ENFOQUE PORTADA

La industria; el camino hacia el desarrollo de Entre Ríos

Por Ubaldo Roberto Domingo – CPN – Asesor económico, financiero y Pymes locales – Especialista en Sindicatura Concursal – Grupo DEC ///.

Del diálogo con la gente en cualquier lugar, de las encuestas más relevantes sobre que le preocupa al ciudadano común, surge rápidamente, que el problema que más les aqueja es la falta de oportunidades,  es decir la escasa oferta de trabajo.

En la calle, en las universidades, en los colegios secundarios, en los clubes, en una reunión cualquiera, sin lugar a dudas ese es el tema central.

Ahora bien: qué ocurrió en Entre Ríos, qué nos ha pasados que teniendo todos los recursos no hemos podido generar aquellas oportunidades que demandan los ciudadanos.

Es un hecho. El modelo económico que se impuso en nuestro país en general y en nuestra provincia en particular ya no otorga las respuestas adecuadas al crecimiento demográfico. Este modelo al que me refiero es el agroexportador.

Modificar ese perfil, que carece de la posibilidad de solucionar las demandas de las personas, es entonces la misión impostergable.

Lo medular es cómo hacerlo.

Y aquí debo detenerme un momento para decir que lo primero que se necesita es voluntad política, es decir, que la industrialización sea una prioridad.

Industria.

Es la industria, y no otro sector de la economía, quien resolverá los problemas que se nos plantean, porque mediante la elaboración, la incorporación de valor agregado a todo lo que se produce en nuestro territorio es como se crea salario, y he aquí el factor que resolverá la ecuación.

También aquí debo asegurar que el núcleo mayoritario de economistas coincide a grandes rasgos que el desarrollo se logra a través de la industrialización.

Pero atención; dicha coincidencia termina en el enunciado, ese desarrollismo industrializante se niega a si mismo rápidamente, cuando somete el proceso a tales requisitos que finalmente termina destruyendo el objetivo importante que es justamente esa industrialización impostergable.

Estos requisitos, son para algunos la estabilización previa de la macroeconomía, para otros la fijación a través del mercado de las prioridades basado en criterios de economicidad y eficiencia, y la absoluta libertad en el proceso de inversión, para otros, la prioridad del hecho social sobre el hecho económico, para otros finalmente, en esperar un período favorable de la balanza comercial o presupuestaria, para aplicar los fondos excedentes.

Partiendo de la base que el desarrollo económico es una estrategia a esta altura imprescindible de liberación, se debe generar esa estrategia de la cual carecen nuestros dirigentes.

Ningún motivo aparente debería detener este proceso, no hay excusas, se deben generar las condiciones para que finalmente se produzca la inversión, se genere el trabajo que demanda nuestra gente, y finalmente con el salario producto del trabajo genuino, acceder a las condiciones de vida moderna.

Ejes.

Basados entonces en los vectores productivos de nuestra provincia, (avicultura, porcinos, bovinos, oleaginosas, arroz, cereales, cítricos, forestales, muebles y papel, metalmecánica), podemos convocar capitales para industrializar todo esta producción.

Pero además debemos atraer toda actividad reproductiva que necesite y quiera expandirse. Como poco es lo que tenemos para ofrecer, se debe generar un proceso que tiente aquella inversión.

Santa Fe, por ejemplo, dicto el Dto. Ley nº 1361 que tiene la prioridad de radicación y promoción industrial basados en su vieja ley nº 8478/95 que otorga innumerables ventajas impositivas y arancelarias, sumadas a las que ya tienen en infraestructura y otras como un proceso real de desburocratización de los trámites para obtener dichos beneficios, ya están por delante nuestro.

Ese es el camino a seguir, sembrar industrias que procesen nuestra producción, otorgarle al inversor los medios necesarios para que esto se concrete, quien planta un ladrillo, queda de alguna manera enrraizado, su espíritu de lucha y superación enfrentara cualquier coyuntura.

Debe quedar absolutamente claro entonces que este proceso no es un proceso espontáneo, debe incentivarse, debe llevarse adelante por quienes entiendan finalmente que se trata de nuestra única salida, y para ello debe ser prioridad, dejando de lado equivocaciones del pasado, que no pueden modificarse, siendo el futuro entonces, la producción y  la incorporación de valor.