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La foresto industria de Entre Ríos, ¿espera grandes inversiones?: “Todavía no están viendo la confianza en el país”

Para Marcos Vago, presidente de Imfer, los grandes inversores aún no se ven seducidos por la seguridad jurídica de Argentina y otras problemáticas. Advirtió por las trabas laborales y burocráticas que limitan el crecimiento de las pymes locales. Nahuel Amore

Marcos Vago, presidente de Industriales Madereros y Forestales de Entre Ríos (Imfer), consideró que “las posibilidades son muy grandes” de que su sector reciba inversiones extranjeras a partir del RIGI nacional o el RINI provincial. No obstante, planteó: “Las grandes inversiones todavía no están viendo la confianza y la parte jurídica del país, que no vuelvan a cambiar las reglas en cuatro años. Eso es lo que más están mirando“.

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En diálogo con DOS FLORINES, consideró que un factor que atrae es que “el costo de la tierra es muy barato, sobre todo en esta zona”. “En Corrientes o el norte de Entre Ríos una hectárea de campo para forestación se consigue por 1.500 o 2.000 dólares, como barato. Como caro, sube a 3.000 o 4.000 dólares la hectárea, cuando en la pampa húmeda está entre 15.000 y 20.000 dólares. En países limítrofes quizá pueden tener los mismos precios, pero en cualquier otra parte del mundo es un regalo”, analizó.

No obstante, insistió que si bien los incentivos y beneficios son importantes, es fundamental sostener en el tiempo las “reglas de juego”. “Es un sentido común a nivel mundial. No por nada en América somos el anteúltimo en el riesgo país que tenemos. Si me pusiera en el lugar de un inversor, me preguntaría qué seguridad jurídica tiene el país. Si quiero traer a mi casa la ganancia, también es fundamental poder hacerlo”, reflexionó.

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En otro orden, remarcó que los gobiernos no deben descuidar las problemáticas que sufren los micro, pequeñas y medianas empresas de la cadena, especialmente ante los “juicios laborales”. “Cuando se determinen y aclaren las reglas de juego, va a ser un antes y un después. Como está la situación, que en algunos sectores de la foresto industria es una de las crisis más acentuadas, no habrá nuevo empleo. Pero si tuvieras seguridad laboral, se podrían tener más trabajadores“, consideró.

Para Vago, las trabas burocráticas también son pesadas para los más chicos en el sector. “Es una de las limitantes más grandes que tenemos las pymes“, sostuvo, y acotó que el reclamo a la Provincia no sólo es por créditos para crecer, sino fundamentalmente “ayuda burocrática” y menor presión impositiva.

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Consultado por el impacto que podrían generar en las industrias instaladas la radicación de empresas a partir de grandes inversiones, opinó: “Personalmente creo que crecemos en base a lo que cae del más grande“. En ese sentido, recordó como “positivas” las experiencias en los noventa y la llegada de otras compañías multinacionales en las últimas décadas.

Si plantan su propia forestación, genera trabajo y movimiento económico“, afirmó, y apuntó al potencial que tiene el sector. “Si recorrés Corrientes o el norte de Entre Ríos, son campos y campos que sólo tienen malezas y yuyos“, señaló. “Siempre sacás algo positivo, siempre y cuando se hace todo bajo la ley. Pero hoy son pocos los que toman ese riesgo“, lamentó.

Situación actual

Para Vago, la coyuntura del sector es dispar entre las empresas, aunque se nota una merma de la actividad. Según indicó, algunas empresas registran una baja de ventas de entre un 5, 10 y 15%, mientras que hay otros que llegaron hasta un 50 y 60%. A título personal, explicó que los más afectados son quienes concentran sus relaciones comerciales con pocos clientes. “El que tiene diversidad de clientes, anda mejor”, consideró.

Asimismo, indicó que este panorama no lo sorprendió. “El que no sabía que iba a venir esta crisis, fue muy ingenuo. Sabíamos que lo que se venía haciendo en los últimos cuatro años y anteriormente también, era una bomba de tiempo. Sabíamos que tarde o temprano iba a pasar. El que no estaba preparado, es un ingenuo o un fanático”, opinó.

Consultado por dónde avizora una salida en la cadena, sostuvo que “la proyección debe estar en el mercado externo. En el mercado interno, para lo que se produce y consume de madera, somos muchos. Somos muchos actores que ofrecemos lo mismo”. En esa línea, planteó la necesidad de flexibilizar aún más las importaciones para abaratar costos en algunos insumos en particular. Denunció que dentro del país hay “sobreprecios”.

Finalmente, el empresario planteó que el desafío de las industrias locales es el agregado de valor para no exportar mayormente troncos, sino otros productos a partir del empleo y la incorporación de tecnología.