Hidrovía y un nuevo canal; entre la soberanía y la racionalidad
21/05/2021

Por Omar Rivera – Capitán de Ultramar – Práctico Oficial de Río de La Plata //
Hasta la década del ´90, los canales y ríos eran mantenidos por el Estado. Baja prestación. Burocracia. Buques de mantenimiento con excesivos tripulantes. Canales pocos confiables para navegar por la falta de mantenimiento adecuado del boyado de seguridad. Encalladuras de buques por falta de control preciso y actualizado de control de profundidades de esos canales. Demoras para el resto del tráfico marítimo. Lo alcancé a vivir en mis primeros años de profesión.

A partir de la creación de la Hidrovía de gestión privada: se mantienen las profundidades y el boyado, navegación las 24 horas los 365 días al año y en cualquier condición climática, disminución de canales obstruidos por encalladuras de buques.
La Hidrovia fue una buena noticia: ya que mejoró la competitividad a pesar de lo alejado que estamos de los grandes centros de consumo masivo mundial.

En este sentido, se han empleado tripulaciones argentinas y el sistema no presenta fisuras.
Los buques que lo navegan abonan un canon que se corresponde con valores internacionales, y, claramente, al estado no le cuesta dinero.

Proyecto.
A pesar de todo lo expuesto, la actual administración nacional quiere volver a la gestión del Estado.
Estamos ante un servicio costoso para quien lo utiliza. Lo es, en cualquier lugar del planeta. Y así y todo, si se quieren optimizar esos costos, el Estado puede y debe realizar licitaciones serias y transparentes. Nada de otro mundo.
Y todo seguiría funcionando como estos últimos 25 años. De manera eficiente y provechosa para todos los actores involucrados. Algo que no había sucedido nunca.
Comprar a Argentina se vuelve más atractivo. Al exportador y al productor agropecuario le conviene. El Estado recauda más. Los sectores portuario y marítimo también se benefician. Todos nosotros en definitiva. Entiendo que debe privar la lógica, sino volveremos a una situación de deterioro. Inexorablemente. Simplemente porque ya sucedió. Y por décadas.
Futuro.
Considero que lo que viene puede ser peor. El último canal hacia el mar (canal Punta Indio del Río de La Plata) por conveniencia hidrogeografica, en un sector se acerca a la costa uruguaya. Fue construido por la Argentina y se encuentra en aguas comunes de nuestro país y de Uruguay pero es controlado y regulado por nosotros.
No acarrea ningún tipo de demoras, ni muchísimo menos problemas con la soberanía, como afirman funcionarios del Gobierno.
Además, está vigente con fuerza de ley el Tratado del río de La Plata y la comisión bilateral entre Argentina y Uruguay, que funciona con absoluta normalidad. Sobre este tema no hay conflictos. Ni los habrá.
La producción uruguaya que se embarca en los puertos del río Uruguay y deben salir al mar por este canal que, como se mencioné, es argentino.
Si alguien podría preocuparse por la “soberanía ” bien podrían ser el Uruguay, ya que se ven obligados a pasar por nuestro canal del Río de La Plata para exportar esa mercadería hacia al extranjero.
En este momento el Gobierno esta reflotando un proyecto: la construcción de un nuevo canal.
Este nuevo canal es una obra millonaria, y lo peor de todo: absolutamente inútil.
A pesar que podría mejorarse, ya hay un canal funcionando y cumple perfectamente con las necesidades. De modo que entiendo que el proyecto es, al menos, incomprensible. Lo que me genera serias sospechas.
La pregunta que sobreviene es si trata de desconocimiento supino de estos funcionarios o si la Hidrovia también ingresa en un plan de estatizar sin medir consecuencias, sin una mínima visión a corto, mediano y largo plazo; o directamente se aplica un criterio de liviandad del concepto de soberanía con fines políticos. No puedo dejar de preguntarme, también, si no estaremos ante otro Yaciretá.
Presencie una reunión informativa del sector a cargo. Me quedó la amarga impresión que todas ellas son fundadas: estatización inconveniente, gasto sideral innecesario para un nuevo canal. Me pregunto para qué.