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La “Mochila Austríaca”, la reforma laboral con que Gómez Centurión promete pelear por la presidencia en 2023

El precandidato a la presidencia estuvo en Paraná “armando” el reticulado de fuerzas y apoyos entrerrianos con el que quiere competir nuevamente y superar el piso del 3% que logró en 2019. Fue director general de Aduanas y vicepresidente del Banco Nación. Cuestiona al macrismo y es crítico e irónico con Javier Milei, y cree que en este proceso incrementará el apoyo social. Su estandarte en economía parece ser un modelo que aplicó Austria en 2003 y que España y otros países debaten como opción: una cuenta individual para cada trabajador, autónomo o empleado, y que capitaliza durante la vida laboral y sirve como indemnización ante el cese laboral. Gustavo Sánchez Romero / Dos Florines

El tema no es nuevo en el mundo; de hecho Austria lo aplicó en 2003 con relativo éxito y lo ha impuesto en el mundo que ya lo conoce como “La Mochila Austríaca”- España lo debatió con intensidad y tensión hace apenas dos años- en eu contexto mundial donde los el empleo, el peso que genera para el sector privado las indemnizaciones y el intríngulis que envuelve hoy a los fondos solidarios de jubilaciones en el mundo están en cuestión y avanzan lentamente hacia un precipicio. Francia atraviesa hace décadas un profundo debate interno al respecto.

Tampoco es novedoso en la Argentina.

El empresario Teddy Karagozian, titular de la compañía textil TN&Platex, avanzó presentando este nuevo sistema para el pago de indemnizaciones laborales que, según estimó, podría traer como consecuencia un aumento del empleo formal y un crecimiento de la economía. La nueva modalidad fue bautizada como “mochila argentina”, pero no por el peso o las cargas laborales sino por un sistema similar que se aplica en Austria con ese nombre.

Con este estandarte, el oficial retirado del Ejército Argentino, veterano de la Guerra de Malvinas y ex candidato a presidente y a diputado nacional, Juan José Gómez Centurión comenzó a recorrer el país con el norte puesto en lograr articular esquemas de fuerzas de derecha y centro derecha que apoyen su candidatura y se encolumnen detrás sus ideas y tratando de romper el impulso que trae Javier Milei en un escenario revuelto y convulsionado donde nadie puede asegurar cómo se comportará el electorado en un año donde debe producirse el recambio institucional en el país, el Congreso y las provincias.

Gómez Centurión, rosarino nacido en 1958, es un rara avis dentro de la política nacional. Ex polémico militar, es un hombre inteligente, moderado y austero de palabras. Afable y cordial, y no duda es desplegar sutiles pero firmes estiletazos cuando le toca hablar de su proyecto, sus definiciones políticas y los personajes que van ocupando los principales espacios del retablo nacional. Es que fue director general de Aduanas y vicepresidente del Banco Nación durante la gestión de Mauricio Macri, y habla de tasas, emisión, proyecciones financieras, flujos y stocks con total familiaridad, y sorprende su solvencia.

Con estas referencias habla de la Mochila Austríaca, concepto al que le podríamos encontrar algún parentesco con los fondos individuales o cuentas de capitalización que sustentaron las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (APJP) que los argentinos conocimos en la década del ’90.

Con estas referencias y sus colaboradores invitaron a Dos Florines a mantener un diálogo sobre éste y otros temas. Y allá fuimos, café de por medio, en una estación de servicios, para indagar qué piensa y propone este hombre que quiere ser presidente de los argentinos.

Cambios.

Cuando se le consulta a Gómez Centurión si considera que la Argentina asiste a un inminente cambio de época, él no lo duda. Y lo sustenta con argumentos visibles, palmarios.

“Sí, siento y entiendo que las estructuras de poder de gestión de la cosa púbica, la estructuración del poder de la política a través del Estado de los últimos 40 años tiene un altísimo nivel de deterioro. Y que ese deterioro es irreparable. Nada de lo que se ha construido hoy puede contener los problemas sociales, políticos y económicos que tiene el país. Con lo cual yo olfateo una enorme oportunidad de un cambio de época en la argentina que puede ser para muy bien o para muy mal”.

-En 2001 también hubo un fuerte cambio de época y no parece que las oportunidades se hayan aprovechado. ¿Hoy ve al argentino preparado para un nuevo cambio?

-Lo de 2001 tiene que ver con un cambio de época o con la posibilidad de un cambio con un estallido social armado. No fue espontáneo el estallido de 2001, sino que fue un golpe de Estado contra De La Rúa, organizado por siete intendentes del Conurbano bonaerense y regenteado por Eduardo Duhalde. Este es un hecho histórico y no es nada que yo tenga que demostrar. Con lo cual no es que hubo un cambio de época, se hizo explotar y generar un cambio de época. Ahora lo veo en forma mucho más espontánea. Más genuina y horizontal. La crisis ha ido generando nuevas condiciones al deteriorar todas las estructuras, con un nivel de dispersión del poder que se advierte, y con lleva a que nadie puede hacer nada solo. Y los factores con los cuales tenés que acordar, para poder hacer algo es más heterogéneo. El nivel de desgobierno y la pérdida de poder del gobierno nacional ya es asombroso. La asimetría del poder central con los piqueteros es inédita. Si son 10 mil millones los que le  ponés por mes o 7.500; es tremenda esa discusión, porque te dás cuenta que el gobierno nacional está tercerizado. Yo veo en todas las estructuras, sociales, económicas, políticas, empresariales, instituciones de la sociedad civil, un nivel de deterioro que hacen que la cosa esté para cambiar.

