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La industria tras la corrida: “Se vienen tiempos difíciles”

Leandro Garciandía, presidente de la UIER, advierte que el sector está absorbiendo costos y que el financiamiento es “inviable”. De igual modo, recuerda que “el industrial por definición es optimista”. Nahuel Amore

Leandro Garciandía, presidente de la UIER, advierte que el sector está absorbiendo costos y que el financiamiento es “inviable”. De igual modo, recuerda que “el industrial por definición es optimista”.

Nahuel Amore | Dos Florines

Leandro Garciandía asumió la presidencia de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER) en medio de un escenario económico y financiero convulsionado en todo el país. La corrida cambiaria de las últimas semanas provocó una devaluación superior al 20%, el recrudecimiento del proceso inflacionario y una suba de la tasa de referencia al 40%, entre otras medidas de ajuste que implicarán menor crecimiento del esperado y un impacto negativo sobre las industrias locales.

“Hemos tenido una corrida de costos muy fuerte. La mayoría de los insumos de la industria ha aumentado porque hay mucho aditivo que es importado, mucha materia prima importada. El gas se paga en dólares desde hace mucho tiempo. Además, hay un mercado local al que no se le está pudiendo trasladar a precios los mayores costos. Vamos a ver cómo nos movemos, pero se vienen tiempos difíciles”, manifestó, en declaraciones para Ahora TV.

De todos modos, mirando la película, Garciandía aseguró: “No es que esta crisis apareció ahora. Es el resultado de varios años que venimos con ciertas dificultades en la industria. En Entre Ríos, por ejemplo, la planta de trabajadores desde 2012 que no se incrementó. Eso habla a las claras de que el sector no ha crecido, que empresas que han desaparecido y otras que arrancaron muy fuerte, como las de software”. En esta línea, remarcó que “cada sector tiene su realidad distinta, por lo cual tenemos que tratar de establecer políticas comunes para que tiendan a mejorar todos”.

A pesar de estos tiempos difíciles, el Ejecutivo de Saint-Gobain, fue más allá y reflexionó: “El industrial por definición es optimista. En un país como Argentina, que continuamente estamos pasando pruebas desde lo económico, financiero, default y corralitos, el industrial sigue, apuesta y tiene una mirada en el mediano y largo plazo. Estás mirando la coyuntura, por supuesto, para tratar de tomar acciones que atiendan a atenuar los impactos, pero claramente la visión de mediano y largo plazo está puesta, si no es imposible pensar en un desarrollo industrial sustentable”.

Suba de costos

Consultado respecto de los índices de inflación que manejan los industriales y el impacto en las empresas, Garciandía planteó: “Los primeros números de los economistas están dando que este año puede ser más cercano al 26%, y con un crecimiento que si bien arrancó en el primer trimestre, probablemente termine siendo cero o muy poquito. El impacto de eso se va a ver reflejado en la industria”.

En esta misma línea, opinó: “La inflación es totalmente distorsiva, no genera competitividad y en muchos casos genera improductividad. Muchas veces se ocultan problemas de productividad de una empresa, trasladándoselo a precios en un marco de poca competencia. Entra en crisis el sistema de competencia, porque cuando te están cambiando continuamente, evaluar precios es muy difícil. Todo eso termina muy poco productivo”.

Asimismo, analizó el nivel de actividad en función de la política monetaria definida por el Banco Central. “La tasa de Lebac está aspirando pesos del mercado y en muchos casos dinero circulante. Eso tendrá impacto en el mercado local y habrá que estar preparados para poder desenvolverse en ese mercado”, anticipó.

Financiamiento

Respecto del encarecimiento de los créditos que registra el mercado a partir de la corrida cambiaria, el presidente de la UIER consideró que “es el punto más importante que tenemos que ver cómo se resuelve”. En su conclusión sobre te tema, resaltó que “financiarse con esas tasas es muy complicado”.

“Lo que todos vemos es la tasa de referencia de las Lebac, una tasa piso. Pero la realidad es que cuando una pyme, que es la que más está sufriendo este problema, necesita financiar una expansión de su capital de trabajo, tiene que ir al banco y hasta hace 10 días no encontraba una tasa inferior al 75 u 80%; una gran industria, del 60 o 65%”, explicó.

En este sentido, planteó que si bien hay variaciones, “seguimos en tasas cercanas al 60% para una pyme”, por lo cual “eso hace inviable la posibilidad de financiación”. Además, acotó que esto también impacta sobre la cadena de pagos. “Termina siendo una vuelta que no se paga, se retrata el pago. ¿Dónde le impacta a la pyme? En el corrimiento de pagos”, sostuvo.

En relación a este último punto, analizó: “Si uno mira los plazos de pago normales hasta principios de año, podían estar en el orden promedio de los 45 o 60 días. Con esta corrida y estos problemas, hoy prácticamente se está entre 90 y 120 días”. Desde este punto, se preguntó: “¿Cómo hace una pyme para financiar esos días adicionales, cuando se da vuelta y la mayoría de sus costos como es mano de obra, energía e impuestos tienen vencimientos de 30 días? Ahí se produce el problema. Se hace inviable poder financiarse”.

