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La sequía sigue dominando el mapa en Entre Ríos y habrá que esperar el alivio

Desde el Siber de la Bolsa de Cereales indicaron que enero será todavía un mes complicado que impactará en los cultivos y recién habrá que esperar al bimestre febrero-marzo para aguardar niveles estadísticos más normales. Dos Florines

La Bolsa de Cereales de Entre Ríos informó que el mapa que resume el balance hídrico provincial, mantiene la sequía como el patrón dominante. “El fenómeno La Niña aún sigue presente, pero es sabido que su influencia negativa se modera con el correr de los meses de verano”, indica el informe.

“Podemos referenciar al máximo pluvial del sur de Feliciano y detectar a partir de su ocurrencia, una mejora parcial. Es decir, eran necesarios más de 60 milímetros para que las reservas escapen de la categoría sequía. Más allá de los matices zonales y algunas diferencias que puedan notarse a campo, la solución del balance hídrico es la correcta”, expresa el texto.

Además, señalan que si se tiene en cuenta el arrastre deficitario de la primavera y que esta es la tercera temporada donde los perfiles de suelo se muestran con escasos niveles de humedad, no se pueden esperar diferencias positivas o correcciones de importancia, cuando los totales mensuales de lluvia, en el mejor de los casos orillan los cincuenta milímetros. El máximo del sur de Feliciano que genera solo una mejora parcial, es una prueba de lo exhausto que está el sistema desde el punto de vista hídrico.

Tratando de ver las cosas en perspectiva, se reconoce que la campaña se transita bajo condiciones muy ajenas a las habituales. No es inusual que Entre Ríos sufra la falta de agua en parte de diciembre y el comienzo de enero, pero por lo general, siempre hay algo de reservas en profundidad, lo cual permite mitigar las ventanas más secas.

La situación no está resuelta, el fenómeno La Niña aún sigue presente, pero es sabido que su influencia negativa se modera con el correr de los meses de verano. De hecho el mes de enero será el último que presentará a este indicador con fortaleza, aunque ya reducido a un evento oceánico. Si la escala regional logra mejorar un poco la circulación de aire y esto se releja en más eficiencia a la hora de distribuir aire de origen tropical, podría converger sobre un bimestre febrero-marzo con lluvias dentro de los valores estadísticos. Para el mes de enero esto es menos probable, pero sí es posible esperar mejoras, aun con disparidad. Como sea, el escenario agroclimático es complejo en esta transición interanual.