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Grinman: “La Argentina es un país con un cepo al empresario”

En Paraná, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio pidió “terminar con la grieta” y “generar climas de negocios”. Cuestionó que todos los políticos buscan siempre echarles la culpa. Nahuel Amore

El entrerriano Natalio Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), participó este sábado de la celebración de la Federación Económica de Entre Ríos (Feder). En ese marco, destacó la importancia de la institucionalidad y reflexionó sobre la coyuntura, con una mirada crítica sobre las políticas del Gobierno nacional. Aseguró que “ser empresario es una actividad de riesgo” y disparó que “la Argentina es un país con un cepo al empresario”.

“Transitar 81 años como institución no es poca cosa. Es un mérito enorme por los dirigentes que pasaron a lo largo de ocho décadas. Es un enorme esfuerzo. Es una entidad que, después de tantos años y con todas las incertidumbres y situaciones complejas que tiene la vida política y económica de nuestro país, todavía sigue de pie”, valoró.

Asimismo, en un mano a mano con DOS FLORINES, Grinman se explayó sobre qué necesita el sector para por salir adelante ante este panorama. “En primer lugar hay que tener calma, terminar con esta pelea, esta grieta que no se termina de angostar y parece cada vez más ancha. Hay como dos Argentinas. Es imposible así. Se necesitan generar climas de negocios para que vengan empresas a la Argentina y puedan subsistir nuestras empresas”, subrayó.

Para el dirigente oriundo de Concordia, las necesidades de las empresas son iguales, sea una despensa, la mercería del barrio o una firma grande con miles de empleados. “Necesitamos que haya más empresas en la Argentina y se puedan crear fuentes de trabajo. El Gobierno de turno tiene que hacer los cambios que hay que hacer. Hace 70 años vivimos con déficit fiscal permanente. No hay manera de funcionar así, porque al mismo tiempo es muy difícil trabajar con semejante presión tributaria”, advirtió.

Tranquilidad

Grinman resaltó el rol de los empresarios y puso énfasis en la imperiosa necesidad de que el Estado aplique los cambios estructurales que “garanticen que las empresas que quieran invertir van a tener tranquilidad y que no les van a cambiar las reglas de juego; porque hoy ser empresario en Argentina es una actividad de riesgo”.

A modo comparativo, cuestionó que nuestro país tiene una de las tasas de empresas más bajas de Latinoamérica. “Chile tiene 65 empresas cada mil habitantes; México, 49; y la Argentina, 14. Cuantas menos empresas haya, menos puestos de trabajo van a haber. Por eso tiene que entender el Gobierno que los empresarios y las empresas somos absolutamente imprescindibles para el desarrollo de la región”, sostuvo.

En ese sentido, fue más allá y negó la estigmatización hacia los privados. “No somos los malos de la película que queremos aprovecharnos de todo. El sector que representa la CAC no es formador de precios. Hay que hacer cosas diferentes para tener resultados diferentes. Para eso se necesita decisión política y asumir los costos políticos”, disparó.

—¿Cree que los empresarios colaboran con cerrar la grieta? —consultó DOS FLORINES.

—Por supuesto, porque lo que queremos es tener la mayor tranquilidad posible. A los empresarios no nos gustan los aumentos de precios porque nos producen, primero, el enorme trabajo de tener que andar remarcando; segundo, enorme intranquilidad; y tercero, hay que verle la cara a nuestros clientes que entran a nuestro negocio y se enojan, con mucha razón, porque lo que compró hace unos días hoy tiene un precio diferente. Qué mejor para nosotros que los precios estén planchados, pero no artificialmente, sino porque hay una economía estable como en cualquier lugar del mundo. Lo que pasa es que la Argentina es un país con un cepo al empresario. Los políticos de turno, sin importar el signo político, siempre buscan culpables y qué mejor que el empresario porque gana dinero porque invierte. Hasta doña Rosa pone una despensa para ganar dinero, lógicamente. Ganar dinero, en el sistema capitalista, ha permitido a gran cantidad de países salir de la pobreza. No se puede ir en contra. Salvo que pretendan que el Estado se ponga a fabricar todo, lo cual es un absurdo total. El empresario y las empresas son imprescindibles… y no somos los malos.

Control de precios

Griman fue duramente cuestionado por ser el primero en advertir el desabastecimiento de alimentos y bebidas que traería aparejado el congelamiento de precios dispuesto por Nación. Al respecto, recogió el guante y respondió: “Lo mío no fue una crítica, sino una reflexión realista en base a lo que pasó en nuestro país. La primera vez que aplicaron congelamiento de precios fue en 1939. Y después todos los gobiernos aplicaron medidas similares. El resultado fue que no funcionó”.

Para el entrerriano “no hay manera” de que este tipo de políticas tenga algún efecto positivo sobre el proceso inflacionario. “Es como ir en contra de la ley de gravedad. Hay un montón de variables que afectan en la definición de los precios. Cuando uno va a comprar ve un producto terminado, pero antes hay toda una cadena”, explicó.

Del mismo modo, recordó que “hay factores exógenos” que inciden. “El 90% de lo que se produce en Argentina necesita un componente importado, pero eso no es un problema, sino una condición en el mundo. China es el primer exportador y el segundo importador; Estados Unidos es el primer importador y el segundo exportador. O sea que una cosa va atada a la otra”, indicó.

En ese sentido, reforzó la idea de que el congelamiento es para los productos en góndola. Sin embargo, señaló que “de ahí para atrás están todos los precios libres”. “O sea que si el flete aumentó porque las cubiertas están más caras, vas a pagar más caro el valor de reposición que el precio de venta. Nadie va a comprar un producto a 100 pesos para venderlo a 80. Ahí se va a producir la faltante o desabastecimiento”, sintetizó, y agregó: “Si realmente ayudara, en lugar de poner esta medida por tres meses, que la pongan por cuatro o cinco años. Pero no funciona”.

¿Habrá recuperación?

A la hora de analizar una posible salida a este escenario que configuró el Covid-19, Grinman dijo que “es imposible comparar porque la pandemia ha trastocado todo, absolutamente. Fue una situación difícil que vivimos desde el año pasado y todavía las consecuencias van a durar mucho tiempo”.

“No estábamos preparados, no estaba preparado el mundo. Nos afectó tremendamente, no sólo por las pérdidas de vidas humanas, sino también por la pérdida del trabajo y la economía que se resintió sensiblemente”, ratificó.

Con ese panorama, de cara a un camino de recuperación, fue contundente: “Es compleja la remontada porque Argentina es un país con problemas estructurales recurrentes. Por lo tanto, a nosotros nos cuesta siempre un poco más de lo que le cuesta a otro país que esté en mejor situación. Se hace difícil”.

Ante la pregunta de qué mirada lo envuelve hacia lo que viene, planteó que “los empresarios argentinos somos optimistas por naturaleza porque, de lo contrario, no abriríamos las puertas de nuestros comercios”. De todos modos, dijo que eso no quita que tenga una visión “realista” de los hechos.

“Va a ser un tránsito difícil, porque además tenemos problemas sociales que atender, con reformas profundas a realizar. Todos los ruidos políticos afectan la economía porque ésta se mueve con expectativas. Y en general hay una expectativa no muy positiva”, finalizó.