ENFOQUE PORTADA

La industria necesita competitividad, que se respeten normas sanitarias y no se encarezca costos

La participación argentina en la SIAL de París fue muy importante, sin embargo el negocio perdió competitividad más por las restricciones internas que por la baja de precios. Además reiteramos nuestra postura sobre el troceo y exigimos que se cumplan con los controles a normas sanitarias. Por Daniel Urcía, Vicepresidente de Fifra

La semana pasada se realizó la exposición SIAL de París en la que la carne vacuna argentina tuvo su lugar destacado. Se trata de la mayor feria de alimentos del año.

Allí se observó un retorno prácticamente a la normalidad pre-pandemia, en la muestra hubo importante presencia de expositores y compradores aunque hubo pocos operadores de China ya que sus autoridades ratificaron la política de Covid cero que impone cuarentenas al regreso. Por eso la presencia de importadores de ese país fue inferior a la de otros años.

La participación del IPCVA fue la más importante de su historia: contó con un stand de más de mil metros cuadrados, 33 empresas se hicieron presentes y se puso a disposición del público un restaurante con 35 mesas en las que se sirvieron 700 kilos de bife ancho y angosto.

Desde la industria frigorífica destacamos el esfuerzo realizado. El balance de la exposición fue muy positivo aunque el contexto mundial no es al más favorable para el negocio lo que se combina con los problemas de competitividad que tiene la economía argentina.

En los mercados internacionales los precios están en baja. En el caso de Europa el encarecimiento de la energía eleva el costo de vida lo que hace que sus ciudadanos deriven una porción mayor de su ingreso a ese rubro y reduzcan el poder de compra de otros, entre ellos el de los alimentos y eso impacta en la capacidad de pago de los importadores.

El mercado chino, a dónde se destina más del 75% de lo que se exporta, también tiene menos poder de compra por la crisis económica que llevó a una devaluación de su moneda y a la caída del consumo interno consecuencia de la política de control del Covid que lleva a largas cuarentenas en ciudades muy importantes. La baja en los precios de este mercado ronda el 40%/50%.

Este contexto pone en evidencia la necesidad de mejorar la competitividad exportadora local que siempre reclamamos. Hay que regulaciones internas que complican la concreción de los negocios que tanto requieren el sector y la economía argentina para su desarrollo.

Desde Fifra venimos señalando esto y reclamando la actualización de los precios de referencia para las exportaciones. Esperamos que lo antes posible se publique la norma de parte de las autoridades nacionales con las modificaciones correspondiente.

Además influyen el retraso cambiario y la aplicación del impuesto a las exportaciones que son del 9% y que vulgarmente se llaman retenciones, cuando en realidad son otro castigo a las ventas al desarrollo de la cadena de la carne vacuna. El “dólar carne”, cuando se descuentan las “retenciones” apenas supera los 135 pesos.

A eso hay que agregar la demora de varios meses en los reintegros impositivos para quienes exportan.

Todo esto no hace más que complicar el negocio. Mientras tanto, nuestros competidores como Uruguay y Brasil, siguen exportando porque cuentan con mejores condiciones de competitividad y política de fomento de la inserción de este alimento en los mercados internacionales.

En efecto Brasil viene batiendo records cada mes a pesar de la caída en los valores de la carne, y según un reciente informe del departamento de Agricultura de Estados Unidos (del que damos cuenta en este newsletter) en 2023 seguirá creciendo su participación en el comercio global.

En cuanto a la situación del mercado interno, el troceo que el gobierno quiere poner en marcha a partir del 1 de noviembre sigue siendo motivo de discusión.

Desde Fifra continuamos insistiendo en la utilización de medios mecánicos para la descarga de las medias reses lo que evitará que los trabajadores tengan que cargarlas al hombro.

Tal como está planteado el tema de parte de las autoridades el troceo requerirá de más trabajo en las plantas lo que implicará un incremento de costos laborales pero también de la adecuación de la infraestructura de los frigoríficos. Hasta ahora eso no fue posible ya que los créditos no se monetizaron y los poquísimos que lo hicieron quedaron desactualizados por el impacto de la inflación.

Además para que entre en vigencia una medida de esas características se necesita de la adhesión de las provincias, muchas de las cuales se manifestaron a favor de la propuesta de Fifra.

Ninguno de esos dos requisitos se están cumpliendo y sin ellos es imposible pensar en cambio en la comercialización de la carne vacuna.

Desde nuestra entidad estamos a disposición para seguir trabajando, tal como lo venimos haciendo, con el gobierno nacional y los provinciales. Es nuestro deseo que antes del 1 de noviembre se haga la adecuación de la normativa de parte del ministerio de Agricultura y luego se pueda comenzar a trabajar seriamente los cambios necesarios. Entre ellos se requiere que los frigoríficos que no cuenten con las condiciones sanitarias exigidas por las normativas sanitarias sean suspendidos o clausurados y no sigan funcionando en base a los favores propios del amiguismo tal como viene sucediendo desde hace décadas en la Argentina.

Finalmente, en el orden local está finalizando la conciliación obligatoria determinada por el Ministerio de Trabajo de la Nación con la Federación del Sindicato de la Carne (FESITCARA), gremio conducido por Gabriel Vallejos. Las negociaciones están obstaculizadas ya que el gremio pretende un porcentaje mayor que el acordado con la Federación de Trabajadores la Carne (liderada por Alberto Fantini), además de adelantar los periodos de los incrementos acordados. Por parte del sector empresario lo que se necesita es previsibilidad y contar con una única escala a nivel país, cosa que últimamente se había acordado.

Además requerimos, y así lo hemos solicitado a las autoridades nacionales del Ministerio de Trabajo, que tenga una posición más activa en la resolución de este problema ya que de no arribar a un acuerdo podría haber graves conflictos sindicales.