-¿Lo ve en las estructuras, en la cultura política o en el conglomerado económico del país?

-En todo. Cuando en la Argentina, en una crisis sistémica como la actual, la solución para el Ministerio de Economía es un político como Sergio Massa, lo que te está diciendo que el problema no es económico, sino es político. Es un indicador claro. El problema de la economía no es generar una estrategia económica, un modelo productivo, sino sentarse a negociar el Estado nacional a través de la política con las estructuras que viven del presupuesto del Estado nacional.: Este mes te doy a vos, este otro mes te doy a vos. Este mes le doy a los importadores, y este otro mes le doy a los exportadores. Es la prueba más evidente.

-¿Cómo sale Argentina de este esquema que usted plantea en un contexto donde no se puede romper el bipartidismo o las bicoaliciones?

-Ahora se rompe. En esta elección se rompe. Las únicas dos personas que polarizan son las dos caras de una misma moneda. Una agenda internacional impuesta que es política de Estado que es la Agenda 2030, con dos fuerzas que las sostienen y alternan. La constitución se modificó en 1994, y fuimos a cuatro años de mandato presidencial porque los presidentes no llegaban a los seis años. Hoy no llegan al segundo año. Estas dos fuerzas tienen la misma agenda, la misma política de Estado, cambiando las formas, cambiando el packaging, pero con el mismo producto adentro. Cafiero lo dice con sincericidio: “la única política de Estado en la Argentina es la Agenda 2030”. Estas dos fuerzas políticas pueden sostener la grieta, el show ficticio, de dos tipos que parecen dos boxeadores pero que en realidad son Titanes en el Ring, arreglando el resultado de la pelea. Esta alternancia se tiene que basar en el modelo de la polarización, y los únicos dos que polarizan son Cristina y Mauricio. Afuera de ellos, Massa es muy parecido a Rodríguez Larreta, son compadres. Actúan en fuerzas distintas y no hacen ruido. Entonces creo que estas elecciones pueden ser muy parecidas a lo que pasó en Chile con Boric. Treinta y pico de años. Dos alianzas, una de centro izquierda y otra de centro derecha, que alternaban el poder y los dos que polarizaban el poder no lograron hacerlo y los dos que llegaron al Ballotage llegaron por afuera.

-En definitiva, la gente vota el centro. ¿Qué mensaje es necesario desde la centro derecha y si está la sociedad preparada para desplazarse?

-Yo no sé si está preparada o no, pero creo que lo va a hacer con o sin prepara ración. El nivel de crisis es agudo en todos los aspectos. No estamos hablando de hablar un proyecto económico. Hoy lo que estamos discutiendo es la continuidad o no de la Argentina como proyecto de nación.

-¿Usted tiene un proyecto económico sólido para mostrar?

-Sí, claro

Propuesta.

El diálogo discurre por distintos carriles: los problemas que tiene para recuperar el nombre de su espacio; con quiénes y cómo se articular en Entre Ríos, su expectativa nacional después de haber logrado un 3 % de los votos en la última elección, de su relación con Javier Milei al que sólo le dedicará un párrafo menor y lo ubica dentro de lo que él mismo llama “la casta” y sobre cómo hará para calar en una sociedad que, según todo indica, está decepcionada y no fideliza su voto con nadie.

Sin embargo, cuando ingresa en su teoría económica aparece lo más interesante del diálogo. Es allí donde hace una apuesta por la Mochila Austríaca.

-Me precisa algunos  ejes clave de lo que sería su gestión…

-Lo primero es la reforma en un punto de la Ley Laboral. Despidos. Mochila. Autoindenmizacion.

-¿Cómo sería?

-Es muy claro. Con una ley de emergencia modificás un artículo de la ley laboral y es el tema del conflicto del despido que es un negocio de la industria del juicio bancado por abogados y sindicatos. El 65 % de los trabajadores de una Pyme que quiebra no se lleva su indemnización. Pero los abogados, los proveedores y el Estado sí cobran. Se trata de un modelo claro. El 8,33 % del salario mensual del trabajador va a cuenta, no al Anses, la plata al Anses no. Va a una cuenta personal tuya. Es un modelo de autoindenmmizacion al momento del despido forzado. Este modelo actual favorece al tipo inescrupuloso que organiza una quiebra y se lleva con ella tus 10 años de trabajo.

-¿El 8,33 % lo aporta el empresario, y por cuánto tiempo?

