de generar en materia de impuestos para esos municipios es mucha plata”, reflexionó Bolzán, por lo que instó a las autoridades “a tomar este tema y pelear junto con nosotros para que la actividad se reactive. Y lo mismo pasa con el Gobierno provincial, porque es plata de impuestos que se deja de recaudar. Hemos hablamos con las autoridades provinciales y la promesa es tratar de solucionar el tema, pero la decisión es del Gobierno nacional”.

– ¿Son optimistas de cara al futuro?

– Optimismo, como empresarios, nos sobra, porque nos gusta invertir, producir, generar trabajo, y la muestra es que no hemos despedido gente. Pero, día a día, la verdad, ese optimismo mella.

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