EMPRESAS PORTADA

La empresa local Toro no puede importar 6.000 pelotas y busca reconvertirse con producción nacional

Pelotas Toro es una firma local que abastece hace tres años y medio al mercado del fútbol local y regional. Con su gen importador sufre las trabas del Gobierno actual y busca reconvertirse hacia la industria nacionalGabriel Schamne


Cuando una pelota rueda, hay fútbol, pero cuando no hay fútbol, la pasión y los negocios se frenan. Y en la pandemia hubo poco fútbol. Recién en junio pasado volvieron los entrenamientos de manera normal y sin interrupciones, luego de varios flashes, idas y vueltas y de restricciones que no permitían que los deportes se desarrollaran plenamente. Ahora bien, todo este contexto también afectó fuertemente a la actividad económica ligada a los deportes, como es el caso de Pelotas Toro, una empresa paranaense de balones de fútbol, que vio una baja considerable en sus ingresos entre el inicio de la pandemia en 2020 y lo que va de 2021.

Antes del inicio de la cuarentena, las ligas y clubes que conforman el mercado de la empresa, se habían abastecido como en todos los inicios de temporada. Sin embargo, la inactividad produjo que en el transcurso de 2020 la recompra habitual hacia los últimos meses del año no se produjera y, de esta manera, se achicaron bruscamente los márgenes de ganancia.

Estas pelotas son termoselladas lo que permite una mejor jugabilidad y acerca al fútbol hacia una mayor profesionalización. Según Mateo Martínez, dueño de la marca, se han realizado testeos con jugadores de Primera División y siempre han quedado conformes con el producto. “La idea que proponemos es que puedas jugar un partido profesional o semiprofesional y que gastes la tercera parte de una Adidas”, resumió.

Para conocer más acerca de la actualidad y de proyectos venideros de la firma local, DOS FLORINES mantuvo un mano a mano con el joven empresario oriundo de La Paz y que desde hace varios años está radicado en la capital entrerriana. En la charla, lamentó que hoy están sin productos para la venta, dadas las trabas en las importaciones. Si bien la firma es local, el producto no se fabrica en la Argentina y actualmente tienen dos contenedores pagos en China que no pueden hacer ingresar al país.

—¿Dónde se fabrica una Toro?

—La fábrica que produce las pelotas es en China. Nosotros las diseñamos, coordinamos los proveedores y después se las compramos, es decir, las importamos. La decisión de ir al país asiático no fue de un día para el otro. Busqué si podían hacerlas en el país, pero en Argentina no hay fábricas de termosellado, por lo cual no se puede fabricar la pelota de la calidad y tecnología que nosotros queremos. Instalar una de estas maquinarias cuesta alrededor de 900 mil dólares y, mínimamente, para la cantidad que comercializamos, necesitamos de mayor infraestructura. Para nosotros, por el momento eso es inviable. Hacer una pelota en China salía lo mismo que hacerla adentro del país, pero la calidad era diez veces más alta, por esta diferencia en tecnologías aplicadas a la producción.

—¿Hoy qué problemas están teniendo?

—Nuestras importaciones son con licencias no automáticas y hoy la Secretaría de Comercio no las autoriza. El primer motivo que nos dan es que buscan proteger la industria nacional. Y el segundo, si bien no lo dicen, es el problema que se genera al no haber reservas en el Banco Central. Cuando importamos, le pagamos a los bancos en pesos argentinos y ellos giran en moneda extranjera con la aprobación del BCRA. El atraso cambiario hace que si por ejemplo yo pago el valor de 20 mil dólares en pesos al banco, éste me lo cotiza al valor del dólar comercial pero a mi proveedor le tiene que girar en divisa norteamericana. Ahí se genera la famosa brecha entre el dólar comercial, que ronda los 98 pesos por dólar, y el dólar billete, que está alrededor de 170 pesos por dólar. Eso termina perjudicando al banco y al país porque en cierta manera cubre esa diferencia. El atraso cambiario afecta a importadores y exportadores disminuyendo así la actividad de comercio internacional.

—¿De cuántas pelotas hablamos?

