ENFOQUE PORTADA

Escenario contradictorio en el mercado de granos

Por Hernán Fernández Martínez – Director Comercialización Agroeducación //

La semana anterior nos dejó sensaciones contradictorias. Recibimos el jueves por la mañana el dato de inflación de mayo en Estados Unidos y por la tarde el reporte de oferta y demanda de junio del Departamento de Agricultura de aquel país y en menos de 24 horas, sin darnos mucho tiempo para el análisis, observamos caídas muy fuertes en las cotizaciones del viernes en el mercado de Chicago, ante los rumores de que la administración Biden podría relajar el mandato de uso de biocombustibles. Tema que, hasta el viernes, constituía una de las banderas de su naciente administración, como condición necesaria dentro de su agenda ambiental, cuestión que justificó buena parte de la escalada en los precios de las últimas semanas, especialmente observada en la cotización del aceite de soja y del maíz. Pero vamos por partes para no confundirnos.

Inflación de mayo.

El Índice de Precios al Consumidor mostró un 5,00% anual, casi cuadruplicando el 1,40% de enero, justificado, como suele suceder, en una demanda artificialmente incrementada por la administración Biden, la cual ha puesto dinero en el bolsillo de la gente mediante diferentes canales, en simultáneo con una oferta de bienes y servicios que hasta el momento no ha crecido en la misma proporción.  Detrás del escenario y como hemos comentado más de una vez, la Reserva Federal continúa con su política expansiva de “compra de activos” (inyección de dinero), con el persistente objetivo de recuperar la economía real y reducir el desempleo a los niveles de prepandemia en febrero de 2020. No nos corresponde juzgar la política monetaria del amigo Jerome Powell, pero sí observarla muy de cerca pues constituye una de las palancas más importantes de la sala de máquinas en las que se forman los precios de los granos, a partir de su enorme incidencia sobre el valor del dólar en el mundo. Resumiendo, diremos que el dato de inflación es el segundo más alto de los últimos 25 años, y podría empujar al presidente del Banco Central de aquel país a subir la tasa de Interés de referencia que se encuentra en nivel de “Emergencia”, en el rango de 0,00%-0,25% desde marzo 2020, momento en el cual las cuarentenas detonaron la actividad económica. Por ahora es sólo en modo potencial la suba de tasas, pero a la vez un hecho de relevancia que podría afectar negativamente las cotizaciones de nuestros productos.

Reporte del USDA.

Pasó sin pena ni gloria, pues no mostró modificaciones demasiado fuertes en las cifras reportadas, aunque generó caídas en las cotizaciones de la oleaginosa. Por el lado del balance de Soja disponible en Estados Unidos, mostró reducción de unas 400.000 toneladas en la estimación de molienda para el presente año comercial, lo cual generó el consecuente incremento en la estimación de Stocks finales por el mismo volumen, elevándolos de 3,27 a 3,67 millones de toneladas, y pasando la relación Stock/Demanda de 2,62% a 2,96%. Este nuevo dato de Stock final pasó lógicamente como nueva estimación de stock inicial de la campaña 21/22, y como nada modificó en el resto de los ítems del balance de oferta y demanda, generó un incremento por el mismo número del stock final estimado de la campaña 21/22, que pasó a 4,22 millones de toneladas.  En consecuencia, la Relación Stock/Demanda estimada de la campaña 21/22 se elevó de 3,06% a 3,39%. Si vamos al fondo de la cuestión y nos abstraemos del dato, continuamos viendo un balance ajustado como pocas veces en la historia, y nunca visto al inicio de una campaña.  Por el lado del Maíz sucedió algo similar, pero en sentido inverso, leves incrementos en la demanda de maíz para uso forrajero y para producción de Etanol del presente año comercial generaron una reducción de los Stocks finales estimados que pasaron de 31,93 millones de toneladas a 28,12, reduciendo la ya ajustada relación Stock/Demanda de 8,45% a 7,37%.  En consecuencia, se vieron reducidos los stocks iniciales de la campaña 21/22 y lo mismo sucedió con los stocks finales de esta nueva campaña que se vieron reducidos en el mismo volumen quedando ahora en 34,47 millones de toneladas y la relación Stock/Demanda en 9,19%.

Alejándonos del detalle numérico digamos que estos balances se presentan numéricamente ajustados, y tienen el condimento de estar calculados por el USDA con altos rendimientos por hectárea, el segundo más alto de la historia en la oleaginosa y el primero en el maíz, mientras se dibuja un complejo escenario climático en el país del norte y nos acercamos a los momentos de definición de rendimiento de los cultivos.

Biocombustibles.

Vale recordar que el presidente Biden ha repuesto desde inicio de su mandato, en enero de este año, el tema “ambiental” en la agenda de su administración y dentro de ella se encuentra el objetivo de fomentar la utilización de biocombustibles. Pues bien, ante la escalada de precios de los granos, y en consecuencia del etanol y el biodiesel, las refinerías que tienen la obligación de comprar los “RINs” (Renewable Identification Number), si no desean mezclar con biocombustibles, se han visto complicadas económicamente porque estos instrumentos han duplicado su valor desde enero 21 alcanzando los valores más altos de la historia. A partir de esta situación y el planteo institucional de muchas refinerías de que el programa podría llevarlas a la quiebra es que la administración Biden comenzó a considerar la posibilidad de flexibilizar el uso de biocombustibles. Este hecho disparó las caídas en las cotizaciones del Maíz y del complejo sojero; aún en días en los que el barril del crudo superó los U$D 70/barril.

Yendo a la gestión.

Hablábamos hace algunos días de los cisnes negros siempre presentes en el planeta tierra por estos años y aquí tenemos uno nuevo que esperemos desaparezca pronto. Pero recuerden que se ha hecho muy pero muy relevante en términos de volumen, la demanda de Maíz y de Aceite de Soja para la fabricación de Etanol y Biodiesel, motivo por el cual es un tema sumamente importante y digno de ser seguido de cerca. Veamos qué termina haciendo el presidente Biden con el mandato de biocombustibles y su agenda verde, pero en cualquier caso la sugerencia de siempre es mirar ese partido sin cabos sueltos tomando todos los recaudos posibles para defender los precios actuales. El escenario de fondo sigue siendo alcista en sus números, pero hoy por hoy nos toca lidiar con esta nueva realidad en Estados Unidos que podría traernos grandes dolores de cabeza. 

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