La citricultura entrerriana, más allá de la mancha negra

16/08/2020

La decisión de la UE de cerrar sus puertas a los cítricos argentinos es un golpe durísimo. La medida, además, deja al desnudo los problemas estructurales del sector. Danilo Lima

La decisión de la Unión Europea (UE) de prohibir el ingreso de cítricos dulces, adoptada de forma unilateral la semana que terminó, significa un duro golpe para esta economía regional clave de Entre Ríos.

Imagen 1

Más allá de la mancha negra, la razón (¿o excusa?) por la que Europa resolvió cerrar sus fronteras a nuestras frutas, la medida deja al desnudo una serie de dificultades que enfrenta desde hace mucho tiempo una actividad productiva que fue puntal para el desarrollo del noreste entrerriano.

Sólo basta un dato para mostrar la caída de la citricultura: hace 15 años el 40% de los cítricos dulces que se exportaba del Hemisferio Sur al Hemisferio Norte salía de esta parte del país; esa cifra, según los especialistas, hoy llega, con suerte, al 20%.

Imagen 2

El escenario.

La determinación unilateral de la UE es una medida sin antecedentes, dado que nunca se había registrado el cierre total de ese mercado, y significa para Entre Ríos una posible pérdida de entre 20 y 30 millones de dólares, según fuentes del sector.

Imagen 3

“Nos cayó muy mal, como un balde de agua fría, es durísimo”, le dijo a DOS FLORINES Santiago Caprarullo, el gerente de la Cámara de Exportadores de Citrus del Noreste Argentino (Cecnea), quien, además, calificó de “muy injusta” la medida porque el problema de la mancha negra se originó en el NOA, básicamente en Tucumán.

Vale recordar, en este sentido, que esta enfermedad de los cítricos, venía afectando a los limones que la Argentina exporta desde Tucumán, y se habían interceptando contenedores por mancha negra, al punto que se acordó la suspensión voluntaria de las ventas al exterior. Caprarullo, por eso, habla de “problemas ajenos” al NEA.

El gerente de la Cecnea, asimismo, estimó en unas 20 mil toneladas la cantidad de cítricos que quedaría sin ingresar a Europa –otras fuentes hablan de una cifra superior–, y remarcó que hay “fruta en camino”.

A pesar de la restricción que oficialmente comenzó a regir este domingo, hasta el 5 de septiembre “se podría ingresar en los puertos europeos” y “habría una extensión de una o dos semanas más”, se esperanzó Caprarullo, y explicó que una veintena de contenedores tiene que bajar en el puerto de Sines, en Portugal, el 8 de septiembre y hay posibilidades de que ingresen a Europa.

Alternativas e impacto.

La fruta que no pueda entrar a Europa tiene dos destinos alternativos: algunos mercados externos secundarios, que pagan mucho menos, y el mercado interno, lo que generaría una sobreoferta con el consiguiente derrumbe de precios. Sea como fuere la rentabilidad de la cadena citrícola caerá.

Hay, además de las pérdidas económicas, un problema acaso más grave: el impacto social, dado que centenares de trabajadores perderán su fuente laboral por el resto de la temporada.

“El efecto será inmediato. Habrá una menor demanda de mano de obra por parte de las empresas al no tener que trabajar en forma intensiva con un programa de exportación. Una empresa podría, por ejemplo, decidir el fin de zafra y prescindir de numerosos trabajadores. Y si esto sucede en otras firmas se podrían perder un millar de puestos de trabajo”, estimó Caprarullo.

Es un perjuicio económico y social enorme. El impacto lo va a sufrir toda la cadena citrícola porque el exportador, al no poder colocar la fruta en destino, perderá; el productor, al tener que competir con un mayor volumen de fruta y una mejor calidad, perderá; y el trabajador, al no ser requerido, también perderá.

La medida europea, por otra parte, deja en claro –y esto lo deben comprender absolutamente todos los eslabones de la cadena citrícola– que la sanidad es algo muy serio, en donde no se puede mentir ni hacer trampas ni tomar atajos. Los mercados internacionales castigan.

La regionalización.

Ni bien conocida la decisión de la UE, tanto el Gobierno de Entre Ríos como el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), salieron a proponer la regionalización de las exportaciones para que el NEA, en este caso, no se vea afectado por un problema sanitario ajeno. La mancha negra apareció en el NOA no en el Litoral.

El concepto de regionalización, según el Senasa, es procedente e implica excluir de cualquier medida restrictiva a los cítricos dulces provenientes de la región NEA ya que no han tenido ninguna intercepción de la enfermedad. La regionalización es, además, un principio que rige la relación comercial bilateral de alimentos.

“Esa estrategia es súper correcta. Nosotros queremos un estatus diferenciado respecto del NOA porque tenemos un clima diferente y productos y volúmenes distintos”, dijo Caprarullo, y subrayó: “Queremos trabajar como NEA”.

Mea culpa.

La prohibición total del ingreso de cítricos argentinos resuelta por Europa, más allá de las intercepciones de limones tucumanos y naranjas jujeñas con presencia de mancha negra, también puede ser interpretada como una barrera paraarancelaria, dado que no pocas veces los países centrales apelan a medidas de este tipo para frenar la entrada de productos que compiten en forma directa con los productores locales.

“No tengo dudas de que puede ser una medida paraarancelaria, pero también creo que debemos hacer un mea culpa”, admitió Caprarullo. Una tarea a llevar a cabo, en este sentido, es trabajar para introducir nuestras exportaciones en determinados momentos del año para no competir con los productos locales. De esa forma, explicó el gerente de la Cecnea, “evitaríamos este tipo de herramientas donde, a través de lo fitosanitario, te atacan para frenar el ingreso de productos”.

El empresario, asimismo, consideró indispensable la adopción de distintas medidas de aliento a las exportaciones de los productos de las economías regionales para enfrentar con éxito la competencia en materia citrícola de países como Sudáfrica, por ejemplo, que hace unos años exportaba la mitad que la Argentina y hoy nos supera ampliamente. “Nosotros exportamos 40 mil toneladas y ellos 400 mil, básicamente porque han sido muy eficientes en la producción y exportación y nos han desplazado por completo”, comentó Caprarullo.

Medidas.

Para comenzar a remontar esta empinada cuesta, en el sector citrícola, básicamente, reclaman tres medidas: financiamiento, reducción de los costos laborales, y, obviamente, eliminación de retenciones. A propósito: Sudáfrica, en vez de ponerles impuestos a los citricultores que exportan, los subsidia.

“Sería importante acompañar al productor-exportador en estos momentos porque hay muchos inconvenientes en materia de financiamiento, de recambio varietal, de costos laborales. Un aliciente ya ha sido la renovación de la ley de emergencia, que permite diferir el pago de aportes y contribuciones –unos 100 millones de pesos por año– para el sector exportador, pero hacen falta más medidas”, apuntó Caprarullo, porque “la exportación es la que le va a dar una gran mano al país” para salir de la crisis.

Deja un comentario