—Cada contenedor chico que traemos tiene 3.000 pelotas. En este momento tenemos varadas 2.000 número 4 y 4.000 número 5.

—¿Y cómo se están manejando?

—Hoy no tenemos pelotas para vender. Nos han llamado para comprarnos pero nos quedamos sin stock y, al estar trabadas las importaciones, tampoco podemos tener previsibilidad y darles una fecha.

—Si esta problemática sigue, ¿qué decisión tomarán?

—He pensado en dejar el negocio de las pelotas, porque la política económica actual va en contra de las importaciones y la situación económica no ayuda. Nosotros pagamos IVA anticipado para poder importar, el total de impuestos es alrededor de un 100% y después tenemos que facturar hasta la última pelota que vendemos. Sacrificamos mucho para llegar a tener esta empresa y desarrollar la marca.

Soluciones

—¿Han pensado en opciones?

—Sí, vamos a hacer un modelo de pelota nuevo, terciarizando la producción acá en Argentina. En estos últimos meses mantuvimos charlas con empresas en Bell Ville (Córdoba) y en Rosario. Les vamos a prestar toda nuestra ingeniería a la fábrica para que nos puedan fabricar una pelota de características similares, aunque van a ser cosidas. Queremos que se mantenga la calidad.

—¿Para cuándo estarían?

—En 10 días llegarían las primeras pelotas cosidas para la venta. Por ahora, una empresa en Córdoba fue a la que más le interesó nuestra propuesta. Si logro una pelota de buena calidad, si bien no va a ser igual, no importo más a la Argentina.

Mercado

—¿Cómo se conforma el mercado actual de Pelotas Toro?

—Nosotros comercializamos en todo el país, pero hacemos más hincapié en Paraná y en la provincia. Más que nada porque me gusta andar mucho atrás del negocio, algo así como un servicio post-venta.

—¿Quiénes son los compradores que más los han apoyado?

—Nosotros estamos muy agradecidos con la Liga Paranaense de Fútbol, porque desde un primer momento confiaron en nosotros y han respetado el convenio en todo momento, a pesar de que hay pelotas más baratas en el mercado. Si bien no son grandes cantidades, nos ayudó desde un principio como vidriera. En nuestra ciudad, el Club Belgrano es uno de los mayores consumidores con alrededor de 80 pelotas por año.

—¿Buscan iniciativas para atraer el consumo?

—Sí, siempre que podemos largamos capacitaciones gratuitas para que quienes estén ligados al fútbol puedan adquirir conocimientos acerca de nuestro producto. Porque la pelota influye mucho en el profesionalismo del fútbol y a nosotros nos tienen al alcance de la mano. Además siempre buscamos la manera de acercarles precios preferenciales a los clubes.

—¿Pisan fuerte en Rosario también?

—Sí, hace unos años ingresamos en la ciudad santafesina. Empezamos a proveerles pelotas a Newell’s Old Boys para sus inferiores, y estamos en charlas con la ligas rosarinas. Además hace una año que somos sponsors oficiales de la Newell’s Cup.

—¿Buscan traspasar las fronteras?

—Ahora estamos tramitando certificados FIFA para las pelotas y vamos a buscar ampliar nuestros mercados hacia el Mercosur. Hemos tenido propuestas de Uruguay, Paraguay y Ecuador.

Estructura

—¿Cómo se compone actualmente la empresa?

—Hoy somos cinco personas que nos encargamos de seguir investigando en nuevos diseños y en trabajar cuestiones de marketing y redes sociales. Somos todos creyentes de que el mundo y el comercio va hacia lo online.

—¿Cuáles son las formas de financiamiento que utilizan?

—Desde que arrancamos siempre fue financiamiento propio. No hay créditos de por medio y menos para las importaciones. En pandemia, si solicitábamos alguno de los planes de ayuda del Gobierno o los créditos con tasas bajas, no podíamos importar.

—¿Cuánto factura aproximadamente Pelotas Toro?

—Nosotros importamos alrededor de 4.000 unidades por año y en un año bueno facturamos alrededor de un millón de pesos. En pandemia los ingresos se vieron mermados casi un 50%.