ENFOQUE PORTADA

Esperando al mesías; (¿Alguien ajustará la política?)

Por Julio Panceri – CPN – Docente – Consultor ///

El poder ejecutivo nacional decidió darle más musculatura política a la economía, aunque sigue en modo “prueba y error”, esto se pude deducir fácilmente al observar que en menos de un mes tuvimos tres ministros de economía, la prueba de esta incertidumbre la dio la ex ministra Batakis cuando dijo en Estados Unidos que tenía todo el apoyo político y al volver ya no era ministra de economía.

Ahora le toca el turno a Massa, que logró unificar bajo su mando varias funciones que estaban separadas como estancos en distintos ministerios y tratar de darle más volumen político a la gestión y planificación económica (esta semana sabremos si hay un plan definido y como se ejecutará). Imperiosamente el nuevo Ministerio de Economía, Producción y Agricultura necesitará apoyo político de todos los miembros de la coalición gobernante, porque inevitablemente tendrá que ejecutar acciones de “ajuste” sobre el gasto público y definir la política cambiaria a llevar adelante, en un momento donde todos los sectores demandan dólares y competitividad en el tipo de cambio.

El 2023 está muy cerca y la situación social muy complicada, no hay tiempo ni margen para fallar y buscar salidas alternativas.

Estamos dentro de una economía que ingresó en una faceta recesiva, con inflación galopante y totalmente distorsionada, no hay precios para muchos bienes ni tampoco disponibilidad de los mismos, aunque Argentina esta barata para los extranjeros a los argentinos cada vez les cuesta más poder adquirir bienes básicos (alimentos), estamos conviviendo cada vez más con mayores niveles de pobreza. Hay que advertir que el viento a favor de los precios internacionales de los commoditties no será eterno, los países desarrollados aumentaron tasas de interés con el objeto de frenar la estampida inflacionaria, aunque tengan que enfriar sus actividades económicas.

Ajuste.

Los gobernadores, observan con gran preocupación que, aunque puedan administrar la inflación y conseguir tener cuentas equilibradas ayudados por la coparticipación y licuaciones de salarios y jubilaciones, esta realidad los está superando. La intranquilidad sobre los problemas políticos y económicos nacionales en un contexto social cada vez más complicados, los deja sin margen para enfrentar un 2023 netamente electoralista.

La ex ministra Batakis, ya había planteado la necesidad de realizar ajustes sobre las transferencias a las provincias y los gobernadores no aceptaban la idea de la reducción de subsidios al transporte y la paralización de la obra pública, a todo esto, se suma la necesidad de que el Banco Central pueda proveer los dólares necesarios para poder pagar los vencimientos de las deudas reestructuradas en moneda extranjera que las provincias realizaron oportunamente. Estos son algunos de los motivos, que llevaron a la mayoría de los gobernadores oficialistas a realizar un “operativo clamor” para la llegada de Massa al Ministerio de Economía ampliado.

La verdad es que la palabra “ajuste” causa escozor en la clase política, pero mucho más temor les causa la frase “hay que ajustar la política”, con expectativas inflacionarias en el 80% anual (de piso) y gran parte de la población por debajo de la línea de pobreza (aunque tenga trabajo formal), la pregunta a realizar es ¿Qué más ajuste se le puede pedir a esta sociedad? ¿Qué más se le puede quitar al trabajador, al comerciante, al pequeño productor agropecuario y al industrial Pyme?

Aunque como sociedad hayamos perdido la capacidad de asombro y reacción, nos queda la tarea de hacer que nuestro país sea “atractivo” para los propios argentinos y recuperar de esa manera la inversión que pueda movilizar el mercado interno.

El cuadro financiero luce tenebroso, las reservas del Banco Central están por debajo de los U$S 40.000 millones y las netas alrededor de U$S 2.000 millones. La autoridad monetaria llevó la tasa de interés anual de referencia al 60% (nominal), el Tesoro sigue endeudándose en el mercado interno a tasas siderales (quitándole toda posibilidad de crédito al sector productivo privado) y tomó deuda la semana pasada pagando tasas del 70% nominal anual (90,3% efectiva). Así que cada día que pasa, la deuda del estado nacional crece como también lo hacen los pasivos del Banco Central, el stock de Leliq es de unos U$S 44.400 millones (valuadas a dólar oficial mayorista) esto significa que son superiores a las reservas. Por otro lado, el dólar futuro sigue marcando un incremento en la curva de rendimientos, esto quiere decir que el sector financiero espera una inflación superior a la que estamos registrando.

Escozor.

El Ejecutivo nacional (presidente y vice) y los gobernadores oficialistas tomaron la opción de ir hacia un esquema económico más moderado, abandonando algunas banderas ideológicas con el objeto de salvar la gestión y algo del capital político, lo que todos queremos saber es que tanto habrá de ideología y que tanto de moderación, porque en función de esa combinación correrá la suerte de que sector de la economía nacional sufrirá las consecuencias o los beneficios de este nuevo “plan” o “esquema económico”. Obvio que hasta que no se llegue a equilibrar el resultado primario de las cuentas públicas nacionales, todo lo que se pueda plantear no es creíble, pero para ello y a modo de ejemplo, entre otros temas, habrá que ajustar las tarifas de energía o la determinación del costo de la misma.

Otra vez estamos parados frente a la promesa de la aparición de un “mesías” que con una fórmula mágica o por decreto nos convierta en un país desarrollado, lamento decirle que esto no existe, seguiremos penando y viendo un corto plazo muy complicado. Pero todos estamos esperanzados en escuchar un discurso distinto, donde nos comuniquen que esta vez el ajuste lo hará la política.