La cuarentena, una de las más difíciles etapas de trabajo para los contadores

20/05/2020

Matías Chervo repasó los inconvenientes generados por el aislamiento en la labor de los profesionales de las Ciencias Económicas. Danilo Lima

El período de aislamiento social, preventivo y obligatorio para los profesionales en Ciencias Económicas, principalmente los contadores públicos, significó “una de las más difíciles etapas de trabajo” de los últimos años.

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“Al principio, ante la normativa y la incertidumbre del virus en la región, el acatamiento a la cuarentena fue total, pero a los pocos días, la realidad social, económica y fiscal fue demandando el asesoramiento y gestiones propias del contador con urgencia”, le dijo a DOS FLORINES Matías Chervo, el presidente de la Delegación Paraná del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Entre Ríos.

Aquella demanda urgente, básicamente, se dio por dos razones. “Una por la no postergación de las obligaciones fiscales por parte de los fiscos en tiempo y forma, liquidaciones de sueldos (recibos, impuestos laborales, sindicatos, archivos de bancos, etc.) que se hacen a fin de mes” y porque “los bancos siguieron operando por lo que el clearing bancario y los cheques seguían el circuito normal”, explicó Chervo. “Hasta ahí el profesional, de alguna manera, se tuvo que ingeniar para poder cumplir con sus clientes que son su fuente de ingreso”, añadió.

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Luego, agregó, “se sumaron todas las normativas que se dictaron a favor de los contribuyentes” para subsidiar o financiar el impacto negativo en la actividad económica. “Si bien estas medidas son favorables para los contribuyentes, la aplicación de las mismas no son tal cual se comunican en muchos casos y los sistemas o plataformas no responden como uno espera”.

Esas “malas noticias” de que un contribuyente no calificó o no pudo recibir el beneficio “les toca comunicarlas a los contadores, y ahí es donde la profesión empezó a colapsar y generar cierto cortocircuito en la dinámica. Todo esto, bajo la ardua tarea de tener que organizarse distinto debido a no ser considerados esenciales, y muchos tuvieron la dificultad de adaptarse desde sus hogares, con la familia completa en la casa”, comentó Chervo.

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Luego de la habitación por el Gobierno “a ejercer la profesión y transitar con autorización, se pudo lograr cierta tranquilidad pero la plataforma ATP (Asistencia de Emergencia al Trabajo y Producción) de AFIP no respondió como tal y hubo mucho malestar en ciertos sectores de los beneficiados, sobre todo en aquellos relacionados al sueldo complementario que luego fueron descartados o los créditos a tasa cero para autónomos”, explicó el profesional.

Ahora, continuó Chervo, “en estos meses comienza la etapa fuerte de la profesión por el vencimiento de Impuesto a las Ganancias 2019 y cierre de balances contables e impositivos con fecha 31/12/2019 (ajustados por inflación), por lo tanto, estos 60 días previos que normalmente se destinan al armado de los números del año anterior, se tuvieron que ocupar en las medidas derivadas de la emergencia sanitaria y económica”.

Lo que viene.

Con la profesión habilitada a trabajar, Chervo consideró que esta crisis, acaso, pueda convertirse en una oportunidad de cara a la redefinición del perfil profesional de los contadores. “Toda crisis tiene cosas negativas que después se transforman en positivas”, analizó en diálogo con DOS FLORINES.

“Lo negativo fue el shock que generó todo esto y que nos obligó a adaptar la logística vía medios electrónicos, a realizar reuniones virtuales, y a hablar con los clientes por whatsapp porque lo presencial pasó a tercer plano. Para algunos esto fue positivo, para otros fue negativo. A título personal creo que de cara al futuro esto es positivo porque nos permitirá optimizar más el tiempo, reducir burocracia. Y también es positivo para repensar la profesión que, sobre la base del uso de la tecnología, le da otro paradigma para apuntar más al asesoramiento y no tanto a la gestión liquidativa y movimiento de papeles de los estudios contables clásicos. En definitiva me parece que a futuro esto nos permitirá ir hacia un nuevo perfil, con eje en el asesoramiento”, subrayó.

Para cerrar, Chervo expresó una idea más general. “La profesión, tal vez, se sienta muy dañada, muy bastardeada, por la sociedad que a veces ve como al contador como un perro de la AFIP, pero en estas instancias los clientes ven provechoso tener un contador de confianza, se ven respaldados por el profesional, y eso nos da cierto orgullo, cierta tranquilidad. Esto me parece un saldo positivo”.

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