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Fábrica de cabañas de Bovril suspende la mayoría de su personal: “Se paralizó todo, no hay venta”

“Esto no lo vivo desde el 2001. Tengo que achicar sí o sí todo esto para tratar de solventar la empresa para el día de mañana”, expresó en declaraciones radiales Román Schanton, titular de El Picapalo.

La fábrica de cabañas El Picapalo, de Bovril, registra durante estos meses una fuerte caída en su producción y ventas. En medio del ajuste, debió suspender al 70% de su personal, motivo por el cual quedó con un funcionamiento al mínimo de su capacidad y al borde del cierre, según advirtió su dueño, Román Schanton, en diálogo con Radio La Voz de Paraná.

“Estoy viendo cómo podemos hacer para subsistir en este momento que estamos viviendo muy crítico”, aseguró el empresario del departamento La Paz, y alertó: “En este momento estamos muy complicados”.

“Los trabajadores, como siempre, entienden, porque tenemos una relación buena. Esto no lo vivo desde el 2001. Tengo que achicar sí o sí todo esto para tratar de solventar la empresa para el día de mañana, si tenemos trabajo nuevamente, pueda arrancar”, planteó.

Shanton también advirtió por el impacto de los aumentos tarifarios. “Pagábamos 500.000 pesos mensuales y se nos fue de un día para el otro a 1.600.000 pesos. Todos los costos se fueron para arriba”, sostuvo.

Por otro lado, manifestó: “Estamos esperanzados a ver si podemos reactivar esto en algún momento. Uno lo que quiere es lo mejor para la empresa y los empleados; estamos esperando a ver si hay algún aliciente del Gobierno tanto nacional como provincial, porque la verdad que hasta ahora lo único que hemos tenido es una negativa de que no tenemos ventas, consultas muy pocas”.

En esa misma línea, según expresó, “de un día para otro estamos tratando de ver si vendemos cuatro o cinco, por lo menos para solventar la empresa”. Recordó que hasta diciembre vendía alrededor de 20 casas de madera por mes.

La empresa, en un “momento desesperante”

La planta cuenta con cinco hectáreas y comercializa en todo Argentina y hasta países limítrofes. Sin embargo, alertó: “Estamos pasando por un momento desesperante. A todo el mundo se le cayó las ventas hasta un 60, 70%; algunos ya bajaron las persianas y otros estamos subsistiendo porque teníamos ventas atrasadas y las demoramos un poco para poder seguir trabajando, para que la gente esté ocupada, pero ya estamos llegando a un punto crítico”, aseguró Schanton, quien cuestionó que se acumulan las deudas.

El dueño de El Picapalo destacó que se trata de una empresa familiar. “Mi viejo para llegar a esto estuvo 50, 60 años y llegar a este extremo en cuatro meses, irá a quedar la estructura, ¿pero y la gente, y todo lo que invertimos en capacitarla?, eso es lo que más te duele, de un día para otro dejarlo afuera, es lamentable”.

Finalmente, en diálogo siempre con Radio La Voz, lamentó: Desde el 2005 siempre teníamos venta a futuro a seis, siete meses; la producción completa de la empresa a seis, siete meses, hasta este año. Se cortó todo, se paralizó, no hay venta, este mes no vendí ninguna. Tenemos que producir diez, quince cabañas para mantener la empresa”.