Los trabajadores

Un tema sensible en este contexto es la mano de obra. Sobre este tema, fue contundente: “Claramente, no es la variable de ajuste. Ya hace mucho tiempo se entendió que el problema no pasa por ahí”. “Hoy la conciencia social de la mayoría del empresariado es muy fuerte, principalmente en la pequeña y mediana empresa de Entre Ríos, donde muchas veces hay que vivir en el mismo pueblo, en la misma ciudad. No es por un interés económico sino por una cuestión social que se trata de retener hasta lo último”, sostuvo.

En este sentido, además, consideró que “no es tan fácil reemplazar a una persona, despedirla, tomar a otra y que siga todo igual. Hoy la mayoría de los procesos se ha complejizado y la mayoría del personal que trabaja en la industria es personal que está muy capacitado, en tecnologías industriales, electrónicas o neumáticas. No es tan fácil deshacerse de recursos humanos cuando uno está invirtiendo dinero, tiempo y capacitación”.

Desde esta perspectiva, el nuevo referente de los industriales en la provincia afirmó: “La realidad de hoy es que no vemos despidos de manera masiva ni nada de eso. Y no creo que ese tipo de cosas ocurran. Hay una conciencia, y lo vemos y lo discutimos: la preservación de las personas dentro de las empresas es una prioridad para todos los industriales”.

El presente de la UIER

A la hora de analizar el presente de la entidad, Garciandía remarcó datos claves para comprender la magnitud del sector en esta provincia. Recordó que la industria en Entre Ríos representa el 18% del producto bruto geográfico y que con más de 1.800 establecimientos industriales es la responsable del 23% de los salarios del sector privado en el territorio entrerriano. “Es un sector muy rico, muy diverso, con una distribución geográfica importante. Eso hace que estemos y toquemos diferentes ciudades”, valoró.

Más allá de ciertas diferencias que puede tener cualquier institución -que salieron a la luz por DOS FLORINES-, destacó en buenos términos el estado en que asumió la titularidad de la UIER. “Desde el punto de vista organizacional, la entidad está muy bien, muy fuerte, muy sólida. Hemos tenido diferentes eventos que nos han posicionado muy bien. También desde lo económico está muy bien: hicimos un cambio de autoridades, se leyó la memoria y el balance y se vieron los números. Se cumplen con los objetivos en este sentido”, expresó, y remarcó el rol protagónico que comienzan a tener los jóvenes.

Por otro lado, consultado sobre los principales desafíos, resaltó la importancia de “seguir manteniendo nuestra política de un diálogo muy constructivo con los gobiernos provincial y municipales, por supuesto también con la Unión Industrial Argentina y el Gobierno nacional. Lo que hace a Entre Ríos, seguimos apostando a un diálogo fuerte y del lado de las autoridades hay una recepción muy buena para tratar de construir soluciones en conjunto”.

Pedidos con el Estado

El diálogo con los Estados sigue siendo una necesidad. Al respecto, dijo que continuarán con una agenda de trabajo, con una serie de temas clave. “Los desafíos, que en cada sector nos plantean, son los problemas de infraestructura que todavía tenemos que resolver, sobre todo lo que es la producción primaria con los caminos rurales, donde tenemos dificultades muy serias. Hemos pasado tres semanas de lluvia que han hecho que se entorpezca el libre tránsito”, indicó.

Por otra parte, enumeró: “Hay muchos parques industriales que todavía tienen que desarrollar mucha infraestructura. A nivel de medio ambiente, tenemos que trabajar muy fuerte. Necesitamos que las políticas que se generan desde el Gobierno sean razonables, atendiendo la coyuntura y la realidad del sector. Está también la parte que nos toca de los aumentos energéticos y de las cargas impositivas”.

Sobre este último punto, hizo hincapié en que “el problema impositivo sobre todo son los ingresos brutos, que son absolutamente distorsivos, que se van encadenando y pueden terminar siendo cerca del 20% de los costos”. “Si bien tiene una fecha de caducidad, tenemos que transitar el camino hasta que finalice y por supuesto que no se estire”, señaló.

“Otro punto que tenemos que tocar es el de la burocracización. Tenemos que desburocratizar el Estado, hacerlo más fácil, que las cosas fluyan de una manera mucho más sencilla; haciendo las cosas bien, pero sin una burocracia que a veces retrasa un expediente o una decisión”, añadió.

Con todos estos elementos sobre la mesa, reflexionó: “Tenemos que propender a que haya una industria mucho más competitiva y tenemos que empezar a hacer que la industria se focalice en la competitividad y no tener que pelear contra tantas cosas que son de la puerta de la fábrica hacia afuera”.

Foto: Ahora TV

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