El presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos evaluó las declaraciones de Daniel Funes de Rioja y considera que se produce un “conflictos de derechos” entre las personas, la empresa y la salud pública. Gustavo Sánchez Romero
Luego de que el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, remarcó la necesidad de “un entorno más propiciable” en cuestiones como la dispensa de los trabajadores no vacunados y expresó -partir del avance de la vacunación contra el coronavirus- que las empresas podrán considerar eliminar la dispensa a los trabajadores que decidan no inocularse y, ante la imposibilidad de incorporarlos al ámbito laboral, evaluar “cesar la remuneración”, se produjo un océano de incertidumbre en el mundo empresario nacional y entrerriano.
En este sentido, el titular de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), Leandro Garciandía, reconoció este miércoles que debió atender muchos llamados de inquietud y preocupación de sus colegas ya que no han sido pocos los casos planteados en las unidades productivas de la provincia.
DOS FLORINES consultó al referente entrerriano –quien estuvo presente en la reunión de junta directiva nacional donde se expresaron estos conceptos- y entendió que Funes de Rioja lo planteó también como preocupación ante “el gris que se produce en materia normativa al respecto”, y justo en un contexto de un proceso eleccionario donde las definiciones difíciles suelen ser más resistidas a resolver de parte del Poder Ejecutivo.
“Si un trabajador no se quiere vacunar, entiendo, está en su derecho y no se puede despedirlo por ese motivo, aunque si el empresario quiere hacerlo deberá correr con todas las exigencias de la ley al respecto. Pero también está el derecho del empresario a cuidar sus recursos y protegerlos, como a su propia persona. Y si bien debe permitirle el ingreso, puede generar una discriminación y enviarlo a dependencias alejadas o someterlo a pruebas médicas todo el tiempo si se resiste a vacunarse. Es un tema complejo y entiendo que hay un gris”, expresó el dirigente de la UIER.
No obstante, agregó a su vez al debate el tema del derecho de la salud pública que tiene como norte proteger a la población y es desde el Estado que se le puede solicitar la vacunación para no poner en riesgo a la comunidad. “Es muy complejo y esperamos que los abogados y especialistas avancen en el tema para echar certezas sobre el tema”, expresó ante la consulta.
Discriminación.
Garciandía, en ese punto, aseguró que no es agradable discriminar a nadie y entiende que hay distintos motivos por los que una persona puede no querer vacunarse, y hay que abordar el tema con seriedad y responsabilidad. “Puede negarse por motivos religiosos, por razones políticas o bien por capricho o desconocimiento. En nuestra empresa hemos decidido que los casos que se presenten sean abordados por los médicos y la ART y puedan conversar con ellos para que le brinden la confianza necesaria en el proceso vacunatorio y a partir de allí erradicar cualquier duda. Si el motivo es más profundo deberemos evaluar a título corporativo qué medida tomar para actuar de acuerdo a derecho pero protegiendo al resto de los trabajadores”, analizó.
En ese sentido, avanzó diciendo que los sindicatos, en su totalidad, han expresado su conformidad con la necesidad de vacunar a todos los trabajadores y hay un consenso social muy grande al respecto.
El titular de la UIER considera que la ley ya prescribe que con una dosis aplicada debe reintegrarse al trabajo, y si bien las empresas tomaron muchas precauciones, el riesgo siempre está latente. “En muchas empresas, especialmente las áreas administrativas, han aplicado teletrabajo y se hizo bien, pero si se vuelve a la presencialidad y hay empleados que no quieren vacunarse el riesgo se incrementa”, confía.
Pero no sólo eso: “También está el tema del transporte público, por eso el tema de la salud pública y el riesgo de la población trasciende a los derechos del individuo y de la empresa en este caso, y el gris se vuelve más grande, por lo que no es paradójico ni caprichoso el reclamo y las palabras de Daniel Funes de Rioja se enmarcan en este escenario, y no en otro”, concluyó Leandro Garciandía ante la requisitoria periodística.
