La adaptación profesional: el desafío de estos tiempos
18/10/2020

Los cambios vertiginosos que estamos transitando han llevado a los profesionales inmobiliarios a tomar decisiones categóricas para optimizar la relación con sus clientes. Carlos Marcelo Pintos
Reza la vieja cita de Heráclito que “lo único inmutable es el cambio”. De hecho, este filósofo griego, natural de Éfeso, afirmaba que todo se transforma incesantemente en un proceso que va del nacimiento a la destrucción. Todo surge y se extingue, como el río que, aunque el cauce siempre es el mismo, el agua fluye constantemente. Por tal motivo, ningún hombre puede bañarse dos veces en el mismo río.

Cambiar para adaptarse a nuevas situaciones es uno de los grandes retos del ser humano desde siempre. Es como un mandato universal que los argentinos nos hemos tomado muy a pecho, porque de cambios, transformaciones y reconversiones podríamos dar cátedra.
De modo que si era necesario un empujón para el cambio, a los corredores inmobiliarios les cayó “de arriba, como peludo de regalo” una Pandemia, que los impulsó por sobre sus expectativas.

El profesional analógico

De suyo va que un profesional inmobiliario deba tener una oficina, situarse en una zona accesible y contar con los recursos esenciales para la promoción de sus servicios y de los inmuebles que integran su cartera.
Dentro de este inventario, las líneas telefónica y de celular cuentan, así como la presencia en avisos clasificados en los medios de mayor difusión; la página propia de internet, la presencia en redes sociales y todos los medios de promoción que haga efectiva la labor profesional.
Esto es lo clásico, o como diría uno de mis amigos informáticos: lo analógico. Y dice “lo analógico” en contraposición a “lo digital” o “lo virtual”. Y, aunque ese estado analógico del funcionamiento profesional estaba integrado o en vías de integrarse a lo virtual o digital, tal integración no era ni amplia y menos completa.
Pandemia, cuarentena y más allá
A dos décadas del ingreso al Siglo XXI, los corredores inmobiliarios ya han naturalizado el uso del correo electrónico, de programas de administración de propiedades en la red y la carga de información en las páginas de internet. También el uso de WhatsApp y de Instagram; pero el fenómeno COVID-19 los impulsó al explorar otras fronteras de la informática y en especial reinventarse en la cuarentena -cuasi eterna- para sobrevivir profesionalmente, con un desafío aún mayor: acostumbrase a interactuar con sus clientes (reales y potenciales) de modo remoto, sin esa relación cercana, presencial y concreta que el “face to face” permite a la hora de negociar, persuadir y convencer.
Tras el Decreto nacional por la Pandemia, por más de treinta días las oficinas de las inmobiliarias entrerrianas estuvieron cerradas, inhóspitas, silentes… aguardando la decisión administrativa providencial que les permita volver a la normalidad o casi normalidad; entretanto la búsqueda de alternativas para no perder el contacto con el cliente se potenció; y no se ahorraron esfuerzos para mantener latente el vínculo con el mercado.
Fue así que el día 23 de abril de 2020 se emite la Decisión Administrativa firmada por el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el Ministro de Salud Mario González García Ginés, dando pie para que el Colegio de Corredores Públicos inmobiliarios de Entre Ríos (CCPIER) instrumente el protocolo sanitario que fuera aprobado por la cartera de Salud provincial y que estaba a la espera de la decisión de marras.

Protocolo para inmobiliarios
El CCPIER difundió entre sus más de mil matriculados a lo largo y ancho de la provincia el Protocolo COVID-19 para la atención bajo estrictas indicaciones, tales como que sólo el titular de la matrícula puede atender a los clientes, impidiendo la concurrencia a sus empleados; que sólo podrán desarrollar la actividad los corredores menores de 65 años, que no transcurrieran un embarazo y que no posean preexistencias de salud.
Asimismo, los traslados debían estar limitados a urgencias administrativas, entregas o recepción de llaves con previa cita; para concretar los traslados debían tramitar el Certificado único Habilitante para Circulación y emitir constancias de turno para los clientes. Dichos turnos serían emitidos vía on line para tomar las acciones sanitarias pertinentes, con limitación de personas en el espacio de encuentro, el uso de barbijos, alcohol en gel y el debido distanciamiento.
Dicho protocolo recomendaba la reducción de trámites presenciales en organismos públicos, privilegiando las gestiones on line; utilizar recaudos sanitarios para la manipulación de llaves, documentación, dinero en efectivo, cheques, celulares, picaportes, etcétera.
La Nueva Normalidad = Tecnología 4.0
Aristóteles, otro filósofo antiguo, proclamó “Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia entonces, no es un acto, sino un hábito”. Así que, posiblemente con esta consigna, volvieron los inmobiliarios a la acción, aunque con prudencia y responsabilidad.
Pero no de la misma manera, ya no del modo “analógico”, sino pertrechados con un nuevo bagaje de recursos: los que da hoy la tecnología de la información.
Ágiles para los cambios, hoy se cuenta con profesionales inmobiliarios 4.0, con la tecnología del conocimiento como entorno de negocios y las redes comunicacionales como nexo con sus clientes, aunque sin renunciar al vínculo personal, el presencial, que se reserva para la negociación y la culminación del trato.
Entre los profesionales del corretaje coexisten los que optaron por trabajar desde sus hogares (home office), el coworking (compartir espacios físicos amplios e interactuar con otros profesionales) y los más tradicionales reconvertir sus oficinas en ámbitos de información y cierre de negocios.
En este nuevo esquema, herramientas como Facebook, Instagran y el ya consagrado WhatsApp juegan un papel estelar para potenciar los negocios y el relacionamiento con el mercado, en las distintas variantes que componen el ámbito inmobiliario. Pero no es lo único, también Skype, Meet o Zoom; Google ADs, Youtube, CRM, y cada día una posibilidad más.
Por todo lo expuesto, podemos asegurar que el mercado inmobiliario provincial tiene a su disposición un numeroso equipo de profesionales con una sólida formación académica, con un expertice relevante y munidos de los recursos tecnológicos más modernos para satisfacer los requerimientos de una sociedad que demanda excelencia.
