¿Hay riesgo de una generación autóctona de langostas en Entre Ríos?
25/07/2020
Es una de las preocupaciones de los productores. Los especialistas, sin embargo, descartan esa posibilidad. Danilo Lima
La llegada de las langostas a Entre Ríos, el último domingo, se transformó en el tema de la semana –no era para menos– porque hacía alrededor de 80 años que esos acridios no “visitaban” la provincia.

La irrupción de la enorme manga generó preocupación, nerviosismo y angustia entre los productores, sentimientos que se profundizaron luego de la suspensión de las dos pulverizaciones aéreas que se habían previsto.
Las bajas temperaturas y las lluvias intermitentes del jueves y viernes impidieron la movilización de la manga. También influyeron en la reducción de la densidad poblacional los controles químicos realizados por los propios productores en las quintas citrícolas del departamento Federación.

El equipo del Senasa, por estas horas, en forma conjunta con productores y asesores, realiza recorridos en todos los establecimientos donde se encuentran los insectos, registrando la eficacia de los insecticidas aplicados, evaluando daños y delimitando la zona donde se realizarán los próximos controles.
Inquietud.

Ante este escenario, muchos productores expresaron su temor de que una prolongada presencia de las langostas en territorio entrerriano dé paso a una generación autóctona.
Esta posibilidad, sin embargo, fue descartada por especialistas consultados por este portal. “No nos podemos aventurar a decir que esta población de langostas se va a quedar en la provincia porque es algo que no se puede predecir”, señalaron los expertos.
Explicaron, además, que en esta época del año las langostas no están en período de reproducción, sino que transitan lo que se denomina como pausa invernal reproductiva. El período reproductor se extiende desde septiembre a diciembre
Entre Ríos, además, no es una zona de cría, como sí lo son Catamarca y La Rioja, provincias que tienen otro clima y, sobre todo, otro tipo de suelos. “La hembra necesita suelos sueltos para poder colocar allí, a través del ovipositor, los huevos, algo que es prácticamente imposible en los suelos vertisoles entrerrianos”, precisaron los especialistas.