-Exactamente. Eternamente lo pone. Mientras vos estás trabajando el 8,33 % va a una cuenta bancaria, en caso de despido te lo llevas o se hereda. Se llama la Mochila Austríaca, y es modelo conocido en el mundo. El día que conseguís un trabajo mejor no tenés que estar peleándote con el empresario para ver si te despide y te llevás tu plata. Te vas y se cierra la relación. A ese dinero lo podés usar cuando certíficás que te quedás sin trabajo. Ahora, para el empresario esto significa que hoy vas a pedir un crédito a un banco, con una Pyme, con 20 empleados, de 10 años de antigüedad y ya tenés un pasivo de ese dinero. Ya arrancás siendo empresario con un pasivo. Ese pasivo laboral lo transformás en un activo financierooiuytrew. Es una Espada de Damocles. Pero lo que pasa hoy es que dos juicios laborales con dos buenos abogados hacen quebrar a una Pyme. No puede ser.

-¿Es un aporte dentro del salario o por fuera?

-Es un aporte por fuera. Con esto sacas el conflicto del despido. Le asegurás al empleado que nunca va a perder lo que tiene acumulado en términos indemnizatorio. Y generás un capital…

-Además, como alguna vez se intento con las AFJP, se genera una masa crítica para el Mercado de Capitales.

-Claro, porque esa plata va a un banco y con una ley especial se asegura que el banco no puede comprar ni Leliq ni Lebacs, y que debe dar créditos porque hoy no hay créditos porque los bancos invierten la 80 % en Leliq y Lebacs, por eso no hay crédito para vos si vas al banco.  Esta es la lógica de argentina. Es además una lógica para ir incrementando el Mercado de Capitales y para generar un plan de viviendas para dar cuenta de las 4.800.000 millones que faltan en la Argentina. Seguir impulsando la vivienda por la oferta es seguir robándose la plata.

-De allí que el Plan Procrear, al financiar la demanda, fue un plan exitoso.

-Bueno. El Estado debe financiar siempre la demanda, y yo la vi desde Banco Nación. Lo pasó aquí que se financió la demanda de los amigos. Pero yo digo que si vos generás un fondo que debe prestarlo necesariamente, empieza a bajar la tasa con la oferta de crédito hipotecario más barato. A largo plazo baja la tasa. Con la oferta de los hipotecarios aparece la demanda de casas, y se recupera la construcción.

-¿Hay posibilidad de un crédito hipotecario con el descalce de tasas y el descalce de plazos que existe en el sistema financiero?

-A la tasa la genera el Estado, que a su vez genera Leliqs y lebacs. Si vos generás una tasa de referencia para un nuevo Mercado de Capitales que te impida comprar esos bonos, no te queda otra que establecer un sistema de crédito más accesible para la sociedad. El descalce de tiempo es muy grande por el volumen de capital. Vos pensá lo que significaría hoy 6.900 empleados en blanco, más los del Estado, todos los meses poniendo 8,33 en la cuenta., Es un número brutal y se vuelca al Mercado de Capitales unos 250 millones de dólares al año.

-¿Eso no desestimula la inversión privada que además del capital para iniciar un negocio, que no es poco, debe además tener un bonus track para garantizar el 8,33 % mensual por cada empleado que integre?

-Si lo tenés como pasivo, al contrario. Te permite acceder al crédito para inversión.

-Pero lo termina trasladando a precio, y como consumidor de nafta cada vez que lleno el tanque estoy subsidiando a un empresario que realiza el aporte al fondo con mi dinero…

-Igual lo trasladas a precio. ¿Y cómo te pensás que es ahora? Quién crees que paga la inmediación del flaco que te atiende en el surtidor. ¿Mandrake…? No, la pagás vos. Va a precio en el café, en la medialuna, en la  nafta. Una cosa es que lo tengas como un pasivo que te encarece el crédito, la gestión y el riesgo, y otra cosa es que lo tengas como un costo fijo. Hoy la construcción, que tiene un sistema estacional, lo tiene y funciona muy bien. El problema es que la platita se la da al Anses.

De hecho los sindicatos están mirando este sistema para trasladarlo a sus propios esquemas, como tiene la Uocra.

-Sí, pero en este caso los sindicalistas consideran muy viable este sistema de mochila pero quieren manejarlos ellos. Administrar la caja. Nooo. Ni la Anses ni los sindicatos.

-No cree que lo considerarán demasiado liberar por parecerse a la cuenta de capitalización de las AFJP?

-La Argentina necesita sentido común. Necesita realidad. Hay cosas que tiene que resolver el Estado y hay cosas que tiene que resolver la sociedad, no el Estado. El mercado es una mirada transaccional de la sociedad. La sociedad es una complejidad que se vinculan, se asocian, y hay cosas que tiene que hacer el Estado, y otras la sociedad. Hay cosas que tiene que empezar la sociedad y terminar el Estado. La Argentina debate del liberalismo puro y teórico que nunca se aplicó en el mundo y un estatismo puro y teórico que fracasó en el mundo. Lo que necesitamos es sentido común. De la mano de esto viene la solución del sistema financiero. Tasas. El único comprador de crédito es el Estado. Si vos generás otro Mercado de Capitales, empezás a bajar las tasas. Si parcelás lo que le podés prestar al Estado y lo que no, se crea un nuevo escenario.