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Entre Ríos, entre las provincias que menor empleo privado registró en 2022

Según un informe del Iaraf, Entre Ríos quedó entre los tres últimos lugares en los indicadores de crecimiento de empleo privado entre enero y octubre de 2022 y su ubicó por debajo del promedio de todas las provincias. El dato es menor que el incremento del 6,5% a nivel nacional. El monotributo social es el rubro de mayor evolución, y explica en parte el fenómeno de “trabajadores pobres”. Gustavo Sánchez Romero / Dos Florines

En los primeros 10 meses de 2022 hubo un crecimiento promedio del 4,4%. Catamarca, Formosa, La Rioja, Neuquén y Tierra de Fuego son las cinco jurisdicciones con mayor aumento. En los últimos lugares quedaron posicionados Entre Ríos, Chubut y Corrientes. Así lo indica un trabajo realizado y presentado por el Instituto Argentino de Responsabilidad Fiscal (Iaraf).

De acuerdo a lo publicado por Nadín Argarañaz, durante ese lapso, el empleo asalariado formal creció 3,9% entre enero y octubre de 2022 con respecto al mismo período del 2021.

De acuerdo al ranking, Entre Ríos apenas superó, con un crecimiento del orden del 3,5 % a Chubut –igual indicador- y a Corrientes con el 2,1%.

En este marco, el empleo privado registrado creció un 4,3% en Santa Fe desde el 2019, pasando de 494.800 puestos de empleo privado registrado en 2019 a 515.900 en 2022. Aunque también se ubica en lugares inferiores de la tabla, según el centro de estudios que dirige el economista Nadin Argañaraz, la vecina provincia había perdido empleos formales en el año de la pandemia, cuando cayó a 479.000 puestos formales y se recuperó hasta 463.300 empleos en 2021, siempre del sector privado.

Indicadores.

Iaraf destaca que “en octubre de 2022, todas las provincias, salvo Tucumán, mostraron un crecimiento interanual en el empleo asalariado registrado del sector privado. El conjunto del empleo asalariado privado aumentó un 4,9% interanual.

“Resulta interesante medir la variación del empleo privado asalariado en lo que va del año en cada una de las jurisdicciones. Hubo un crecimiento promedio del empleo total asalariado privado registrado del 4,4%. Catamarca, Formosa, La Rioja y Neuquén componen el grupo de las cuatro jurisdicciones con mayor aumento, con subas del 15,6%, 10,0%, 9,7% y 8,4%, respectivamente”.

De los cuadros se destaca que CABA, Entre Ríos, Chubut, Corrientes y Tucumán son las cinco jurisdicciones que peor performance tuvieron (Tucumán con variación negativa), según reproduce el diario El Litoral.

“Si la comparación mensual se hace contra tres años atrás (octubre 2019), se aprecia que en dos jurisdicciones el empleo estuvo por debajo del nivel pre-pandemia”.

“Una es CABA, donde cayó 0,4% y la otra es Tucumán, donde cayó un 6,1%. En las restantes veintidós, el empleo creció. Catamarca lideró el ranking con una suba del 25,2% y en el otro extremo se ubicó Mendoza con un aumento de solamente el 0,3%”.

Ingresos.

Los números no varían. No sólo en crecimiento cualitativo del empleo privado en el país, sino que tampoco lo hace en la capacidad adquisitiva del salario de los trabajadores privados.

Ya en junio de 2022, la consultora que conduce Argañaraz aseguró que en el primer cuatrimestre de 2022 los trabajadores privados registrados y los públicos perdieron el equivalente al 70% de un sueldo promedio mensual de 2017, mientras que los informales –que aquellos que más pierden contra la inflación– vieron erosionado el equivalente a casi un 90% de un sueldo mensual.

Los números que difundió Iaraf, con base en datos oficiales del Índice Salarios del Indec, deja variaciones profundas similares a las registradas por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre los ingresos en los últimos años. Según se desprende del informe de la Evolución de Distribución del Ingreso, para el primer trimestre, los estratos medios y bajos perdieron 21,98% y 21,78% de sus salarios, respectivamente, entre 2018 y 2022. Entre los ocupados, la caída fue similar en esos años. Un 21% para el estrato bajo y 23,6% para el medio.

“La alta y persistente inflación de los últimos años está dejando un saldo muy negativo para el poder adquisitivo de los trabajadores argentinos”, estimó Argañaraz y completó: “En los últimos cinco años, la inflación se mantuvo en niveles anuales cercanos al 50%, no pudiendo el salario al menos evitar perder contra los precios. Es esencial un consenso político y económico para que esta dinámica cambie lo antes posible”.